Alguien nos pintó la vida en rosa, pero nos estaba engañando. El planeta corre peligro por el calentamiento global y la culpa la tienen los coches, pero no hay que preocuparse, que tenemos la solución.
Sacamos del medio, de un plumazo, a los apestosos y humeantes coches diésel y los cambiamos por cómodos, silenciosos y amables coches eléctricos, que cuidan el planeta y nos harán la vida mejor.
Así que nos ponemos a ello, los primeros los grupos automovilísticos que hace diez años no creían para nada en los coches eléctricos, ahora ya dicen que en el 2025 solo fabricarán este tipo de coches. Muy bien por ellos, son ágiles y defienden su negocio, aun en contra de sus principios.
Así que vamos directamente encaminados hacia un mundo feliz, sin ruidos y sin humos en las ciudades. Unos coches que no necesitan pasar por el surtidor, pero sí que tienen que hacerlo por el enchufe. Qué suerte no tener que pagar la gasolina a dos euros, que dentro de poco un litro de este carburante costará más que un bocadillo de jamón. Y de paso no tendremos que hacer todavía más multimillonarios a esos árabes que se pasean por los puertos de todo el mundo en lujosos yates.
Eso sí, nadie nos ha advertido de que no hay, ni parece que vaya a haber en un futuro cercano, los cargadores suficientes para tanto coche eléctrico, y lo que es peor, no sabemos cuanto costará cargar cada día nuestro coche al precio que se está poniendo la energía eléctrica.
Pero todo esto es asumible, con tal de que podamos vivir en este planeta amable y feliz. Pero siempre hay agoreros que nos estropean los planes y ahora ya hay quien se atreve a pronosticar que tanto coche eléctrico movido por baterías de ion litio acabará en poco tiempo con las reservas de este elemento químico. Incluso antes de su agotamiento, el litio está experimentando ya una subida en su precio (cuesta más de 40.000 euros la tonelada) en China, que controla la mayor parte de su materia prima. Aunque los fabricantes de baterías son muy reticentes a desvelar sus datos, se cree que cada batería capaz de mover a un coche eléctrico actualmente puede contener alrededor de seis kilos de litio.
Con las reservas de litio actuales y los yacimientos conocidos, el futuro del coche eléctrico tiene que pasar por otra tecnología de baterías, porque el litio se agotaría en poco más de diez años.
Así las cosas, el futuro del coche eléctrico pasa por el cambio de tecnología y los fabricantes ya están apostando por las baterías en estado sólido, entre ellos Toyota, que siempre ha ido por delante en sus investigaciones. Estas baterías se caracterizan por emplear electrodos y electrolitos sólidos en lugar de líquidos y parece que pueden garantizar más potencia, recargas más rápidas, suficiente autonomía en los automóviles y evitar incendios por las altas temperaturas que alcanzan actualmente.
Pero esta no es la única línea de investigación en el futuro de la baterías, y Tesla, otro referente en la industria del coche eléctrico, parece que experimenta con ánodos de silicio.
Por lo tanto, si el hidrógeno no lo cambia todo, el coche eléctrico podría tener viabilidad sin el escaso y caro litio.
Las baterías del coche eléctrico tienen más usos
La reutilización de las diferentes piezas de un coche es algo tan antiguo como el propio automóvil. Hay que volver unas décadas atrás para comprobar el auge del recauchutado de los neumáticos, que era la reutilización de los mismos reponiendo su banda de rodadura, la parte sometida a desgaste. Hoy en día en Galicia se cuenta con instalaciones para este cometido, que vuelve a recuperar su auge, como demuestra el grupo Salco en sus instalaciones de O Porriño.
También es antigua la reutilización de piezas de repuesto de ocasión, personalizadas en las antiguas chatarrerías, convertidas ahora en centros autorizados de tratamiento de vehículos, con un estricto control medioambiental. En ellas se da una segunda vida a capós, puertas, pilotos y faros, o incluso motores y cajas de cambios, muy buscados por usuarios de coches con algunos años de vida.
Todos estos negocios se pueden incluir en la economía circular, algo que está muy de moda ante el reto medioambiental.
Los tiempos cambian y las normativas europeas nos obligarán a utilizar coches eléctricos en los próximos años, para conseguir la descarbonización.
Pero las baterías eléctricas tienen una utilización limitada y los fabricantes de automóviles ya tienen sus planes para dotarlas de una segunda vida, como es el caso de Land Rover, que con la empresa Off Grid Energy creará una unidad de carga con las baterías de su modelo eléctrico I-Pace. Serán unidades portátiles de carga para usos industriales o particulares.
En Galicia también hay empresas innovadoras trabajando en la segunda vida de las baterías de automóviles como es Mobelco, empresa del grupo Recalvi, que ya trabaja en Mos en la preparación y utilización de baterías extraídas de vehículos eléctricos, acabada su vida comercial, como acumuladores de electricidad para usos industriales.