Francia reclama a la UE firmeza frente a la injerencia del dueño de X en los comicios alemanes
INTERNACIONAL
Bruselas siente la presión de las provocaciones de Musk y de los gigantes tecnológicos, que se oponen a las regulaciones impuestas por los Veintisiete
09 ene 2025 . Actualizado a las 05:00 h.«Europa tiene que despertarse», reclamó ayer Jean-Noël Barrot, ministro de Exteriores francés, a la Unión Europea. Elon Musk, el empresario sudafricano que se ha convertido en el brazo derecho de Donald Trump, llamó hace unos días «tonto incompetente» al canciller alemán, Olaf Scholz, y hoy entrevistará en su red social, X, a la líder ultraderechista Alice Weidel, de Alternativa para Alemania (AfD). Así le ratifica su apoyo para las elecciones anticipadas de febrero.
Bruselas siente la presión de las provocaciones de Musk y de los gigantes tecnológicos, que se oponen a las regulaciones impuestas por los Veintisiete. «Si la Comisión Europea no sabe cómo protegernos, debe devolver a cada Estado miembro, a Francia, la capacidad de protegerse», avisó Barrot. La injerencia de Musk en los comicios de Alemania ha desatado las alarmas en las instituciones continentales, pero también en España. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, denunció que «el hombre más rico del planeta» está al frente de una «internacional reaccionaria» que «azuza el odio y llama abiertamente a apoyar a los herederos del nazismo».
Como Sánchez, Barrot considera que el dueño de la red social X trata de influir en el resultado de la cita electoral germana. A su juicio, actúa así «bien para crear revuelo, algo que sería extremadamente lamentable», o con el objetivo de tejer «nuevas alianzas» con formaciones de extrema derecha. En ese caso, según el ministro galo de Exteriores, el Partido Republicano de Trump «tendría que asumir la responsabilidad de vincular su destino al de un grupo que representa todo aquello contra lo que siempre ha luchado».
Mark Zuckerberg, el propietario de Meta (Facebook, Instagram, WhatsApp), también ha tachado de «censura» la legislación comunitaria para las grandes plataformas tecnológicas, algo que la Comisión Europea rechazó ayer rotundamente.