160 vehículos logran salir de Mariúpol a través de un primer corredor humanitario

Diana Martínez COLPISA

INTERNACIONAL

Una imagen aérea del estado de la ciudad de Mariúpol.
Una imagen aérea del estado de la ciudad de Mariúpol. AZOV REGIMENT PRESS SERVICE

Esta ciudad asediada por Rusia esperaba este lunes un paquete de ayuda humanitaria con 90 toneladas de alimentos y medicinas

14 mar 2022 . Actualizado a las 18:47 h.

Un atisbo de esperanza nace en la ciudad ucraniana de Mariúpol, situada en el mar de Azov y la más castigada por el fuego de sus baterías y de los rebeldes de Donetsk. Lleva más de dos semanas asediada por las tropas rusas. Las bombas no cesan y los habitantes están al borde de la desesperación. Incomunicados, privados de agua, gas y electricidad, así como con déficit de alimentos y medicamentos. Salir de allí es el deseo de los lugareños y este lunes, finalmente, se abrió un corredor humanitario por primera vez en la urbe, gracias al cual logró salir una caravana de 160 vehículos particulares, afirmó el ayuntamiento.

Los civiles, que hasta ahora no habían podido escapar de la localidad, pasaron por el pueblo de Melekine, Portovske, Mangush y Berdyansk para finalmente dirigirse hacia Zaporiyia. «A partir de ahora, pasar los puntos de control no es un problema», anunció el asesor del alcalde de Mariúpol, Petro Andryushchenko, quien, no obstante, puntualizó que oficialmente no pueden garantizar la seguridad en el pasillo de evacuación, «pero este es el único corredor que tiene aprobación oficial y que realmente funciona hoy».

Mientras tanto, este lunes la ciudad asediada esperaba recibir su primera ayuda humanitaria, cargada con unas 90 toneladas de alimentos y medicinas. El paquete tenía previsto llegar el pasado sábado, pero el convoy tuvo que darse la vuelta debido a las tropas rusas.

2.500 muertos

La situación en la ciudad es «apocalíptica», denunció la Cruz Roja. En Mariúpol han caído ya unas cien bombas -solo del sábado al domingo hubo 22- y ya han perdido la vida más de 2.500 habitantes, según las autoridades locales. «Cada bombardeo trae una destrucción terrible y se lleva lo principal que existe: la vida de los residentes pacíficos», expresaron desde el consistorio, que el fin de semana recordó que quedaban al menos 400.000 personas bloqueadas en la urbe.