La ultraderecha gana las parlamentarias suizas, se aleja de la UE y promete medidas antiinmigración

Andrés Rey REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

Miembros del Partido Popular de Suiza celebran el triunfo en las elecciones parlamentarias del país helvético.
Miembros del Partido Popular de Suiza celebran el triunfo en las elecciones parlamentarias del país helvético. CHRISTIAN MERZ | EFE

El SVP logró el 30 % del total de apoyos y nueve escaños más que en los anteriores comicios

23 oct 2023 . Actualizado a las 22:07 h.

La euforia se apoderó del vicepresidente del Partido Popular de Suiza (SVP, por sus siglas en alemán), Marcel Dettling. «El pueblo ha hablado. Urge corregir el rumbo del país», sentenció el domingo por la noche.

El grupo ultraderechista acababa de ganar las elecciones parlamentarias suizas con la firme promesa de luchar contra la inmigración. Había reunido un 30 % de los votos, muy por encima del resto de partidos y uno de sus máximos históricos. La crisis en la isla italiana de Lampedusa —en dos días desembarcaron allí 7.000 migrantes—, los 65.000 refugiados ucranianos en suelo helvético y la guerra de Israel fueron catapultas, y el SVP supo aprovecharlas. Extendió el temor.

Los populares agitaron el fantasma de una futura Suiza llena de extranjeros, con diez millones de habitantes (ahora mismo ronda los nueve), lo que despertó críticas de la Comisión Federal contra el Racismo, pero también consiguió su propósito. Los ultras convencieron a los votantes con un discurso cada vez más populista para recuperar el terreno que habían perdido en las elecciones del 2019, cuando el Partido Verde creció como la hiedra.

La caída de los verdes

«Lo triste es que el clima ha perdido», dijo la vicepresidenta de la agrupación, Aline Trede. La ecología política fue la gran derrotada del domingo en una tendencia irónica, teniendo en cuenta que los fenómenos meteorológicos extremos son cada vez más frecuentes y el calentamiento global sigue siendo una gran preocupación para los suizos.

Pero las recientes acciones de activistas climáticos radicales hicieron mella entre el electorado. Buena parte de él aprieta los dientes para llegar a fin de mes, y eso tiene mucho más peso que el calor otoñal extremo. El apoyo ecologista cayó cuatro puntos porcentuales, hasta un 9,2 %.

Ganaron la exigencia de controles fronterizos —un freno a la libre circulación de personas pactada con la Unión Europea en el 2002—, el rechazo de solicitantes de asilo y los recortes en el gasto social. Nueve asientos más para el SVP, que se ha quedado con 62 de los 200 en el Parlamento.

El Partido Socialista (PS) fue el segundo más votado, con un 18 % de las papeletas. Su campaña se centró en la lucha contra la inflación y una subida del seguro de enfermedad que se anunció a un mes de las elecciones. El grupo consiguió recuperar parte de los electores que le habían quitado los verdes en el 2019, pero no fue suficiente.

Según el portal Swiss Info, no escogió bien el foco. A diferencia del SVP en el ámbito de la inmigración y del Partido Verde en el del cambio climático, los socialistas no se consideran especialmente competentes como para arreglar la enmarañada situación de los seguros de enfermedad.

La tercera y cuarta fuerza más votadas quedaron prácticamente empatadas. Fueron, respectivamente, el Partido de Centro (14,6 %) y el Partido Liberal Radical (14,4 %), y el empuje del primero podría anticipar un cambio en el Ejecutivo. Un cambio, no obstante, improbable, por la férrea regla de reparto entre los principales partidos que se sigue en Suiza desde 1959. De momento, solo se cambió en el 2003, por el amplio crecimiento de los ultras.