La «enfermedad victoriana» afecta, sobre todo, a niños de entre 2 y 8 años, aunque los adultos no están libres de contagiarse
08 abr 2022 . Actualizado a las 16:36 h.Escarlatina. Seguro que si vas al médico y te dicen que ese es tu diagnóstico pensarías lo mismo que Paulino. «¿De verdad?, pero ¿eso no era una enfermedad del siglo pasado?, ¿la de la peli Mujercitas?». Si tienes hijos quizás estés un poco más familiarizado, no era el caso: «No me lo creía, a mis 39 años recién cumplidos con escarlatina, además, no tengo niños pequeños. Todavía no sé cómo me contagié».
La escarlatina (también llamada fiebre escarlata) es «una faringoamigdalitis aguda (anginas) asociada a un exantema (erupción en la piel). La causa una bacteria llamada estreptococo betahemolítico del grupo A y el exantema se debe a una sustancia (toxina) que producen algunas familias de esta bacteria», explican desde la Asociación Española de Pediatría. Esta bacteria está presente en la piel o en la garganta sin causar problemas, pero bajo ciertas circunstancias puede causar faringitis, impétigo y escarlatina
La escarlatina es más frecuente entre los 2 y 8 años de edad, y su máxima incidencia se da a los 4. «Es más frecuente en niños, pero tampoco es algo extrañísimo en adultos. Es una bacteria que coloniza las amígdalas y produce fiebre. En concreto, en el caso de la escarlatina, además, produce una erupción, un exantema característico. Pero se trata exactamente igual que la amigdalitis clásica, porque este estreptococo es muy sensible a la penicilina, así que ese es el tratamiento de elección», explica Jesús Sueiro Justel, de la Asociación Galega de Medicina Familiar e Comunitaria. «En las guarderías se comparten los virus y las bacterias todo el día. Están contacto constante con estas infecciones y esa es la manera de ir inmunizándose frente a ellas. Y, lógicamente, esa inmunización que se da a base de recibir infecciones va haciendo que en la edad adulta estas infecciones sean más escasas y más leves, precisamente porque el haberlas sufrido en la infancia nos protege en la edad adulta. Seguramente, una persona que tiene escarlatina o amigdalitis a una edad mayor no la haya sufrido antes, por algún motivo», asegura el médico.
«Yo noté mucho cansancio durante unas horas y, por la noche, vi en el espejo que, tanto en los laterales de las piernas, como por las axilas, tenía como la piel de gallina pero enrojecida. No era muy evidente, pero, al poner la mano sobre esas zonas, quedaban en blanco las huellas de los dedos, como cuando te quemas en la playa. Pensé que me había sentado mal algo de lo que había comido. Pero como esas ronchas no se me iban al cabo de unos días, decidí ir al médico. La doctora al verme me preguntó si tenía niños o estaba mucho con niños y, aunque la respuesta fue negativa, ella ya me dijo que era escarlatina». Paulino relata entre risas que al llegar a casa buscó en Internet y comprobó que, efectivamente, Beth, la de Mujercitas, moría tras adquirir la escarlatina. Es solo una anécdota, porque son otros tiempos y esta enfermedad se ha convertido en una infección leve. Cuando Louisa May Alcott publicó Mujercitas, en septiembre de 1868, todavía faltaban seis décadas para que se descubriese la penicilina (fue en 1928, en el St. Mary's Hospital de Londres, cuando Alexander Fleming hizo uno de los hallazgos que cambiarían la historia de la medicina).
Síntomas
La fiebre comienza de manera brusca y tiene una duración de entre tres y cinco días. Dolor de garganta, inflamación de las amígdalas y de los ganglios del cuello. El exantema característico aparece a las 12-48 horas de la fiebre y consiste en una erupción cutánea difusa micropapular (granos de muy pequeño tamaño), rasposa, que da a la piel un aspecto de «papel de lija o piel de gallina» sobre un fondo enrojecido. La erupción se inicia en el cuello y la cara (respetando la zona de alrededor de la boca) y luego se extiende al tronco y las extremidades, de arriba hacia abajo. Es más intensa en los pliegues (axilas, ingles, flexuras) y puede producir picor. La lengua a veces toma un color aframbuesado o blanquecino. El exantema dura de 3 a 7 días y al desaparecer puede descamarse la piel, empezando también por el cuello y la cara (de arriba hacia abajo). Otros síntomas que pueden aparecer son vómitos, dolor de cabeza, dolor abdominal, escalofríos, falta de apetito y decaimiento. El periodo de incubación, desde el contagio hasta la aparición de los síntomas, es de 2 a 5 días.
Jesús Sueiro lo resume así, «Se cursa como la amigdalitis bacteriana: con mucha fiebre, malestar general y cansancio. Pero el cuadro es relativamente rápido y el efecto del antibiótico lo cura en pocos días».
Tratamiento
«El tratamiento es con penicilina, porque el estreptococo es desde siempre un germen muy sensible a ella. Luego, otras medidas generales pueden incluir antiinflamatorios, antipiréticos y analgésicos para la fiebre y las molestias. Se aconseja, para el dolor de garganta, ibuprofeno. También se recomienda hacer comidas suaves, más bien frías. Cuando tenemos la garganta irritada, el calor hace más daño. Por esto a los niños, cuando los operaban de anginas, se les daban helados. No como premio, sino porque el frío mejora un poco la sensación en la garganta y baja un poco la congestión y la inflamación, rebajando el dolor al tragar. Se busca ese mismo efecto», explica el doctor.
El diagnóstico generalmente se realiza con la entrevista clínica y la exploración física. En algunos casos el pediatra podrá solicitar un análisis rápido de estreptococo o un cultivo de una muestra de la garganta.
Contagio
La transmisión es directa persona a persona por vía aérea a través de gotitas de secreciones respiratorias o por fómites recién contaminados. Los estreptococos del grupo A viven en la nariz y la garganta y pueden transmitirse fácilmente a otras personas. Es importante saber que no todas las personas infectadas tienen síntomas o parecen estar enfermas. La infección es más común en invierno y primavera.
Al igual que la infección de garganta por estreptococos, la escarlatina es más común en los niños que en los adultos. Entre los adultos con mayor riesgo de tener escarlatina están los padres de niños en edad escolar y aquellos que tienen contacto frecuente con menores (como los profesores, por ejemplo).
Escarlatina, ¿se puede volver a pasar?
La Asociación Española de Pediatría explica que «existen al menos tres tipos diferentes de toxina productora de exantema, de manera que una misma persona puede sufrir varios episodios de escarlatina por toxinas frente a las que no ha creado anticuerpos aún».
«En general no suele haber complicaciones con el tratamiento antibiótico. La fiebre reumática, la cardiopatía reumática, prácticamente son inexistentes hoy. Simplemente es la molestia, el malestar que produce, pero en unos días se cura», dice Sueiro.