En vídeo | Las cifras del cáncer: 280.000 nuevos casos en España en el 2022
ENFERMEDADES
Analizamos la incidencia, sus síntomas y tasa de supervivencia
29 ene 2023 . Actualizado a las 14:04 h.Cada hora, 32 personas serán diagnosticadas de cáncer. Este 2022 se detectarán alrededor de 767 casos cada día en España. La Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) publicó esta semana el informe «Las cifras del cáncer en España 2022» con motivo del Día Mundial contra el Cáncer que se celebra este viernes. En el documento estiman que en el año 2022 el número de cánceres diagnosticados alcanzará los 280.100, según los cálculos de REDECAN (Red Española de Registros de Cáncer). Al igual que se espera un incremento en la incidencia del cáncer a nivel mundial, en nuestro país se estima que en 2040 la incidencia alcance los 341.000 casos. Unos datos, eso sí, que este año hay que interpretar con cautela puesto que el covid-19 ha alterado y todavía sigue alterando las posibilidades diagnósticas del sistema sanitario.
De todos esos casos, 166.000 se darán en mayores de 65 años, 98.000 en personas de entre 45 y 64, y casi 16.000 en menores de esa edad.
¿Cuál es el cáncer más diagnosticado en España?
Los cánceres más frecuentemente diagnosticados en España en 2022 serán los de colon y recto (43.370 nuevos casos), mama (34.750), pulmón (30.948), próstata (30.884) y vejiga urinaria (22.295). A mucha distancia, los siguientes cánceres más frecuentes serán los linfomas no hodgkinianos (9.514), el cáncer de páncreas (9.252), el de riñón (8.078), y los cánceres de cavidad oral y faringe (7.779), estómago (6.913), cuerpo uterino (6.773) e hígado (6.604)
¿Hay diferencias entre hombres y mujeres? Sí.
Los cánceres más frecuentemente diagnosticados en varones en España en el 2022 serán:
- Próstata (30.884, el 19 % de todos los detectados en varones)
- Colon y recto (26.862, el 16,7 %)
- Pulmón (22.316, el 14 %)
- Vejiga urinaria (17.992)
- A mucha distancia están los cánceres de cavidad oral y faringe, riñón, los linfomas no hodgkinianos, hígado, y los cánceres de páncreas y estómago, todos ellos con más de 4.000 casos al año.
Los cánceres más frecuentemente diagnosticados en mujeres en España en el 2022 serán:
- Mama (34.750, suponen el 29 % de todos los diagnósticos en mujeres)
- Colon y recto (16.508, el 13,7 %)
- A mucha distancia, los siguientes cánceres más frecuentes serán los de pulmón (8.632, el 7 %), cuerpo uterino (6.773), tiroides (4.640), páncreas (4.509), vejiga urinaria (4.303) y los linfomas no hodgkinianos (4.283)
Aquí hay que hacer una mención especial al cáncer de pulmón. Vuelve a ser el tercer tumor con mayor incidencia en mujeres. Esto se debe a que a partir de los años 70 se disparó el consumo de tabaco. Por eso, también se espera en los próximos años un aumento en la incidencia de los otros tumores relacionados con el tabaco, como los de la cavidad oral y faringe o la vejiga urinaria. Aún así, estos cánceres siguen siendo mayoritarios en hombres. Según los datos del INE, en el año 2020 había un 23,3 % de fumadores diarios entre los varones y un 16,4 % entre las mujeres.
La edad, un factor clave
La edad es un factor de riesgo clave para la aparición de tumores. Con cada vela en la tarta de cumpleaños aumenta la probabilidad de desarrollar un cáncer. ¿Hay un número clave? Lo cierto es que, como se ve en este gráfico, la curva comienza a mostrar una acusada línea ascendente a partir de los 45-50 años. Como se indica en el informe de la SEOM, «desde el nacimiento hasta los 80 años, los hombres tienen un riesgo de desarrollar cáncer de un 40,9% y las mujeres de un 27,6%. A los 85 años, estos valores son de un 48,6% en los hombres y de un 32,2% en las mujeres».
