Dolores Isla, oncóloga: «El cáncer de pulmón se va a convertir en el más mortal en mujeres en dos o tres años»

Laura Inés Miyara
Laura Miyara LA VOZ DE LA SALUD

ENFERMEDADES

La doctora Dolores Isla es presidenta de la Asociación para la Investigación de Cáncer de Pulmón en Mujeres (ICAPEM).

La presidenta de la Asociación para la Investigación del Cáncer de Pulmón en Mujeres explica todas las particularidades de esta enfermedad y asegura que hasta un 30 % de las pacientes son no fumadoras

08 nov 2022 . Actualizado a las 11:02 h.

El cáncer de pulmón es uno de los tumores de mayor incidencia en España. Ocupa el tercer lugar entre los cánceres más frecuentes, tanto en hombres como en mujeres. Y es también uno de los más mortales, sobre todo para ellas: existen diferencias entre hombres y mujeres en cuanto al impacto de este. Por eso es tan importante contar con información específica sobre esta enfermedad y sobre cómo afectan factores como el sexo del paciente y el sesgo de género en la investigación en todas las etapas del proceso, del diagnóstico al tratamiento.

La doctora Dolores Isla es licenciada en Medicina y Cirugía por la Universidad de Zaragoza y está especializada en Oncología Médica. Desde el año 2018, ocupa el puesto de Jefe de Servicio de Oncología Médica en el Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza. Actualmente es presidenta de la Asociación para la Investigación del Cáncer de Pulmón en Mujeres (ICAPEM), donde se dedica a estudiar las especificidades de este cáncer que requiere un abordaje individualizado y optimizado para su tratamiento.

«Lamentablemente el cáncer de pulmón en mujeres está creciendo poco a poco en cuanto a incidencia y mortalidad. Y parece ser que en dos o tres años se va a convertir en el cáncer más mortal en mujeres», observa Isla. En conversación con La Voz de la Salud, la experta explica las causas que hay detrás de ese incremento en los casos y qué es lo que se sabe sobre las características específicas que adquiere esta enfermedad en la población femenina.

—¿Por qué se estudia el cáncer de pulmón específicamente en mujeres?

—El cáncer de pulmón desde la perspectiva de género se tiene que estudiar de forma separada, hay que hacer estudios específicos por sexo, considerando este factor, para luego poder individualizar bien nuestras estrategias de abordaje y optimizarlas.

—¿Qué particularidades tiene en las mujeres el cáncer de pulmón?

—Hace tiempo que conocemos que hay diferencias de género en cáncer y, en particular, en cáncer de pulmón. Desde el 2010 ya vimos una incidencia creciente de este tipo de tumor en las mujeres que, hasta esa época, era muy poco frecuente. Empezaba a crecer de una forma muy clara. En la práctica clínica lo veíamos y veíamos cómo además tenía diferencias clínicas y biológicas con respecto a los hombres. Por ejemplo, la edad de aparición es menor. Las mujeres son más jóvenes cuando tienen el cáncer de pulmón, de forma estadística. Y es más frecuente que sean no fumadoras respecto de los hombres. Hasta un 30 % son no fumadoras, mientras que en los hombres, solo un 15 %. En ellas se detecta en estadios más precoces. El tipo histológico es distinto, hay más adenocarcinomas, más mutaciones. Por otro lado, en cuanto a tratamiento, la toxicidad que producen los fármacos es mayor en mujeres; sin embargo, sabemos que el pronóstico, la supervivencia, es mejor en mujeres que en hombres globalmente. A la hora de plantearnos una detección precoz del cáncer de pulmón en mujeres, los estudios que hemos realizado hasta ahora conseguían que la mortalidad disminuyera en mujeres de una forma mayor que en hombres. O sea que el cribado era más satisfactorio en mujeres que en hombres. En cuanto a la toxicidad de los fármacos, que es mayor en mujeres, allí están implicadas razones metabólicas. Por otro lado, hay razones hormonales que podrían justificar diferencias entre hombres y mujeres en los resultados.

