Técnica de cepillado, tiempos, duración y otros trucos para llevar una correcta higiene dental

UXÍA RODRÍGUEZ

Entre los cinco y los cincuenta y cinco años una persona se habrá lavado los dientes más de 36.000 veces (contando con que lleva a cabo esta acción una o dos veces al día). ¿Cómo es posible que hagamos mal algo que practicamos tantas veces? Porque, por muy increíble que parezca, lo cierto es que, efectivamente, la mayoría de la población no lleva una correcta higiene bucal. Desde el primer paso, hasta el último, pasando por la cantidad de pasta de dientes que usamos o la técnica de cepillado. Afortunadamente, nos hemos propuesto que esto cambie cuando acabes de leer este artículo. Aquí va la guía definitiva para lavarse bien los dientes.

¿Cuántas veces al día?

Si nos pusiéramos en el escenario ideal, lo mejor sería hacerlo después de cada comida. La recomendación general es más realista y habla de dos o tres veces al día. «Muchas personas, por diferentes motivos, al mediodía no pueden lavarse los dientes, por eso es muy importante que lo hagan al levantarse por la mañana y, sobre todo, antes de dormir. Esta última es la más importante porque durante la noche nuestro cuerpo disminuye la producción de saliva, que es nuestra principal defensa frente a las caries», señala Simón Pardiñas, director médico de la Clínica Pardiñas. Es aconsejable esperar unos 20 o 30 minutos después de la comida antes de lavarse los dientes.

Hay que recordar que el cepillado ayuda a reducir la incidencia de caries, prevenir la enfermedad periodontal, evitar la halitosis, disminuir la placa y el sarro.

¿Qué puedo hacer si como fuera y no tengo mi cepillo? «Por lo menos, deberías enjuagarte con agua durante un par de minutos, con un poco de brío para poder eliminar todos esos restos que puedan haber quedado en la boca. También se puede mascar durante un rato chicle sin azúcar, con ese movimiento mecánico también se arrastrará la placa o bacterias que puedan haber quedado», aconseja el experto.

¿Cuál es la forma correcta de cepillarse los dientes?

Aquí podemos aclarar primero cuál es la forma incorrecta: los movimientos nunca deben ser horizontales, que es lo que suele hacer la mayoría de la gente. Siempre verticales. «Es importante, si usamos un cepillo manual, hacer un movimiento que siempre empiece en la encía e ir barriendo hacia abajo, como si quisiéramos llevar esa encía hacia abajo. En los dientes de abajo, desde la encía hacia arriba. Si se realiza una mala técnica de cepillado, se pueden crear micro traumas en la unión de la encía con el diente y eso con el tiempo va haciendo que la encía se pueda retraer», explica el creador de Dentalk, el canal dental más grande del mundo en Youtube.

Es recomendable seguir una rutina. Empezar por el último diente arriba a la izquierda, hacer todo el círculo y terminar en el diente opuesto. Lo importante es que no nos olvidemos de ninguno. Además, hay que limpiar tanto la parte de fuera como la de dentro para evitar la aparición de sarro, que es la placa mineralizada que se forma al cabo de 28 días. Una vez se forma, ya no saldrá con el cepillado.

¿Cuánto tiempo debe durar el cepillado?

«Vamos a poner una media de dos o tres minutos, pero depende mucho porque hay gente que es más diestra en el cepillado y otra que menos. Hay personas que pueden necesitar cuatro o cinco minutos o gente con prótesis u ortodoncia que también requiere más tiempo. Lo importante es eliminar bien todo, los restos de placa, de comida etc. Lleve el tiempo que nos lleve», señala Simón Pardiñas.

Enjuague tras el lavado, ¿sí o no?

Lo cierto es que en este aspecto ahora mismo hay dos tendencias. «Hay ciertos artículos que mantienen que no enjuagarse permite mantener más tiempo el flúor de la pasta en contacto con el diente. Yo recomiendo enjuagarse, porque ese acto es capaz de arrastrar algunos elementos que el propio cepillo puede no ser capaz de llevarse. Además, al enjuagarnos eliminamos todas esas bacterias y resto de pasta de la boca», mantiene el profesional .

La opción también puede pasar por enjuagarse con un colutorio, aunque eso depende de la persona. Hay diferentes tipos:

El enjuague bucal cosmético no mejora el problema del mal aliento sino que solo lo enmascara durante unas horas.

El enjuague bucal antibacterial sí que mata las bacterias, por lo que puede atacar una de las principales causas del mal aliento.

El colutorio antiséptico elimina bacterias, hongos, protozoos y virus, pero el exceso de alcohol puede causar irritación.

El enjuague bucal anticaries suele contener flúor por este motivo, aunque algunos son muy poco efectivos.

El colutorio para dientes y encías sensibles tiene bajo contenido en alcohol y está indicado para todo tipo de enfermedades en las encías.

El colutorio infantil contiene flúor y suele tener sabores para facilitar su uso entre los más pequeños.

El enjuague con clorhexidina puede ser recetado por un dentista para casos puntuales de inflamación o infecciones localizadas, o para después de haber realizado algún tipo de intervención quirúrgica en la boca: tratamiento de encías, implantes dentales, extracciones...

