Muerte y devastación en Libia tras un ciclón de «proporciones colosales»
INTERNACIONAL
El país, con más de 5.000 fallecidos, 10.000 desaparecidos y 30.000 desplazados, pide ayuda internacional urgente
13 sep 2023 . Actualizado a las 15:11 h.«Hay cadáveres por todas partes: en el mar, en los valles, bajo los edificios. Es desolador», reconocen las autoridades libias, que han solicitado ayuda humanitaria urgente para afrontar una catástrofe absoluta y fuera de control. Más de 5.000 muertos, 10.000 desaparecidos y 30.000 desplazados ha dejado el huracán mediterráneo Daniel desde el domingo al tocar tierra en la vulnerable Libia —un Estado fallido y sumido en guerras internas desde el derrocamiento de Muamar el Gadafi en el 2011—, que ha requerido una intervención internacional «lo más rápida posible» para hacer frente a «una devastación a gran escala». Así la define el jefe de la Media Luna Roja en el país, Tamer Ramadan, que confiesa que las necesidades son gigantescas y superan su capacidad, y la de los dos gobiernos paralelos y rivales libios.
La zona cero de este ciclón «de proporciones colosales», según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es la ciudad portuaria de Derna, situada en un valle y arrasada de madrugada por los 33 millones de metros cúbicos de agua que se liberaron montaña abajo al reventar dos presas en plena tormenta. «El agua se liberó como una bomba atómica, y ocho puentes y edificios residenciales colapsaron por completo», aseguró un superviviente al canal de televisión Alhurra. Barrios enteros con sus habitantes dormidos desaparecieron en cuestión de minutos. «Una superficie de diez kilómetros cuadrados de la ciudad fue literalmente arrancada», explicó un experto a la agencia Colpisa.
Las tormentas, lluvias torrenciales y rachas de viento de más de 180 km/h dañaron la red de carreteras, causaron inundaciones y dejaron sin electricidad y telefonía la ciudad de Derna, donde 700 cadáveres esperan a ser identificados, y otras seis poblaciones de la franja costera del este del país, como Susa, Al Baida, Battah, Al Marj, Tobruk y Taknis. La lentitud de la ayuda recibida fue criticada por ciudadanos libios en redes sociales, mientras se está investigando por qué no se ordenó evacuar Derna y si las autoridades conocían el peligro de colapso de las dos presas del que ya advertía un informe del 2022, según publica The Guardian.
Trabajadores gubernamentales, militares y voluntarios siguen recuperando cadáveres, pero las posibilidades de hallar supervivientes son cada vez más escasas. La ONU activó ayer su Equipo de Respuesta de Emergencia en el este de Libia, y la OMS envió 40 toneladas de ayuda. También España, Italia y Canadá se ofrecieron a apoyar en las tareas de rescate. Además, Argelia envió ocho aviones de ayuda humanitaria; Turquía, tres aeronaves con 168 profesionales, de los que 65 son expertos en rescate acuático y submarino; y Egipto ordenó a su Ejército que colaborase. Mientras, la Comisión Europea reclamó a la UE —que dijo que estaba lista para ayudar— más recursos para afrontar esta «brutal nueva normalidad» de multiplicación de fenómenos extremos. «Quise salir a la calle y ya no había calle», se lamentaba uno de los vecinos de Derna, la ciudad arrasada por Daniel.
Francisco Infante, delegado en Galicia de la Aemet: «Se parece a los huracanes que llegan a las costas de Florida»
El calentamiento del mar es destructivo. El delegado de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Galicia, Francisco Infante, asegura que Daniel, el huracán mediterráneo que arrasó Libia, sacó su energía del agua marina más cálida de lo normal.
—¿Cómo se originó este ciclón?
—La semana pasada había dos danas en el área mediterránea: la que afectó a Toledo y Madrid, y la que avanzó hacia Grecia, Bulgaria y Turquía. Esta segunda dana confluyó con un segundo ingrediente: el agua del Mediterráneo estaba más caliente de lo normal. Y se formó un sistema de tormentas muy organizado con características tropicales, con mucha humedad y mucha energía, parecido a un ciclón. Ese aire caliente y húmedo dio lugar a las grandes tormentas en Libia.
—Un sistema muy destructivo.
—Afectó a un país de gran vulnerabilidad, donde no hay desarrollado un sistema de alerta meteorológica ni protección civil. Y la dana dejó precipitaciones muy intensas en muy poco tiempo.
—¿Avanza ahora hacia Egipto?
—Sí, pero ya ha perdido fuerza y energía al tocar tierra. Un elemento como el polvo sahariano tiende a inhibir este tipo de estructuras, que pierden sus características tropicales.
—¿Por qué afectó más a Libia?
—Esta dana en altura, con aire húmedo y cálido en superficie, se transformó en una borrasca muy profunda o ciclón cuando tocó tierra en Libia. Fue justo en su franja costera, donde vive la mayor parte de su población. Es parecido a cuando los huracanes llegan a las costas de Florida.
—¿Es común este sistema?
—No, es muy poco frecuente. Es un medicane o huracán mediterráneo, aunque aún no sabemos si se catalogará así. Todo le era propicio: la dana, y el aire caliente y húmedo. La energía que necesitaba la tomó del mar.
—¿Se debe al cambio climático?
—Lo que tiene que ver con el cambio climático es la temperatura alta del agua del mar, que originó el sistema de tormentas.