¿Puede un pelotazo provocar una para cardiorrespiratoria? «Hay 50 milisegundos en los que el corazón es vulnerable»

La conmoción cardíaca, es el nombre más habitual para un fenómeno muy bien documentado y llamado de manera técnica commotio cordis. Este latinejo describe a la parada cardíaca producida por el impacto contundente en la pared del tórax a la altura del corazón. Este problema de salud es poco frecuente, aunque desde la Sociedad Española de Cardiología (SEC) se informa de que los casos van en aumento. Un pelotazo en el pecho podría desencadenar este proceso, lo que constituye la causa más probable detrás del fallecimiento de un niño de 12 años este domingo en la localidad vasca de Sestao. Un incidente durante un juego acabó con el menor entrando en parada cardiorrespiratoria y falleciendo, según informa El Correo. No obstante, para que esto ocurra deben coincidir una serie de infortunios que puedan provocar que la regularidad del ritmo cardíaco se vea alterada hasta llegar a la parada. 

Muere un niño de 12 años tras recibir un balonazo en un colegio de Sestao

La Voz

«Es un fenómeno muy conocido. Un golpe en el pecho es, podríamos decir, una cantidad de energía que si cae en un sitio y en una fase del ciclo cardíaco en la cual el corazón está vulnerable, produce una arritmia, que es una fibrilación ventricular, y una parada cardíaca. Y esto se ha estudiado en animales. Entre los deportistas, también pasa mucho con el béisbol, porque en el béisbol, si te pegan un pelotazo en el centro del pecho y este coincide en una fase del ciclo cardíaco, produce esa arritmia que es la misma que provoca la muerte súbita», explica el cardiólogo Julián Pérez-Villacastín, presidente de la Sociedad Española de Cardiología. Un episodio similar ocurrió en el mes de enero cuando la vida del jugador de la NFL Damar Hamlin pendió de un hilo tras un impacto en el pecho en pleno partido. 

Pero ¿cualquier golpe puede provocar este desenlace?, ¿qué características debe tener el impacto para poner en riesgo nuestra vida? «La intensidad es un factor. Tiene que ser intenso como un puñetazo», comienza explicando Pérez-Villacastín, que continúa desgranando el proceso: «Después, la localización: tiene que ser en el centro del pecho para que afecte a la zona del corazón. Y luego, es la mala suerte de que te toque en esa fase del ciclo cardíaco que es donde el corazón está más vulnerable. Pero hay que darse cuenta de que el corazón late 100.000 veces al día. Una vez por segundo. Y de ese segundo que dura el ciclo cardíaco, todo el estímulo eléctrico en el corazón se produce aproximadamente en menos de medio segundo, son unos 400 milisegundos». Como explica el doctor, la mala suerte juega un papel fundamental. En nuestro ciclo cardíaco, hay una ventana de 50 milisegundos en los que nuestro corazón es vulnerable. «Entonces, el riesgo al final es como que te toque la lotería. Que te peguen un golpe o un pelotazo y te pegue en esa zona en ese momento es difícil. Y ni siquiera es reproducible, porque puede haber veces en las cuales tú recibas el pelotazo en el sitio y no tengas arritmia. Es todo también una casualidad. Por eso hay que tener un desfibrilador, porque con eso sales adelante, si no, no», apunta.

Casos como este demuestran de nuevo la gran importancia de contar con formación en la maniobra de reanimación cardiopulmonar (RCP), así como en la instalación de desfibriladores en los espacios públicos. En caso de presenciar un acto de este tipo, deberemos actuar de inmediato. «Lo primero será gritar que alguien tiene una parada para que traigan un desfibrilador. Y mientras tanto, tú ponerte a hacer masaje cardíaco. De esa manera, entra en reanimación. Hemos visto esto muchas veces en los campos de fútbol: un choque eléctrico resucita a una persona y puede seguir viviendo y llevando una vida completamente normal, sin ninguna necesidad especial», recuerda el presidente de los expertos del corazón españoles. 

Evidentemente, el tiempo es clave a la hora de actuar para evitar una desgracia y las secuelas dependerán de lo rápido que sepamos reaccionar. El cerebro, a partir de los dos minutos sin oxígenos, ya empieza a sufrir; a partir de los siete o diez minutos de parada sin  masaje cardíaco o asistencia, las lesiones corren riesgo de ser irreversibles. «Es progresivo. Puedes actuar, pero luego, todo es proporcional al tiempo de parada. Porque hay gente que se muere porque el cerebro está mal. Tú puedes sacar adelante el corazón, pero ya el cerebro no va a volver a funcionar nunca», advierte el cardiólogo evidenciando la importancia de una pronta actuación.

Julián Pérez-Villacastín, cardiólogo: «Un pelotazo en el centro del pecho puede producir una arritmia y una parada cardíaca»

Laura Miyara

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