Milei anticipa «un último mal trago» en su primer discurso como presidente

Cecilia Valdez BUENOS AIRES / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

El ultraliberal argentino anunció más inflación y ajustes a corto plazo. En la ceremonia hubo grandes ausencias, como las de los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; Colombia, Gustavo Petro; y Bolivia, Luis Arce. Sí que estuvieron presentes el rey Felipe VI y el líder de Vox, Santiago Abascal

11 dic 2023 . Actualizado a las 17:11 h.

Tal y como estaba previsto, Javier Milei juró como presidente de Argentina ante la Asamblea Legislativa. Pero luego, a diferencia de sus predecesores, se dirigió a la escalinata del Congreso y dio su primer discurso oficial ante las masas que se habían movilizado para escucharlo.

La jura sucedió puertas adentro del Parlamento en el mediodía del verano porteño en un edificio colmado de funcionarios, referentes políticos nacionales e invitados internacionales. Todos ellos presenciaron el traspaso de mando del presidente saliente, Alberto Fernández, al libertario Javier Milei. La encargada de llevar adelante dicho traspaso fue la ahora exvicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, a la que se vio intercambiar bromas y risas con el nuevo jefe del Ejecutivo. En cambio, entre quienes no se vio esa misma distensión fue entre Milei y su vicepresidenta, Victoria Villarruel, ni tampoco entre Fernández de Kirchner y Alberto Fernández.

Después del acto protocolario, Milei caminó hasta la puerta del recinto y allí, frente a un atril, leyó su discurso rodeado de mandatarios y enviados internacionales que, ataviados para la ocasión con traje y corbata, dieron cuenta de un calor abrasador a través de sus gestos. 

Las primeras palabras del ultraliberal hicieron hincapié en la herencia recibida y señalaron que lo que viene a corto plazo es una inflación de entre un 20 y un 40 % mensual entre diciembre y enero, terapia de choque y ajustes, una mayor caída de salarios y más pobreza. «Es el último mal trago», destacó. En relación a la herencia, habló de sueldos miserables, una inflación anual que viaja a un ritmo del 300 %, deudas millonarias con importadores y un acuerdo caído con el FMI. Por todo ello, sostuvo, «no hay lugar para gradualismo [medidas pequeñas y discretas]» porque «no hay plata».

De esta manera, Milei también preparaba el terreno para el paquete que anunciará hoy el nuevo ministro de Economía, Luis Caputo, y que tal como anticipó en su discurso girará en torno a un ajuste fiscal de 5 puntos sobre el PIB, que está vez «caerá casi totalmente sobre el Estado y no sobre el sector privado». Se acabaron las «ideas empobrecedoras del colectivismo» que rigieron la política argentina durante años, remarcó.

«El que las hace, las paga»

En relación a la calle y a las protestas se mostró tajante: «El que las hace, las paga»; «el que corta no cobra», y «a quienes quieran usar la violencia para obstaculizar el cambio: no nos vamos a rendir» fueron sus principales definiciones en este sentido. La movilización popular, en un país como Argentina, probablemente es uno de los mayores desafíos a los que Milei se enfrentará.

En su discurso, el libertario también dedicó un párrafo a la inseguridad: «Se acabó con el “siga, siga” de los delincuentes», a lo que sus seguidores respondieron aclamando: «Policía, policía».

«Sabemos que será duro», dijo, pero no hay alternativa porque «la propuesta sensiblera progresista nos llevaría a una hiperinflación, a la manera de la Venezuela de Maduro y Chávez», justificó. «Vamos a tomar decisiones duras en las próximas semanas, a corto plazo la situación va a empeorar, pero luego veremos los frutos de nuestro esfuerzo», advirtió.

Terminado el discurso, el flamante presidente se subió al descapotable que lo trasladó, junto a su hermana Karina, a la Casa de Gobierno, y en el camino descendió para saludar a sus seguidores. Le esperan una agenda cargada de actos y una gestión repleta de desafíos y promesas.

Disfraces, liturgia libertaria y un baño de masas acompañaron la investidura

Desde primera hora de la mañana, simpatizantes de Javier Milei y su fuerza, La Libertad Avanza, se fueron acercando a los alrededores de la plaza de los Dos Congresos en Buenos Aires, para participar del acto de investidura del nuevo presidente, en medio de un gran operativo de seguridad. Provistos de carteles, banderas y los típicos disfraces de la liturgia libertaria, cientos de seguidores venidos de distintas partes del país se dieron cita para presenciar la ceremonia. En la noche previa, muchos de ellos se habían congregado a las puertas del Banco Central para simular un velatorio del organismo, que Milei prometió dinamitar si llegaba a la presidencia.

También estuvieron presentes distintos mandatarios e invitados internacionales como el rey de España, Felipe VI; el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán; el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski; su homólogo armenio, Vahagn Jachaturián, y otros líderes de la región como Gabriel Boric (Chile), Luis Lacalle Pou (Uruguay), Daniel Noboa (Ecuador) y Santiago Peña (Paraguay).

Estados Unidos envió a la secretaría de Energía, Jennifer Granholm, y China hizo lo propio con Wu Weihua, vicepresidente del Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional. En la lista de invitados también destacaron el expresidente de Brasil Jair Bolsonaro y el líder de Vox, Santiago Abascal. El actual presidente de Brasil, Lula da Silva, se excusó de asistir a la ceremonia, aunque Milei —después de haberlo insultado durante toda la campaña— se encargó de enviar a su ministra de Exteriores, Diana Mondino, para invitarlo personalmente. Tanto Brasil como China, dos de los principales socios comerciales de Argentina, fueron objeto de críticas y exabruptos por parte de Milei.