Irán pide la expulsión de los embajadores suecos de los países árabes por la quema del Corán
INTERNACIONAL
Las tensiones entre Irak y Suecia amenazan con romper las relaciones entre ambas naciones
21 jul 2023 . Actualizado a las 13:45 h.El líder del partido-milicia chií libanés Hezbolá, Hasán Nasralá, ha pedido este jueves a todos los países árabes e islámicos que sigan el ejemplo de Irak y expulsen a los embajadores suecos de sus territorios por la nueva autorización de la quema de un ejemplar del Corán en Estocolmo. Nasralá ha calificado la decisión iraquí de «valiente, sabia y excelente».
La convocatoria de la tercera quema autorizada del Corán en pocos meses ha colocado a Suecia al borde de la ruptura con Irak entre violentas protestas en Bagdad y la expulsión de la embajadora nórdica de la capital iraquí. La polémica se ha desatado menos de un día después de que seguidores del clérigo chií Muqtada al Sadr atacaran e incendiaran la Embajada sueca en Bagdad, tras lo cual el Gobierno de Estocolmo ha acusado a Irak de «dejar hacer» a los asaltantes.
El origen del conflicto
El detonante de la ira islámica sobre el país nórdico, que sigue pendiente de la ratificación de Turquía para su ingreso en la OTAN, fue la convocatoria lanzada por Salwan Momika, un refugiado iraquí de 37 años, anunciando una quema pública del Corán en Estocolmo, así como de la bandera de su país de origen. delante de la embajada iraquí. En junio había llevado a cabo una acción parecida ante la gran mezquita de la capital sueca.
Ya entonces levantó las protestas del mundo islámico, incluido el presidente turco Recep Tayyip Erdogan, que vio reforzada su tesis de que Suecia acoge como refugiados a enemigos del Islam. La acción de Momika siguió el modelo marcado unos meses antes por un reconocido agitador neonazi sueco-danés, Rasmus Paludan, quien ha llevado a cabo sucesivos actos islamófobos.
La Constitución sueca ampara estas acciones bajo el precepto de la libertad de expresión, por lo que aunque el Gobierno del conservador Ulf Kristersson ha condenado cada una de estas manifestaciones, ha argumentado que no puede impedir este tipo de actos.
La respuesta a las provocaciones
El ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Hosein Amirabdolahian, ha enviado una carta a las Naciones Unidas en la que denuncia que estos actos atentan contra los sentimientos religiosos islámicos y son un «abuso de la libertad de expresión».
Amirabdolahian ha instado al secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, a que condene «de inmediato» estas acciones y «tome las medidas necesarias lo antes posible» no solo para evitar que se reproduzcan estos eventos, sino también para frenar «las peligrosas consecuencias» que este «insultante y provocado fenómeno» podría acarrear.
«Pido a los Estados miembro de Naciones Unidas que traten con severidad a líderes y a los perpetradores de este acto», lee el escrito del representante de la diplomacia iraní, que aprovecha para cargar contra las autoridades suecas por permitir marchas en las que se queman ejemplares del Corán.
El ministro Amirabdolahian ha advertido de que el hecho de conceder permiso a este tipo de manifestaciones «traerá consecuencias irreparables, incluida la propagación del odio, la violencia y la xenofobia en diferentes sociedades». «Es un insulto a todos los musulmanes», ha añadido.
Arabia Saudí, país que alberga los lugares más sagrados para los más de 1.300 millones de musulmanes del planeta, expresó su «enérgica condena y denuncia al otorgamiento por las autoridades suecas de forma repetida e irresponsable de permisos oficiales que les autorizan quemar y profanar copias del sagrado Corán». El país ha decidido convocar al encargado de negocios sueco, mientras que Qatar e Irán han hecho lo propio con el embajador de Suecia, según han comunicado los respectivos ministerios de Exteriores.
La Organización de la Cooperación Islámica (OCI), con sede en la ciudad portuaria saudí de Yeda e integrada por 57 Estados miembros, también expresó su «profunda decepción por los repetidos permisos de las autoridades suecas, a pesar de las terribles consecuencias del vil acto de profanación».
Por su parte, la Organización de las Naciones Unidas ha mostrado su preocupación tanto por las quemas del Corán como por el asalto a la Embajada sueca. Tras una reunión entre el secretario general y la Organización de Cooperación Islámica, Guterres ha expresado su determinación de «luchar contra el odio religioso» y ha expresado su solidaridad con los musulmanes.