Cepillar la lengua

Simón Pardiñas insiste en que la lengua «es la parte de la boca donde más bacterias se acumulan, la mayoría de la gente no se cepilla la lengua, pero hay que hacerlo. Siempre de atrás hacia delante, barriendo. Hay algunos cepillos que en la parte de atrás, justo en la cara opuesta a donde están las cerdas, tienen unas rugosidades que sirven precisamente para eso y, si no, hay unos aparatos específicos que se llaman raspadores linguales».

Uso de hilo dental

Tan importante como cepillarse la lengua es usar hilo o seda dental, además, hay que hacerlo en primer lugar. «El hilo dental es muy importante para prevenir las caries que llamamos interproximales, las que se forman en la superficie de contacto entre dos dientes, las que no se ven. Entre los dientes hay un espacio que es muy importante limpiar. También existen los cepillos interdentales que valen para eso», indica el odontólogo, que especifica que estos están especialmente indicados para personas que presentan pérdida de hueso debido a la enfermedad periodontal y para portadores de ortodoncia fija como brackets o microtornillos.

¿Cuál es el cepillo de dientes ideal?

Pues aquí, como en tantas otras cosas, la virtud está en el medio. La recomendación es usar un cepillo de dientes de dureza media, ni blando ni duro. Si usamos un cepillo demasiado duro podemos abrasar la superficie de los dientes, el blando solo se recomienda para después de una intervención quirúrgica cuando la encía está cicatrizando.

¿Manual o eléctrico? En esto la cosa depende de la preferencia de cada uno. Los dos son igual de eficaces siempre que la técnica de cepillado sea la correcta.

En este artículo ya te contamos cuánto le gustan a las bacterias los cepillos de dientes. Ahí se van acumulando todas las que tenemos en nuestra microbiota oral, la mayoría no son malas. Pero sí hay unas recomendaciones para evitar problemas: hay que enjuagar bien el cepillo debajo del chorro del grifo y, muy importante, secarlo con la toalla o con un poco de papel. ¿Cada cuanto debemos cambiarlo? Los odontólogos recomiendan hacerlo, como mucho, cada tres meses. Antes si vemos que las cerdas están abiertas o aplastadas.

¿Qué pasta de dientes debemos usar?

Cuidado porque aquí llega una sorpresa: «La pasta de dientes es un extra, en realidad, lo más importante es el barrido mecánico que se hace con el cepillo. De hecho, hay gente que se cepilla con aceites esenciales como el de coco o, incluso, sin nada, simplemente con agua», reconoce Pardiñas.

Vamos, ¿que se te ha acabado la pasta? No pasa absolutamente nada. «De hecho, en España y en Europa en general, la cantidad de flúor que existe en el agua corriente que bebemos del grifo ya es suficiente. Por eso, el tener que usar una pasta de dientes con flúor solo se recomienda en gente con tendencia a caries. La pasta nos da una sensación de que la boca queda más limpia, nada más».

¿Qué hay de la pasta de dientes blanqueante? «Las pastas blanqueantes no blanquean, simplemente previenen o eliminan las manchas superficiales. Recomendamos que las usen un tiempo las personas que se acaban de realizar un blanqueamiento dental».

No, no hace falta cubrir de pasta de dientes todo el cepillo. Para cepillarse los dientes correctamente hay que colocar muy poca pasta en el cepillo, basta con la medida de un guisante.
No, no hace falta cubrir de pasta de dientes todo el cepillo. Para cepillarse los dientes correctamente hay que colocar muy poca pasta en el cepillo, basta con la medida de un guisante.

¿Cuánta pasta hay que echar en el cepillo? Otro de los errores más comunes: basta con la medida de un guisante, ni más ni menos.

Y aquí una curiosidad, algunos cepillos dentales tienen dos colores en las cerdas. ¿Por qué? Pues el color de la parte superior marca exactamente la cantidad de pasta que debes echar en el cepillo.

En definitiva, ¿nos lavamos mal los dientes en general?

«Sí, cada vez la gente está más concienciada, pero a muchos les falta tener una buena técnica. Muchos pacientes nos dicen, "me lavo los dientes tres o cuatro veces al día", pero si se los lavan mal es como si nada. Es importante aprender a hacerlo y asegurarnos de que eliminamos toda la placa dental, que es esa sustancia blanquecina, pastosa, que se acumula en la superficie de los dientes. Eso sale perfectamente cepillándolo».

Uxía Rodríguez Diez
Uxía Rodríguez Diez
Uxía Rodríguez Diez

A Rúa, Ourense (1986). Coordinadora de La Voz de la Salud con una misión, que todos nos cuidemos más y mejor. La pandemia de covid-19 no solo la viví, también la conté en La Voz de Galicia. Mucho antes de todo esto trabajé en Vtelevisión durante casi una década como redactora, reportera y presentadora. Allí dirigí y presenté el programa Sana sana, sobre sanidad, bienestar y nutrición.

A Rúa, Ourense (1986). Coordinadora de La Voz de la Salud con una misión, que todos nos cuidemos más y mejor. La pandemia de covid-19 no solo la viví, también la conté en La Voz de Galicia. Mucho antes de todo esto trabajé en Vtelevisión durante casi una década como redactora, reportera y presentadora. Allí dirigí y presenté el programa Sana sana, sobre sanidad, bienestar y nutrición.