—¿Por qué aparece este cáncer en tantas no fumadoras?

—Detrás de esto es probable que haya otros factores, como pueden ser los hormonales, genéticos, inmunes, de exposición ambiental. Es mucho lo que tenemos que investigar para dar respuesta a estas preguntas. En las no fumadoras, una de las principales razones es el radón. El asbesto también lo es y la polución del aire recientemente ha sido estudiada como un factor causal de cáncer de pulmón. También estamos trabajando en la posibilidad de encontrar cánceres de pulmón hereditarios en determinados perfiles clínicos de pacientes mujeres. Este factor causal hereditario nunca se había considerado, pero últimamente tenemos información que indica que puede estar presente en un pequeño porcentaje de los casos. Si identificáramos que se trata de un cáncer hereditario, podríamos prevenir en la descendencia, podríamos introducir, como en otros cánceres hereditarios, estrategias para minimizar su aparición en la descendencia o en los familiares.

—¿Qué papel tienen las hormonas en el cáncer de pulmón en mujeres?

—De momento, la información que tenemos sobre las diferencias hormonales no es suficiente como para explicar lo que sucede. Puede ser algo multifactorial o puede que unos factores estén condicionados con otros, puede que se produzcan sesgos. De manera que esto hay que estudiarlo profundamente, de forma seria, prospectivamente, en estudios bien diseñados, específicos, cosa que no se ha hecho hasta ahora. De hecho, en ensayos clínicos, hay una baja representación de mujeres, menor de la proporción que correspondería por la frecuencia que tenemos. Y no sabemos por qué es, si es que las mujeres no quieren participar en ensayos clínicos, o si no se les ofrecen los ensayos a ellas.

—¿Cómo es el perfil de la paciente que tiene riesgo de desarrollar este cáncer?

—Una información que tenemos desde hace tiempo es que el tabaco es más perjudicial en mujeres que en hombres. Con menos tabaquismo, en mujeres, la posibilidad de desarrollar un cáncer de pulmón es mayor. Esto justificaría aquellos casos de cáncer de pulmón en fumadoras. Lo que pasa es que entre las no fumadoras están también las fumadoras pasivas, aquellas cuya pareja haya fumado, o que hayan trabajado en un ambiente de exposición al tabaco, como la hostelería, en restaurantes, bares. Ahora en los interiores no se fuma, pero hasta hace poco se fumaba, y hay que remontarse a unos 15 o 20 años atrás para que el riesgo o la susceptibilidad de sufrir cáncer de pulmón se haya acumulado y hoy se manifieste.

—¿Por qué está creciendo la incidencia y la mortalidad de este cáncer en mujeres?

—El tabaquismo que se introdujo en los años 60 y 70, en lugar de disminuir, recientemente en gente joven está aumentando y esa es una de las causas. Pero luego, también está creciendo el cáncer de pulmón en personas no fumadoras, que es más frecuente en mujeres. Algunas razones las conocemos; otras, menos. Y el crecimiento se está produciendo por ahí, porque en varones está disminuyendo la mortalidad.

—¿Las chicas jóvenes están fumando más que antes?

—Sí. Parece que está bajando el tabaquismo en varones, pero está queriendo subir en mujeres. De momento, todavía está por debajo del de los varones, pero parece que hay una tendencia en la población joven hacia ese tabaquismo. Es muy lamentable, porque lo que tenemos que hacer es no iniciar el consumo de tabaco. Hay que enseñar desde pronto que el tabaco no conviene, que genera muchísimas enfermedades, una de las cuales es el cáncer. No solo el cáncer de pulmón, sino muchos tipos de cáncer están relacionados con el tabaquismo. De hecho, es el responsable de un 30 % de las muertes. Por eso es tan importante que no se inicie ese hábito y que, si se inicia, que haya un apoyo para lograr la deshabituación al tabaquismo en la sociedad.

—¿Cómo se diferencia el diagnóstico del cáncer de pulmón en hombres y mujeres?

