El lunes mis colegas me mandaron un texto escrito por Martin Berest, un soldado de la defensa territorial. Con el permiso del autor, traduzco su testimonio para que vean cómo es la gente que defiende la ciudad de san Nicolás.
«Derramo agua de la botellita plástica crujiente en jarrones de flores.
Me siento mal por hacerlo, porque en Mykolaiv falta agua. Aquí los propietarios escriben ‘Agua' en sus tiendas, aquí la gente pasa horas para llenar sus cubos en pozos. Es la misma agua que corre por los grifos de Kiev. Aquí es una costosa joya.
Pero ver las flores secándose me resulta insoportable. No sé explicar por qué me duele tanto la muerte de estas plantitas. Me considero un hombre con la piel gruesa. Solo lloré una vez durante esta [guerra] a gran escala. Simplemente no puedo verlas secar.
Pasamos noches en una oficina. Despliego mi saco de dormir en un sofá sucio que emite sonidos irritantes. No soy exigente, así como tampoco lo son las otras decenas de hombres que están durmiendo, tosiendo y roncando a mi lado. No importa. No estamos en trincheras. Nos protege un edificio de verdad, con cristales que vibran un poco con nuestra respiración. No hay razones para sentirnos insatisfechos. Pasamos la noche bajo un techo. Es un lujo inaccesible ahora para miles de seres humanos.
Mykolaiv es hermosa, tan hermosa como puede ser una ciudad extraña y oculta. Niko es ahora un nombre conocido en todo el mundo, así como Marik y Ja. De una manera inexplicable la ciudad me ha penetrado tan profundamente, que solo por la noche, al irrumpir en este edificio aferrándome con mi metralleta a todas las paredes y puertas, por fin, me doy cuenta de cómo me siento.
Me siento feliz aquí. Me siento hambriento, agotado y feliz. No encuentro palabras para explicarme. Aquí, en estas calles polvorientas y quemadas por el sol, me siento mucho mejor que en Kiev. No comprendo qué hace esta ciudad tan hermosa. Probablemente la artillería rusa o nuestros lanzacohetes, pero la ciudad es peligrosa y, al mismo tiempo, es acogedora y absolutamente, completamente, sana.
La ciudad sabe quién es y para qué existe. Quizás, para bloquear a las enormes tropas rusas. Quizás, para sobrevivir y escupir sobre sus tumbas. Quizás, para derramar su última agua potable en jarrones de flores.
Niko lo sabe perfectamente».
Oleksandr Pronkevych catedrático de Literatura Española en la Universidad de Mykolaiv
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16 de mayo Nostalgia
14 de mayo Los desastres de la guerra (versión siglo XXI)
13 de mayo Mi Galicia
12 de mayo Un congreso cultural pospuesto
11 de mayo El desfile de Putin y el esturión podrido
9 de mayo Gregorio Skovorodá
8 de mayo Regalos para la fiesta
7 de mayo La guerra patriótica de Ucrania
4 de mayo Ucrania celebrará el 8 de mayo el Día de la Victoria
3 de mayo Historia del día de la victoria
1 de mayo Anabel
30 abril La resurrección de Ucrania
29 de abril Otra vez sobre el Instituto Cervantes en Moscú
28 de abril Escaparse de la zona ocupada
27 de abril El «Guernica» de Picasso
26 de abril La resistencia al invasor, en los memes de la Pascua ortodoxa
24 de abril El Día del Libro
23 de abril La tragedia del sur de Ucrania
22 de abril El Jueves Limpio
21 de abril Una parábola sobre las burbujas
20 de abril El Martes Grande en Ucrania
19 de abril La Pascua de Resurrección y el Domingo de Palma en Leópolis
18 de abril Las noticias de Mykolaiv
15 de abril Las diosas enfurecidas
13 de abril Hobbit y Gandalf
12 de abril La primavera
11 de abril La batalla por el «borsch»
10 abril Mi facultad en la guerra
9 de abril Folclore de la guerra
8 de abril El escándalo de una traducción
7 de abril ¿Qué es la rusofobia?
6 de abril Sigo recibiendo cartas
5 de abril El genocidio y la cultura rusa
4 de abril El destino de una familia hispano-ucraniana
3 de abril: Esperando la ofensiva rusa sobre el Dombás
2 de abril: Proyección interrumpida de películas
1 de abril: Oda al teléfono celular
31 de marzo: Llorad y rezad por Petro
30 de marzo: Cómo derrotar al enemigo muy rápido y con pocas bajas
29 de marzo: El 28 de marzo
28 de marzo: ¿Podemos repetir?
27 de marzo: Un primer balance de los 30 días de la invasión rusa
26 de marzo: Humor en la guerra
25 de marzo: Educación sentimental
24 de marzo: Una pregunta maldita
23 de marzo: Nuevos bombardeos en la ciudad de san Nicolás
22 de marzo: Las familias rotas que deja el conflicto
21 de marzo: Imbuidos del espíritu quijotesco
20 de marzo: La carta de mi estudiante
18 de marzo: Pensando en mi universidad
17 de marzo: Así intentaron silenciarme con porno ruso
15 de marzo: Golpea a los tuyos para que otros se asusten
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12 de marzo: El papel de los hispanistas de Ucrania en la guerra con Rusia
11 de marzo: Mi encuentro en Leópolis con el periodista de La Voz de Galicia
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