El derecho de veto de Moscú en el Consejo de Seguridad y la debilidad de los argumentos legales hacen improbable el éxito de la campaña iniciada por Kiev.
12 feb 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Dos diputados del Parlamento de Ucrania, Dmytro Natalukha y Lesia Vasylenko, promovieron esta semana en Londres la creación de una alianza internacional para suspender la presencia de Rusia en la Organización de Naciones Unidas. Es la puesta en marcha de una campaña diplomática tras la declaración publicada en diciembre por el Ministerio de Exteriores de Kiev.
La Asamblea General de la ONU ya suspendió en abril del 2022 la presencia de la delegación rusa en el Consejo de Derechos Humanos, pero la expulsión de un miembro no tiene precedentes. La Sudáfrica del apartheid fue suspendida temporalmente en 1974, por el impulso de una alianza de países africanos y a pesar de la oposición de Estados Unidos, Reino Unido y otros estados miembros. El argumento de Ucrania tiene más parecido con el que llevó a la suspensión de la República Federal de Yugoslavia, en 1992, porque la Asamblea no aceptó que el ente formado por Serbia y Montenegro heredase el estatus de la quebrada República Federal Socialista. Eslovenia, Croacia, Bosnia-Herzegovina se habían ya separado del ente colectivo con guerras y Macedonia de forma pacífica.
La pertenencia de Rusia al Consejo de Seguridad, que tendría que aceptar la remisión a la Asamblea de una propuesta de suspensión, sugiere que la iniciativa ucraniana está condenada al bloqueo. El Gobierno ruso es el que más vetos a impuesto en el Consejo de Seguridad desde la fundación de la ONU, haciendo uso del derecho de sus miembros permanentes. El argumento principal de Kiev —que alega también que Rusia ha invadido países y actúa como un país terrorista, y que destruirá con sus actos el sistema de la ONU— es sobre la legalidad de su mera presencia. Moscú no habría ratificado la Carta de Naciones Unidas, que establece los propósitos y reglas de las organización. Como en el caso de Yugoslavia, habría heredado ilegalmente el estatus de la Unión Soviética.
Disolución
Las anomalías se sucedieron desde el inicio. Ucrania y Bielorrusia participaron en la fundación de la ONU, aunque eran también parte de otro estado fundador, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. En su desordenado desmantelamiento, en 1991, el presidente de la Federación de Rusia, Boris Yeltsin, envió una carta al secretario general de la ONU, Javier Pérez de Cuéllar, para heredar la membresía de la URSS.
Yeltsin explicaba en su carta al secretario general que, en la reunión de la Comunidad de Estados Independientes(CIS) en Almá Atá, el 21 de diciembre, las once repúblicas asistentes, incluida Ucrania, habían acordado que la Federación Rusa heredaba la posición de URSS en la ONU. El jurista Bohdan Ustymenko afirma en informnapalm.org que la efímera CIS no tenía poder legal para tomar tal decisión.
El Ministerio de Asuntos Exteriores ucraniano no menciona esa decisión en la declaración que ha iniciado ahora su campaña. Sugiere que el asesor legal de la Secretaría General de la ONU se equivocó y que no se siguieron los pasos de acceso a la organización establecidos en su Carta. Pero el veto en el Consejo de Seguridad y la aceptación de la presencia de Rusia durante tres décadas parecen obstáculos insalvables para Kiev. Brett Schaefer, investigador del grupo de estudios Heritage Fundation sugería en el inicio de la invasión, en defenseone.com, que la alternativa viable a una expulsión sería emular la suspensión del permiso a la delegación sudafricana de ocupar sus asientos o votar en la Asamblea General. Pero países opuestos a aquella sanción, en 1972, afirmaron que causaba un grave precedente y quebraba la Carta fundacional.