—El diagnóstico se realiza en estadios más precoces, etapas más iniciales, con respecto a los varones. Es una de las características clínicas diferenciales que suceden en mujeres. La eficacia de un programa de cribado en mujeres es mayor que en hombres. Consigue disminuir la mortalidad. El porqué no lo sabemos. De hecho, en los programas de cribado, tendríamos que contemplar también a los no fumadores, sean mujeres u hombres, que tuvieran un riesgo aumentado. Los programas de cribado solo contemplan a personas con el factor de riesgo del tabaco, y entre ciertas edades, pero no otras causas. Y de hecho, esto nos llevaría a plantearnos una individualización de los tratamientos del cáncer de pulmón relacionado con estas diferencias que hay entre hombres y mujeres. Por ejemplo, las dosis de tratamiento podrían no tener que ser las mismas para hombres que para mujeres, condicionando así no solo la eficacia sino la toxicidad del tratamiento. Todo esto está pendiente de incorporarse a la investigación de los fármacos, porque todavía esto no se contempla.

—¿Hay diferencias también en la supervivencia con respecto a los hombres?

—En hombres, la supervivencia a cinco años es del 12 o 13 %. En mujeres es del 17 o 18 %, que todavía es baja, pero es un poquito mejor.

—¿Cómo se explica eso?

—En principio, parece que hay muchos tratamientos que funcionan mejor en ellas. Otros, como la inmunoterapia administrada de forma aislada, globalmente funcionan peor en mujeres que en hombres. Pero si se asocia a la quimioterapia, muchas veces funciona mejor en mujeres que en hombres. Eso tendrá detrás muchas causas que no conocemos bien. Parece ser que los tumores en mujeres son menos controlados por el sistema inmune que en hombres. Se escapan al control del sistema inmune. Este sistema lo que hace es atacar al tumor y acabar con él. Si este sistema inmune de las mujeres funciona peor porque esos tumores se escapan más fácil, esa es la razón por la cual estos tratamientos funcionan peor. Pero si se asocia quimioterapia, pasa al revés. Hay muchas interrogantes sobre por qué suceden las cosas, pero tenemos evidencias muy claras que nos indican que los tratamientos no funcionan igual en hombres que en mujeres, que hay una diferencia de género.

—¿Por eso se insiste en la necesidad de tratamientos individualizados?

—Claro. Porque a lo mejor la inmunoterapia sola en mujeres no deberías usarla, pero sí en hombres. Y sin embargo, combinada con quimioterapia sería un tratamiento más lógico en mujeres porque funciona mejor. Ya tenemos alguna información.

—¿Hacia dónde se está avanzando en cuanto a tratamientos?

—Se está avanzando y mejorando los resultados en determinados subgrupos de tumores que funcionan especialmente bien con ciertos tratamientos. Algunos subgrupos ya los hemos definido molecularmente. Hay un porcentaje que funciona mejor, que dobla la supervivencia o la triplica. Hemos avanzado con nuevos fármacos, nuevas estrategias y combinaciones. Pero queda mucho camino por andar. Porque todavía es un tumor de mal pronóstico.

—¿El diagnóstico también está cambiando?

—Hemos avanzado mucho en la precisión en cuanto a cuán extendido está el tumor. Tenemos desde el PET TAC hasta resonancias magnéticas de mucha más precisión que nos ayudan a estadificar y conocer la extensión de la enfermedad mucho mejor. Y luego también tenemos un avance desde el punto de vista de la biología molecular. De manera que identificamos alteraciones genómicas oncogénicas, o sea, mutaciones. Y estas alteraciones nos llevan, junto con avances en tratamientos dirigidos contra estas alteraciones, a conseguir resultados de eficacia mucho mayor. Y esa es una realidad que estamos viendo desde hace dos décadas ya, pero en cáncer de pulmón podemos decir que los avances han sido paradigmas. El cáncer de pulmón ha sido pionero y es donde más alteraciones genómicas hemos identificado, donde más terapias dirigidas tenemos. Ha sido en este sentido un tumor que ha destacado por los avances en esa dirección.

Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.