Brasil, en alerta ante la convocatoria de nuevas protestas bolsonaristas

Héctor Estepa
Héctor Estepa RÍO DE JANEIRO / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Fuerzas de seguridad a caballo toman posiciones frente al palacio del Planalto, en Brasilia.
Fuerzas de seguridad a caballo toman posiciones frente al palacio del Planalto, en Brasilia. AMANDA PEROBELLI | REUTERS

El Gobierno refuerza la seguridad y cierra la Explanada de los Ministerios

12 ene 2023 . Actualizado a las 09:53 h.

Brasil permanece blindado y en máxima alerta ante la amenaza de nuevas manifestaciones de los más acérrimos bolsonaristas, tres días después de la irrupción de los seguidores del expresidente ultraderechista en las sedes del poder en la capital, Brasilia, reclamando una intervención militar contra el Gobierno de Lula da Silva.

El Ejecutivo del líder izquierdista ordenó reforzar la seguridad en el país con todas las fuerzas del orden disponibles, después de que los seguidores del exmandatario ultra, que permanece en la ciudad estadounidense de Orlando convocasen para la noche local (madrugada de este jueves en España), a través de las redes sociales, una «mega manifestación para la vuelta al poder», que la Abogacía General del Gobierno considera un «nuevo intento de amenaza al Estado democrático». La convocatoria se hizo en grandes urbes como Río de Janeiro, São Paulo o Belo Horizonte. Además el nuevo jefe de la seguridad de Brasilia, Ricardo Cappelli, ordenado el cierre de la Explanada de los Ministerios.

«Lamentablemente el presidente que dejó el poder no quiere reconocer la derrota. Hoy todavía he visto declaraciones de él en las que no reconoce la derrota», dijo Lula tras reunirse con los líderes del Legislativo, considerando a quienes protestan en las calles como «un grupo de chiflados, de gente con poco sentido del ridículo». El presidente asegura que no le gustaría calificar o sucedido el domingo como un golpe de Estado, sino como una «cosa menor» promovida por un grupo de «chiflados» que «todavía no entendieron que las elecciones acabaron, que no quieren aceptar que las urnas electrónicas son posiblemente el modelo electoral más perfecto».

El Tribunal Supremo, a través del juez Alexandre de Moraes, convertido en el segundo máximo objetivo de las críticas bolsonaristas, dispuso medidas para evitar escenas como las acaecidas el domingo. Así anunció que se impondrán multas económicas y penas de prisión para quienes organicen y participen en bloqueos de vías, carreteras o a accesos a entidades públicas. Además, conminó a la red social Telegram, parecida a WhatsApp, red social donde se organizan las protestas, a bloquear las cuentas que promuevan esos actos, cuyos responsables serán, además, multados con unos 20.000 euros. 

Arresto de un exministro

El juez Moraes también ordenó el arresto de Anderson Torres, durante dos años ministro de Justicia de Bolsonaro, y que asumió el 1 de enero como responsable de la seguridad pública de Brasilia. Las investigaciones apuntan a que Torres cambió la cúpula policial de la capital nada más llegar al poder, y que esas autoridades permitieron, por omisión o complicidad, la irrupción de los manifestantes en las sedes de poder.

Partidarios de Jair Bolsonaro parten en autobuses de la Policía Federal tras ser desmantelado su campamento frente al Cuartel General del Ejército, en Brasilia.
Partidarios de Jair Bolsonaro parten en autobuses de la Policía Federal tras ser desmantelado su campamento frente al Cuartel General del Ejército, en Brasilia. AMANDA PEROBELLI | REUTERS

Unas 300 personas fueron detenidas el domingo, número que se amplió a 1.500 después de que se disolviera la concentración de los bolsonaristas frente al cuartel general del Ejército en Brasilia. Al menos 727 personas ya han sido imputadas y afrontarán penas de hasta 15 años de prisión por distintos delitos. Mientras 599 arrestados fueron liberados por «razones humanitarias», entre ellos los manifestantes de mayor edad.

Bolsonaro sale del hospital y vuelve a poner en duda la victoria de Lula da Silva 

Jair Bolsonaro dejó la noche del martes el hospital de Florida donde fue internado el domingo por dolores abdominales y se trasladó inmediatamente a su residencia en la ciudad de Orlando, una vivienda prestada por un luchador de artes marciales.

Bolsonaro llegó a territorio estadounidense dos días antes de la jura del presidente Lula da Silva y, según sus palabras, preveía quedarse hasta final de enero, pero este martes le dijo a la cadena CNN Brasil que iba a adelantar su vuelta al país.

El expresidente, que es investigado por varias causas en Brasil, y criticó tibiamente los ataques a las sedes de los tres poderes de Brasil, avivó la polémica al compartir en la red social Facebook un vídeo en el que se cuestiona su derrota electoral y se ataca al Tribunal Supremo y al Tribunal Superior Electoral (TSE). El post fue borrado dos horas después. El vídeo era un extracto de una entrevista al procurador bolsonarista de Mato Grosso en la que asegura que no hubo transparencia en el recuento de las urnas electrónicas durante las elecciones presidenciales de noviembre y que Lula da Silva fue elegido por los jueces del Supremo y del TSE. 

Un fiscal del Tribunal de Cuentas pidió ayer que se bloqueasen los bienes del expresidente en el marco de la investigación de los sucesos del domingo y de la reparación de los daños causados.