Una prueba de saliva para detectar el alzhéimer: «Estamos impulsando ensayos clínicos internacionales»
ENFERMEDADES
El hallazgo de biomarcadores que permitan detectarlo de manera no invasiva podría ser clave en el abordaje de la enfermedad
04 ene 2023 . Actualizado a las 14:07 h.Cerca de 800.000 personas en España padecen alzhéimer, una enfermedad neurodegenerativa que a día de hoy no tiene cura y que se manifiesta en sus inicios con alteraciones en la memoria. A nivel mundial, son casi 47 millones de personas las que conviven con esta demencia y se cree que, para el 2030, los casos podrían ascender a los casi 75 millones.
Se trata de un problema alarmante para una población cada vez más envejecida, teniendo en cuenta que el alzhéimer se desarrolla con la edad. De hecho, como señalan varios estudios, el alzhéimer es un proceso que se inicia años o incluso décadas antes de los primeros síntomas clínicos. Por esta razón, el hallazgo de biomarcadores que permitan detectarlo de manera no invasiva podría ser clave en el abordaje de la enfermedad. En eso está trabajando el equipo de la startup biotecnológica Geroa, cofundada por el doctor en farmacia Gorka Orive. Él es profesor titular de Farmacia en la Universidad del País Vasco y científico del Consorcio Centro de Investigación Biomédica en Red de Bioingeniería, Biomateriales y Nanomedicina (CIBER-BBN).
La ilusión que empuja al grupo de investigadores que conforman Geroa es el desarrollo de un test de saliva que permitiría diagnosticar el alzhéimer de forma sencilla, eficaz y económica. Esta prueba podría ser revolucionaria en el curso de una enfermedad degenerativa infradiagnosticada como lo es el alzhéimer. Según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), pese a que cada año se diagnostican en España unos 40.000 casos nuevos, «se estima que el 80 % de los casos de alzhéimer que aún son leves están sin diagnosticar y que entre el 30 y el 40 % de los casos totales también lo estarían» en el país.
Cómo funciona el test de saliva para el alzhéimer
Las pruebas de saliva se utilizan en la actualidad en áreas como la toxicología, la endocrinología, el diagnóstico de enfermedades infecciosas y la medicina forense. Existen tests de saliva para detectar la presencia de alcohol en el cuerpo, para diagnosticar la infección del VIH, y para analizar las hormonas, entre otras cosas. Recientemente, este tipo de pruebas se han hecho más y más reconocidas gracias a los tests de antígenos para el covid-19, que utilizan esa misma vía. Después de todo, la saliva es una de las primeras líneas de defensa del cuerpo y tiene una alta composición de proteínas antimicrobiales.
Ahora, esta vía se convertiría en una alternativa para detectar el alzhéimer, una enfermedad que hasta el momento solo se podía detectar de manera preclínica utilizando biomarcadores presentes en el líquido cefalorraquídeo o tomando imágenes de resonancia magnética, es decir, pruebas que presentaban limitaciones importantes de cara al paciente. Se trataba de exámenes invasivos, costosos, incómodos y de larga duración.
Desarrollar un test de saliva para esta demencia no fue fácil. Para lograrlo, los investigadores realizaron un estudio con 274 participantes del Servicio de Neurología del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid. Dividieron a los sujetos en cuatro grupos de acuerdo a su estado cognitivo, incluyendo un grupo de control cognitivamente saludable, y los analizaron. Así fue que descubrieron una proteína que estaba fuertemente asociada al diagnóstico de alzhéimer en estos pacientes. A partir de este hallazgo, se dedicaron a validar este biomarcador con dos estudios en dos cohortes independientes y distintos de pacientes.
«Hemos descubierto un biomarcador del alzhéimer que está presente en la saliva. Es una proteína que, cuando se encuentra en altas concentraciones en la saliva, se asocia a un estado cognitivo saludable. Cuando se encuentra en concentraciones bajas, indica un mayor riesgo de alzhéimer, ya que sus niveles caen cuando uno desarrolla la enfermedad», explica Orive. Se trata de la lactoferrina, una sustancia que podría tomarse para hacer diagnósticos de manera rápida, efectiva y a bajo coste.
«La lactoferrina salival es una molécula única específica con una alta sensibilidad y especificidad para el alzhéimer», afirma Geroa. De esta forma, la lactoferrina en saliva es un marcador que puede utilizarse de manera masiva, sobre todo porque un test de saliva es una forma barata, no invasiva y no dolorosa de hacer el cribado en una población. Ahora bien, ¿podría esta herramienta detectar el alzhéimer de manera temprana o precoz? «Para saber eso necesitaríamos estudiarlo durante mucho más tiempo», explica Orive.
El desarrollo de la prueba se encuentra en una fase de ensayos clínicos actualmente. Con estos estudios, se busca no solo desarrollar esta herramienta de detección, sino entender en mayor profundidad la proteína lactoferrina y su papel en el desarrollo de las demencias. «Estamos impulsando que haya estudios clínicos internacionales que vayan estudiando esta proteína y validándola también», dice el investigador.
La importancia del diagnóstico
Aunque el alzhéimer es una enfermedad que actualmente no tiene cura, es cierto que existen tratamientos que se pueden iniciar para hacer que la neurodegeneración avance más lentamente. «Se pueden iniciar intervenciones no farmacológicas que van a ayudar a disminuir el avance de la enfermedad. Hay parámetros como la dieta, la actividad física y los ejercicios cognitivos que pueden tener un efecto positivo en esto», señala Orive.
Al mismo tiempo, el investigador destaca el hecho de que se están desarrollando nuevos fármacos para tratar el alzhéimer, por lo que un diagnóstico temprano podría también ayduar a dar inicio a los tratamientos de cara a los próximos años, cuando se cuente con medicamentos que ataquen a la evolución de la enfermedad. En este sentido, Orive subraya que un diagnóstico rápido siempre tiene un impacto positivo en el curso de la enfermedad.
«El diagnóstico es importante sobre todo de cara de ayudar a los pacientes a tener un primer diagnóstico positivo, que vean qué mecanismos o vías pueden seguir a partir de ese momento. Eso es algo que tiene que ver con distintos aspectos. Hay aspectos farmacológicos, pero también la actividad física y cognitiva pueden ayudarles. Hay 12 factores de riesgo que podrían evitar o retrasar hasta el 40 % de las demencias. Es mucho. Y sería importante también trabajar en ese aspecto para que podamos encontrar ayuda o soluciones para esta gente», concluye.
No son datos menores. Según la Sociedad Española de Neurología, cerca de un 35 % de todos los casos de alzhéimer se pueden atribuir a factores de riesgo modificables. «Controlar la diabetes, la hipertensión arterial, la obesidad, el tabaquismo, el sedentarismo, la depresión, la inactividad cognitiva, la hipoacusia y el aislamiento social podrían potencialmente prevenir entre uno y tres millones de casos de alzhéimer en el mundo», destacan desde la entidad. Efectuar cambios en estos factores, sostiene Orive, podría ayudar a los pacientes a disminuir el avance de la enfermedad.