Como explican desde la SEOM, el aumento en el número absoluto de casos de cáncer diagnosticados en España tiene que ver con el crecimiento poblacional y, en particular, con un aumento de población envejecida. Esto quiere decir que, al haber más personas en la franja etaria de alto riesgo para desarrollar cáncer, los casos registran un incremento.
Mortalidad
El cáncer es una de las principales causas de mortalidad en el mundo. En el año 2020, según datos de la International Agency for Research on Cancer (IARC), 9,9 millones de personas en todo el planeta fallecieron a causa de esta enfermedad. Una cifra que seguirá incrementándose a lo largo de los próximos años. En España, se estima que la mortalidad por cáncer se incrementará de 113.000 casos en el 2020 a más de 160.000 en el 2040.
«Aun a pesar de lo terrible de la pandemia del covid-19, el cáncer siguió siendo más mortal. Los tumores son la segunda causa de defunción en España, solo detrás de las enfermedades del sistema circulatorio», señala Enriqueta Felip, jefe de Sección del Servicio de Oncología Médica del Hospital Vall d'Hebron (Barcelona) y presidenta de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).
Efectivamente, e nuestro país, según el INE, en el año 2020 los tumores constituyeron la segunda causa de muerte (22,8% de los fallecimientos, 112.741), solo por detrás de las enfermedades del sistema circulatorio (24,3% de las muertes, 119.853). ¿Qué cánceres provocan más fallecimientos? Los de pulmón, páncreas, mama y próstata.
No hay que olvidar que en las últimas décadas la mortalidad por cáncer ha registrado un fuerte descenso, la supervivencia se ha duplicado en las últimas cuatro décadas. «Estas tendencias reflejan las mejoras en la supervivencia de los pacientes con tumores debido a las actividades preventivas, las campañas de diagnóstico precoz, los avances terapéuticos, y, en varones, la disminución de la prevalencia del tabaquismo. Otros cambios, como el aumento de cáncer de pulmón atribuible a la contaminación, los tratamientos para el virus de la hepatitis, etc. tardarán en evidenciarse», indican desde la Sociedad Española de Oncología Médica.
Supervivencia
La medicina de precisión también tiene mucho que ver. «Hemos identificado biomarcadores que permiten clasificar los tumores y así seleccionar los tratamientos más eficaces para los pacientes. De forma más o menos rápida se podrá implementar y garantizar equidad en la utilización de estos biomarcadores», asegura Felip.
Medicina de precisión
Como explica la SEOM, «una de las principales revoluciones en el tratamiento de los pacientes con cáncer ha sido el poder establecer decisiones terapéuticas de forma personalizada, es decir, en función de las características genómicas y moleculares del tumor de cada paciente». Esto es lo que se denomina medicina de precisión.
Con estas técnicas, algunos pacientes pueden recibir tratamientos personalizados, dirigidos a estas alteraciones moleculares o genómicas que provocan el desarrollo del tumor. Al ser de alta especificidad, aumentan no solo la eficacia sino la seguridad de los tratamientos, que tienen una menor toxicidad comparados con los tratamientos convencionales.
Pese a los avances, hay que señalar que no todos los tumores son potencialmente tratables con estos métodos: existen alteraciones para las que actualmente no hay tratamientos dirigidos, o bien los medicamentos están aún en fase de desarrollo y experimentación. Con todo, la medicina de precisión ha supuesto un cambio revolucionario en el enfoque terapéutico del paciente oncológico. «En muchos casos, como por ejemplo en pacientes con cáncer de pulmón avanzado o metastásico no debería indicarse el tratamiento oncológico hasta haberse descartado si el paciente puede o no beneficiarse de una terapia personalizada», destaca la SEOM.
