El ministro británico de Economía cava la tumba de Truss al anular su plan económico

Juan Francisco Alonso LONDRES / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Hunt, durante su comparecencia en la Cámara de los Comunes, junto a Truss.
Hunt, durante su comparecencia en la Cámara de los Comunes, junto a Truss. DPA vía Europa Press | EUROPAPRESS

Crecen las voces «tories» que piden a la dimisión de la jefa de Gobierno

18 oct 2022 . Actualizado a las 09:14 h.

A la basura. Allí ha terminado casi la totalidad del plan económico con el que la primera ministra Liz Truss prometía poner fin a la era de «estancamiento» que padece el Reino Unido desde hace años, después de que este lunes su flamante nuevo ministro de Economía, Jeremy Hunt, lo anulara para «brindar confianza y estabilidad» a los mercados. La jugada ha logrado su cometido: la libra se recuperó frente al dólar y los intereses de la deuda pública británica cayeron. Sin embargo, el movimiento tiene un precio y lo está pagando la premier, que ve como no dejan de aumentar las voces que dentro del Partido Conservador piden su cabeza. 

«Ningún Gobierno puede controlar los mercados, pero todos los Gobiernos pueden ofrecer certidumbre sobre la sostenibilidad de las cuentas públicas». Con estas palabras Hunt justificó, en un discurso televisado a la nación a mediodía, que el Ejecutivo no siga adelante con su anunciada reducción del impuesto de sociedades o con la eliminación de un nuevo tributo introducido este año para financiar la sanidad pública.

Pero el tijeretazo no quedó allí y el ministro informó que las ayudas a los ciudadanos y empresas para costear los altos precios de la energía, la principal promesa electoral de Truss, no se mantendrán durante dos años, sino que se revisarán el próximo abril. «La primera ministra y yo acordamos que no sería responsable continuar exponiendo las cuentas públicas por tiempo indefinido a la volatilidad del mercado del gas», explicó.

La decisión supone en la práctica la muerte del plan económico de la premier, razón por la cual a lo largo del día hasta cinco diputados tories le han pedido públicamente que renuncie. «Esto [la inestabilidad y los giros en materia económica] es cien por cien culpa de la primera ministra. No creo que sea sostenible que ella pueda seguir por más tiempo», escribió en Twitter la diputada Angela Richardson. 

La prensa británica asegura que hasta cien legisladores han dirigido cartas al todopoderoso Comité 1922 del partido para pedir la retirada de la confianza a Truss y abrir un proceso para elegir a su sustituto, algo que las normas actuales no permiten.

Sin embargo, el descontento es de tal magnitud que la jefa de Gobierno se reunió tanto con el presidente del Comité 1922, Graham Brady, como con distintas facciones conservadoras, para intentar apaciguar los ánimos., nada más terminar la bronca sesión parlamentaria. 

Ofensiva de Starmer

Otra decisión de Truss interpretada como un signo de debilidad fue su iniciativa de no acudir a la Cámara de los Comunes para debatir con el dirigente laborista, Keir Starmer, y delegar esa tarea en la líder de la bancada conservadora, Penny Mordaunt. Un hecho que el opositor aprovechó al máximo: «El país está en una crisis económica creada por Downing Street». «Este es el momento en que los dirigentes deben liderar, pero dónde está la primera ministra. Escondida, evadiendo preguntas y asustada de su propia sombra», añadió. Mordaunt acusó a Starmer de no contribuir a solucionar los problemas y excusó a la mandataria diciendo que estaba «atendiendo asuntos urgentes», lo cual provocó sonoras carcajadas desde la bancada opositora.

Minutos después Truss apareció en los Comunes junto a Hunt justo cuando este tomó la palabra y aseguró que «seguimos comprometidos con el crecimiento, pero el crecimiento necesita estabilidad y confianza y, por ello, tomaremos medidas difíciles».

Su comportamiento en las últimas horas refuerza las tesis de quienes como el exministro de Economía George Osborne creen que Truss ya no tiene el control de Gobierno, sino Hunt. «Es un PINO: Primer Minister in Name Only (Primera Ministra solamente en el nombre)», dijo Osborne.

Caen las medidas tomadas por la «premier» en sus 40 días de Gobierno 

En sus 40 días en el Gobierno británica, Liz Truss ha visto como caía una por una todas las medidas de su programa económico. Para el nuevo ministro de Economía, Jeremy Hunt, la defenestración de ese plan está destinado a calmar a lo mercados y ahorrar 32.000 millones de libras (37.000 millones de euros) a las arcas del Estado. Este es el nuevo programa: 

Impuestos

Fin de la rebajas fiscales. Después de que el 3 de octubre Truss diera marcha atrás a la rebaja de impuestos a los más ricos, Hunt suspende otra rebaja, la de un punto porcentual, del 20 % al 19 %, en el tipo básico del IRPF. Además mantiene la subida del impuesto de sociedades previsto para abril del 19 % al 25 %, y se cancela el recorte previsto de 1,25 puntos porcentuales del impuesto sobre los dividendos, así como las compras exentas del IVA para los visitantes extranjeros. Hunt solo mantiene la congelación de las contribuciones a la seguridad social y la rebaja del impuesto sobre la compra de vivienda. 

Energía

Hasta abril. El Ejecutivo había anunciado ayudas durante dos años a los hogares para paliar las subidas de las facturas de la electricidad y el gas. Por decisión del nuevo ministro de Economía ese programa durará solo hasta el comienzo del nuevo año fiscal, en abril del 2023, cuando será sometido a revisión. 

Alcohol

Sin congelación. Se cancela la congelación durante un año, a partir del 1 de febrero, de los impuestos al alcohol.