¿Qué es el linfoma de no Hodgkin? Así es el tumor por el que ha fallecido Antonio Ibáñez
ENFERMEDADES
Se trata de un tumor que afecta al sistema linfático y se diferencia del linfoma de Hodgkin en que no existen células de Reed-Sternberg
13 jul 2022 . Actualizado a las 17:50 h.El actor, pintor y modelo Antonio Ibáñez ha fallecido a los 34 años de edad a causa de un tumor contra el que llevaba luchando un año. En concreto, según apuntan diversos medios, se trata del linfoma de no Hodgkin, un tipo de cáncer producido en el sistema linfático.
Así, este tipo de cáncer aparece en los glóbulos blancos (linfocitos). ¿En qué se diferencia del linfoma de Hodgkin? En el hecho de que, si el médico detecta la presencia de un tipo específico de células anormales llamadas «células de Reed-Sternberg», el linfoma se clasifica como linfoma de Hodgkin. Si no hay células de Reed-Sternberg, el linfoma se clasifica como no hodgkiniano.
El sistema linfático está constituido por una red de órganos, ganglios linfáticos, conductos y vasos linfáticos que producen y transportan linfa —un líquido que procede de la sangre cuya función es la de servir de intermediario en los cambios nutritivos entre la sangre y los tejidos—. Entre ellos, el bazo, amígdalas, timo y médula ósea. «Así, dadas las múltiples localizaciones del sistema linfático, la degeneración cancerosa puede presentarse en cualquier parte de nuestro organismo, con implicación de los órganos linfáticos comentados o más raramente en otras localizaciones orgánicas», explica el doctor Mariano Provencio, oncohematólogo, portavoz de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y director del Área de Oncohematología del Hospital Universitario Puerta del Hierro de Madrid.
¿Cuáles son sus causas y factores de riesgo?
Según apuntan desde la SEOM, no existe una causa conocida e identificable, pero sí que la incidencia aumenta con la edad.
De lo que sí existe evidencia es de que algunas circunstancias o enfermedades pueden predisponer al desarrollo de un linfoma no Hodgkin. Entre ellas, los tratamientos previos con agentes inmunosupresores, quimioterapia, radioterapia o trasplante de órganos.
«También se han asociado a algunas infecciones como la provocada por el virus HIV-1, HTLV-I, infecciones por Epstein-Barr, hepatitis C, Borrelia burgdorferi, o a enfermedades del tejido conectivo como Lupus eritematoso, artritis reumatoide, síndrome de Sjögren, crioglobulinemia mixta e incluso a determinadas enfermedades gastrointestinales como la enfermedad de Crohn o gastritis crónica por Helicobacter pylori a algunos tipos especiales de linfomas gástricos», precisa el doctor Provencio.
Según el Instituto Nacional del Cáncer (NIH), la edad avanzada, el sexo masculino y un sistema inmunitario debilitado aumentan el riesgo de linfoma no Hodgkin en los adultos.
Posibles síntomas
Los posibles síntomas que puede provocar este tipo de cáncer pueden ser muy variados e inespecíficos, y dependerán de factores como la localización y grado del tumor, el crecimiento del mismo, la edad del paciente o sus circunstancias personales.
«En más de dos tercios de los pacientes, el linfoma no Hodgkin se presenta como un ganglio aumentado de tamaño, palpable (linfadenopatía). Pero no todo ganglio aumentado de tamaño y palpable es un linfoma», apunta Provencio. Y añade que en un 40 % de los casos los pacientes con linfoma no Hodgkin presentan síntomas generales como fiebre, pérdida de peso o sudoración profusa y que no son explicables por otras causas: «Cuando la fiebre es mayor de 38º, la pérdida de peso de más del 10%, se denominan síntomas B y van a ser factores pronósticos importantes. Estos síntomas B están presentes en el 47 % de los linfomas agresivos y en menos del 25 % de pacientes con linfoma indolente».
Además, otros posibles signos que se pueden presentar con el tumor son la astenia o cansancio, la falta de apetito, una sensación de malestar general y prurito o picazón.
Principales síntomas y signos del linfoma de no Hodgkin, según la American Cancer Society:
- Ganglios linfáticos hinchados
- Fiebre
- Sudores nocturnos excesivos
- Pérdida de peso
- Cansancio
Diferentes tipos de linfomas no Hodgkin
«Existen varias clasificaciones de los linfomas no Hodgkin. Podemos dividirlos de acuerdo a su pronóstico, ligado fundamentalmente al crecimiento tumoral», apunta Provencio.
De esta forma, hablamos de linfomas de un bajo grado de malignidad con un curso clínico que suele ser lento, en donde la supervivencia media suele ser de años. «Por otra parte, encontramos a los linfomas llamados agresivos, con una historia natural más recortada en el tiempo, de crecimiento más rápido y que si no se tratan acaban con la vida del paciente en pocos meses. Y ya por último, podemos identificar los linfomas no Hodgkin de muy alto grado de malignidad, en los que el paciente sin tratamiento puede morir en semanas», puntualiza.
Además, el doctor considera que la clasificación de los linfomas no Hodgkin ha sido uno de los problemas más difíciles de resolver, «porque hay una gran cantidad de variedades inmunofenotípicas y por otro, se han reconocido nuevas entidades con el paso del tiempo, por ello disponer de una clasificación que de satisfacción a todos es casi imposible».
De forma práctica, según la Asociación Española Contra el Cáncer, a veces se agrupan en dos grandes grupos en base al posible pronóstico:
Linfomas agresivos: Son los que llamamos linfomas de alto grado. Tienden a crecer rápidamente y suelen provocar síntomas. Estos son habitualmente bastante sensibles a las terapias, por lo que suelen responder al tratamiento con mejoría clínica. Y, paradójicamente, presentan mayores probabilidades de curación.
Linfomas indolentes: También conocidos como linfomas de bajo grado. Su comportamiento suele ser menos agresivo, por lo que a veces se mantienen estables en el tiempo a pesar de los tratamientos. A veces no necesitan terapia, y solo se requiere vigilancia. Pero se consideran —de forma global— difícilmente curables.
Tratamiento
El tipo de tratamiento dependerá del estadio y del tipo de linfoma. En función de cada caso se puede optar por quimioterapia, radioterapia, inmunoterapia, terapia dirigida, cirugía, trasplante de células madre y tratamientos paliativos.
Según los últimos datos publicados por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), la supervivencia neta a cinco años del diagnóstico en el período del 2008 al 2013 de los linfomas no hodgkinianos es del 62.4 % en hombres y del 68.4 % en mujeres.