«Somos optimistas, pero cuesta mucho, porque hay muchos tipos de cáncer y los trratamientos son distintos y no sirven para todos los tipos de cáncer. Vamos ganando terreno poquito a poquito, queda mucho trabajo por hacer y detrás de ese trabajo hay mucha investigación», señala Jaume Galceran, director del servicio de Prevención y Epidemiología de Cáncer del Hospital Universitari Sant Joan de Reus (Tarragona). Al mismo tiempo, Galceran aclara que en los próximos años «veremos un ligero retraso en la supervivencia del cáncer, por el diagnóstico de tumores en estado más avanzado debido al "efecto covid"».
Aquí se analiza la supervivencia neta a cinco años del diagnóstico a pacientes diagnosticados en el período 2008-2013. Para los hombres se sitúa en el 55,3 % y para las mujeres en el 61,7 %. Aquí hablamos de un dato general porque, dependiendo del tipo de tumor detectado, los porcentajes varían mucho.
Como se puede observar en el gráfico, en los hombres, la supervivencia neta estandarizada por edad fue del 90 % en los cánceres de próstata y de testículo y de 86 % en el de tiroides, mientras que fue del 7 % en el cáncer de páncreas, del 12 % en el de pulmón, del 13 % en el de esófago y del 18 % en el de hígado.
En las mujeres, el cáncer de tiroides tuvo una supervivencia neta de 93 %, el melanoma cutáneo del 89 %, y el cáncer de mama del 86 %, mientras que en el cáncer de páncreas fue del 10 %, en los de hígado y esófago del 16 % y en el de pulmón del 18 %.
Se estima que, en general, la supervivencia se ha duplicado en las últimas cuatro décadas y es probable que, aunque lentamente, continúe aumentando en los próximos años, por motivos relacionados tanto con el desarrollo y aplicación de nuevas terapias como con los programas de diagnóstico precoz de cáncer.
¿Qué pasa con Galicia?
Para acercarnos todavía más a esta radiografía del cáncer en España, nos vamos a otro informe, el «Atlas of Cancer Mortality in Portugal and Spain 2003?2012», fruto de la colaboración entre el Instituto Nacional de Salud Ricardo Jorge y el Instituto de Salud Carlos III.
El estudio de la distribución geográfica del riesgo de fallecer por cáncer analiza datos acerca de los casos de cáncer de esófago, estómago, colorrectal, páncreas, laringe, mama, próstata, vejiga y pulmón, así como la leucemia. Aquí se definen varias zonas de riesgo dependiendo del tipo de tumor.
Cáncer de estómago: en España, los valores altos se sitúan en la costa oeste y en el sur de Galicia, el centro de Asturias, una extensa sección central de Castilla y León, una pequeña parte de La Rioja, en el centro de Castilla-La Mancha y el oeste de Castilla y León y Extremadura.
Cáncer de laringe: en este atlas, en hombres, hay tres zonas con exceso de riesgo de mortalidad: una zona del norte de España, que incluye el oriente de Asturias, Cantabria, el oeste del País Vasco y La Rioja, el norte de Castilla y León, y algunos municipios de Navarra y Aragón; una segunda situado en las zonas occidentales de Galicia y noroeste de Portugal; y la más significativa, una zona del suroeste de la Península Ibérica, que comprende el sur de Extremadura, el oeste de Andalucía y el sur de Portugal, incluida la región del Algarve y parte del Alentejo.
Cáncer de pulmón: el atlas señala grupos poblacionales con un riesgo detectado especialmente bajo en el este de Galicia y el oeste de Castilla y León.
Cáncer de mama: aquí el estudio sitúa a Galicia (junto a la región Norte de Portugal) como las áreas con el riesgo más bajo de fallecer por este tipo de cáncer.
Cáncer de próstata: hay pocos municipios de alto riesgo en España. Los clústeres más grandes se encuentran en Galicia (con cierta continuidad con las zonas de exceso de riesgo de Portugal), Asturias, Aragón y la Comunidad Valenciana. ¿Por qué? Como se señala en el estudio, los factores de riesgo del cáncer de próstata aún no están muy bien establecidos. Aun así, los antecedentes familiares y una serie de factores genéticos han sido destacados como factores de riesgo bien evidenciados para este cáncer. Esto podría explicar potencialmente la continuidad de los valores altos de RR de Portugal hasta Galicia.
