Montealegre, junto con otras dos minas fronterizas con Galicia, se convirtió en el 2017 en un punto clave para la producción de baterías eléctricas
07 nov 2023 . Actualizado a las 18:04 h.Tres zonas portuguesas fronterizas con Galicia y Castilla y León se convirtieron en el 2017 en las grandes reservas europeas para la extracción de litio. Ahora, una de ellas ha sido la semilla del escándalo de corrupción que ha culminado con la dimisión del primer ministro portugués, António Costa.
Se trata del paraje Sierra de Arga —en el Alto Miño—, la zona de Montealegre —en la frontera con Ourense— y el término de Barca D'Alba, situado en la frontera natural que marca el río Duero entre esta población y el Parque Natural Arribes del Duero de Salamanca y Zamora. Estas tres áreas eran exploradas por la empresa minera australiana Dakota, a través de su filial en Portugal, denominada Lusorecursos LTD. Dakota había hecho públicas en su página web sus intenciones de llevar a cabo el proceso de extracción de litio en un futuro próximo.
Según la empresa, estas reservas eran ricas en el mineral denominado pegmatita, una roca de la que se puede extraer el óxido de litio. Dakota hizo 17 prospecciones en la zona de Montalegre, fronteriza con la provincia gallega de Ourense, en un área que denominaba «Proyecto Sepeda» y donde, según las estimaciones de hace seis años y medio, habría un potencial de más de 10 millones de toneladas de pegmatita, lo que supondría una vida útil de diez años de minería.
Entre las primeras conclusiones que dio a conocer Dakota tras las prospecciones, figuraba que en estas tres zonas del territorio luso se encontraba la mayor reserva de litio de Europa. El consejero delegado de Dakota, David Frances, explicó que esta zona minera de litio tenía una especial relevancia ante la creciente demanda de producción de baterías de litio para coches eléctricos en el seno de la Unión Europea.
La Agencia Portuguesa de Ambiente (APA) dio a principios de septiembre el visto bueno medioambiental, pero con condiciones, a la compañía Lusorecursos para que pueda desarrollar un proyecto de explotación de litio en la Mina do Romano, en la localidad lusa de Montalegre, próxima a la frontera con Galicia. Además de la explotación minera, este proyecto incluía un Complejo de Anexos Mineros, para procesar el mineral en bruto. La concesión abarca un área de 825,4 hectáreas, pese a que solo está prevista la explotación de depósitos minerales de litio en una superficie de 637,5 hectáreas, de las que 29,7 serán explotadas a cielo abierto y el resto serán utilizadas para trabajos subterráneos.
El nuevo oro blanco
«La explosión del sector de la baterías ha provocado un auténtico entusiasmo por el litio». Su valor se ha triplicado en los últimos cinco años, según explica Lucas Bednarski, director de la empresa de estudios de mercado Lithium Today. Este metal de color blanco plateado, que ya sirve para fabricar las baterías de iones de litio utilizadas en los teléfonos y ordenadores portátiles, es cada vez más demandado con el desarrollo del coche eléctrico.
«El litio podría valer oro en Portugal, ya que consideramos que en el 2025 el mercado europeo de las baterías valdrá 250.000 millones de euros por año», pronosticaba hace unos años el vicepresidente de la Comisión Europea para la Energía, Maros Sefcovic. El comisario eslovaco se encarga de un proyecto para construir dentro de la UE una nueva generación de baterías eléctricas «verdes», reciclables y reutilizables.
La primera etapa es reducir la dependencia en sus componentes: Europa importa 86 % del litio que consume, procedente esencialmente de Chile y Australia. Portugal ya es el principal productor europeo, con un 11 % del mercado, pero su producción sirve exclusivamente para la cerámica y la cristalería. «Sabemos que Portugal posee los yacimientos más importantes de Europa. La cuestión es saber si extraerlo es económicamente viable, ya que se trata de un mercado mundial muy competitivo», explica Lucas Bednarski. Según sus estimaciones, la producción de litio extraído de la roca granítica portuguesa cuesta aproximadamente 2,5 veces más que el que se consigue de los yacimientos de Chile.