¿Qué es la inyección de toxina botulínica para tratar la obesidad?, ¿es un procedimiento efectivo?
ENFERMEDADES
Mientras Europa ha activado una alerta ante 14 casos graves de botulismo en personas que se sometieron a esta intervención en Turquía, los profesionales recalcan que no está recomendada en España
13 mar 2023 . Actualizado a las 18:44 h.La Unión Europea ha lanzado una alerta después de detectar 14 casos de botulismo en pacientes que viajaron a finales de febrero a Estambul (Turquía) para someterse a una intervención para perder peso. Según informan desde el boletín de riesgos del Centro Europeo para el Control y Prevención de Enfermedades (ECDC), se han reportado 12 casos en Alemania, uno en Australia y otro en Suiza. De todos ellos, diez se habían sometido a la operación en la misma clínica. Aunque no se han notificado casos en España, el organismo ha hecho un llamamiento a todos los países europeos «a notificar cualquier información que pueda ser relevante en relación a este brote».
En qué consiste la inyección de toxina botulínica para «tratar» la obesidad
La intervención a la que se sometieron estos pacientes consiste en inyectar toxina botulínica (bótox) en el sistema digestivo. Cuando se habla de este término, lo que viene a la cabeza de muchos es su utilización para tratamientos estéticos. De hecho, esa fue una de las primeras utilidades que se descubrieron. «Todo esto empezó porque esta se utiliza en clínicas de medicina estética para las arrugas. Lo que hace es que induce a una parálisis que afecta a los nervios que se encargan de controlar la musculatura. Si tú inyectas pequeñas cantidades de una sustancia modificada puedes tener una parálisis localizada, de una sola zona. Por ejemplo, si me lo inyecto en la cara hago una parálisis de ese músculo. Te estira un poco y ya no se ve la arruga. No es que se trate la arruga, sino que induce a la parálisis de un músculo», avanza Andreea Ciudin Mihai, miembro de la junta directiva de Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (Seedo) y coordinadora de la unidad de tratamiento integral de la obesidad del Hospital Universitario Vall d'Hebron de Barcelona.
«Hace unos diez años, más o menos, se probó a inyectar esta toxina botulínica en el estómago con una endoscopia —continúa la doctora—. A través de este proceso se induce a una parálisis en el estómago. Es decir, este, no se mueve. Y al no hacerlo, no elimina tan rápido la comida como en el caso de una persona sana, sino que esta permanece ahí durante horas y puedes tener la sensación de que estás lleno». Albert Lecube, vicepresidente de la Seedo y jefe del servicio de endocrinología del Hospital Arnau de Vilanova (Lleida) añade que su efecto es «crear una mayor sensación de saciedad y, por tanto, se presupone que eso podría hacer que las personas ingieran menos alimentos y, en consecuencia, puedan perder peso».
Qué evidencia tiene este tipo de intervención
Ambos profesionales remarcan que este tipo de intervención no cuenta con la evidencia suficiente como para ser considerado un tratamiento contra la obesidad. «Se trata de un tratamiento temporal que hay que repetir cada cierto tiempo si uno quiere mantener ese efecto y lo que hay publicado sobre la efectividad de esa técnica para perder peso son cantidades muy pequeñas, cinco o diez kilos. Además, siempre va asociado a un seguimiento posterior intenso por parte del equipo médico que lo haya indicado o por la parte del equipo de nutricionistas que lleva al paciente», asegura Lecube. Es decir, administrada de forma puntual —como puede ser el caso de estos pacientes que viajan a Turquía—, el efecto que va a producir es transitorio.
Por su parte, Ciudin, recalca: «No está recomendada en España, ni aprobada, ni validada por sociedades científicas. Es un procedimiento mínimamente invasivo y, por eso, se ha hecho atractivo».
El doctor señala que esta inyección «puede ser novedosa por lo original que puede parecer adormecer o relajar esa musculatura gástrica, pero desde las sociedades científicas creemos que no es de las técnicas más efectivas».
La inyección de toxina botulínica no es una técnica que esté aprobada por las sociedades científicas españolas para el tratamiento de la obesidad.
Posibles complicaciones de esa intervención
Aunque se trata de una intervención mínimamente invasiva, no está exenta de posibles complicaciones. «Básicamente vienen derivadas de lo que produce la toxina, de esa relajación que produce en la musculatura gástrica. Se puede producir sensación de plenitud, náuseas y, a veces, vómitos», aclara el doctor.
Además, puede darse una complicación más excepcional, pero también más grave: botulismo. La toxina botulínica está producida por la bacteria Clostridium botulinum, la misma que causa este tipo de intoxicación alimentaria. «Algunos de los casos notificados por esta alerta europea han acabado en la uci porque esta toxina, en grandes cantidades, o si no se encuentra bien purificada o adaptada para el tratamiento, induce a una parálisis de todos los nervios del cuerpo. No se mueven los músculos. En los casos más graves, tampoco el diafragma y los intercostales, que son con los que respiramos. Incluso se puede llegar a la muerte», indica Ciudin.
«Para que estos casos hayan acabado en la uci, seguramente, se deba a que se ha utilizado una dosis más elevada de la habitual y que probablemente esta no ha ido a parar a la musculatura, sino a un gran vaso. Eso permite que se disperse por todo el organismo y que pueda causar, evidentemente a nivel pulmonar, parálisis de la musculatura, dificultad respiratoria y que uno pueda morirse por falta de oxígeno», amplía el doctor.
Ciudin recalca que no siempre es fácil diagnosticar este tipo de casos: «Puede no ser fácil. Dependiendo de la gravedad, pueden ser casos más leves con un poco de molestias al tragar, que si no caes en que puede ser botulismo, puede evolucionar y acabar el paciente con insuficiencia respiratoria». En cuanto al tratamiento, es necesario recurrir a lo que la doctora menciona como «antitoxina». Si la inyección del bótox boquea la transmisión de los nervios, esta «despega ese efecto y por lo tanto los nervios, se recuperan».