¿Cánceres evitables?
«Cáncer siempre habrá. Hay hasta fósiles de dinosaurios con tumores. Es inherente a la vida, consecuencia de mutaciones. Por lo tanto, lo primero que podemos hacer es prevenir, porque, por ejemplo, no fumar equivale a reducir estas mutaciones, frenarlas», explica Galceran. En este sentido, el experto destaca la importancia de eliminar los factores de riesgo, insistiendo en que, si todas las personas dejáramos de exponernos a estos factores, podríamos evitar alrededor de un tercio de todos los casos de cáncer.
Según la Organización Mundial de la Salud, uno de cada tres muertes por cáncer se deben a cinco factores evitables. ¿Cuáles son?
Tabaco
Se estima que el tabaco es responsable de hasta un 33% de cánceres a nivel mundial, y de hasta el 22% de las muertes por cáncer.
Alcohol
Según datos de la OMS, en España, el 4,4 % de los tumores están causados directamente por el alcohol. Europa tiene uno de los mayores niveles de consumo de alcohol a nivel mundial.
Según señala la SEOM en su informe, «no existe un nivel seguro de consumo de alcohol, ya que se incrementa el riesgo de cáncer incluso con consumos bajos de alcohol. Se estima que hasta 4.600 de casos de cáncer de mama anuales en Europa se deben a consumos de alcohol de 1 copa de vino al día. Además, se produce un efecto sinérgico con el hábito tabáquico, y es que al combinarse el consumo de alcohol con el tabaco, el riesgo de desarrollar carcinomas orales, de orofaringe o de esófago se multiplicó por 30».
Obesidad
Los datos demuestran una relación causal entre la obesidad y al menos nueve tipos de cáncer, con una incidencia total de unos 450.000 casos de cáncer anuales. Se calcula que si no se hubiera incrementado la media de IMC poblacional a nivel mundial en los últimos 30 años, se podrían haber evitado más de 160.000 casos de cáncer en 2012 a nivel mundial.
Agentes infecciosos
Existen 10 agentes infecciosos clasificados como carcinógenos por la IARC (Helicobacter pylori, virus de la hepatitis B, virus de la hepatitis C, papilomavirus-serotipos 16, 18, 31, 33, 35, 39, 45, 51, 52, 56, 58 y 59, virus Epstein-Barr, virus herpes tipo 8 o herpes virus asociado al sarcoma de Kaposi, HTLV-1, Opisthrochis viverrini, Clonorchis sinensis y Schistomsoma haematobium).
Radiación ultravioleta
A estos factores de riesgo principales se suman otros, como la radiación ultravioleta, responsable de la mayor parte de los tumores cutáneos (tanto no-melanoma como melanoma) que se diagnostican. Se estima que en 2012 en España, más de 3.600 casos de cáncer fueron atribuibles a la radiación UV.
Apuntes sobre los cuatro tipos de cáncer más comunes
1. Cáncer de colon y recto
La enfermedad suele empezar a desarrollarse en personas que sobrepasan la barrera de los cuarenta años, aunque el pico de casos se da a partir de los setenta. Con frecuencia, comienza como un crecimiento en el revestimiento interno del colon o del recto: los pólipos. La probabilidad de que estos se vuelvan cancerígenos depende de sus características. Los pólipos principales son los adenomatosos, que sí se suelen transformar en cáncer, y los inflamatorios o hiperplásicos, que aunque son más frecuentes, por lo general no son precancerígenos. Así, los primeros representan alrededor del 96 % de los diagnósticos.
Los síntomas de este tipo de tumor pueden ser inespecíficos. Entre los más frecuentes se encuentran la existencia de sangre o moco en las heces. Puede ser sangre roja, que es más frecuente en tumores de sigma y colon descendente, o de sangre negra que se mezcla con las heces dando lugar a un tipo de deposiciones de color negro que se llaman melenas. No obstante, hay que tener en cuenta otras señales de alarma como el cambio en el ritmo de deposiciones (puede ser estreñimiento, diarrea o ritmo alternante), heces más estrechas, dolor abdominal y/o pélvico, o la sensación de querer defecar aunque los intestinos ya se encuentren vacíos (tenesmo). También se puede padecer obstrucción intestinal debido a la ausencia de deposición, náuseas y vómitos.
2. Cáncer de próstata
La edad media en el momento del diagnóstico es la más elevada de todos los cánceres, siendo su incidencia máxima a partir de los 75 años. Aunque la próstata está formada por muchos tipos de células diferentes, más del 99 % se desarrolla sobre las glandulares, que son las encargadas de producir el líquido prostático que forma parte del semen. En muchos casos tiene un crecimiento lento y puede estar largas fases sin presentar síntomas. En cuanto a los factores de riesgo que pueden tomar parte en el desarrollo de este tipo de cáncer, los más significativos son la edad, la raza, la historia familiar, los factores ambientales y los hábitos alimenticios.
En cuanto a los síntomas, los que suelen aparecer primero son la urgencia miccional, un aumento de la frecuencia de orinar, dolor y escozor durante la micción, sangre en la orina o en el semen, retardo en el inicio de la micción o disminución de fuerza en la misma, goteo después de realizarla, o una sensación de vaciamiento incompleto de la vejiga. Si se aprecia cualquiera de estos se debe acudir al médico para realizar las pruebas necesarias.
3. Cáncer de mama
Se trata de un tumor maligno que se origina en el tejido de la glándula mamaria, pero no es una enfermedad exclusiva entre el sexo femenino ya que puede aparecer en hombres aunque el porcentaje de incidencia sea muy pequeño.
La sintomatología del cáncer de mama pasa por diferentes fases. Cuando se desarrolla la fase inicial de la enfermedad, o la llamada «preclínica», no se presenta ningún tipo de síntoma. Pero una vez finalizada, puede manifestarse de diferentes formas. La más frecuente es la presencia de un nódulo palpable, doloroso o no. Cuando el tumor crece, incluso puede manifestarse con irregularidades en el contorno de la mama, falta de movilidad de la misma, retracción en el pezón o alteraciones en la piel como enrojecimiento, piel de naranja o úlceras. Aunque es más raro, también se puede presentar secreción de líquido seroso o sanguinolento en el pezón. Si el tumor ya se encuentra en fase metastásica, pueden padecer otros síntomas de alerta como el dolor óseo.
4. Cáncer de pulmón
Bajo la denominación de «cáncer de pulmón» se engloban varias enfermedades con diferentes comportamientos y, por lo tanto, también tratamientos. Se puede originar en diferentes estructuras del árbol respiratorio como la tráquea, los bronquios, los bronquiolos o los alveolos.Los dos tipos principales son el de células pequeñas y el de no pequeñas, dependiendo de cómo estas se aprecian en el microscopio. El primero, también llamado cáncer microcítico, crece y se disemina con rapidez a otros órganos, mientras que el segundo -que es más frecuente representando alrededor del 85 % de los casos- se divide a su vez en tres tipos: el carcinoma epidermoide, adenocarcinoma y carcinomas de células grandes.
La incidencia de este tipo de tumor ha crecido en las últimas décadas como consecuencia del hábito de fumar, ya que nueve de cada diez casos se deben al tabaco. Sus síntomas pueden presentarse de diferentes formas y en las etapas iniciales este tipo de tumores suelen ser asintomáticos. Cuando la enfermedad progresa, la consecuencia más común es la aparición o aumento de una tos previamente existente. Suele ser repetitiva, rebelde y que de manera general no produce moco. Otras señales de alerta son el dolor constante en el pecho o la dificultad para respirar. También es frecuente la aparición de una infección respiratoria recurrente como una bronquitis o neumonía, que no cede tras haber concluido su respectivo tratamiento.
Gráficos elaborados por Belén Araújo.