Golpes de calor: «El fallo multiorgánico es la última y mortal consecuencia»
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ENFERMEDADES
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Los grupos de mayor riesgo son los menores de cinco años y los adultos mayores, porque tienen mecanismos termorreguladores menos eficaces
07 jul 2023 . Actualizado a las 21:46 h.El 2023 está siendo un año de temperaturas récord. Los últimos meses estuvieron marcados a nivel mundial por las llamadas anomalías térmicas positivas, es decir, aquellos valores que están por encima de la media. Y ahora que el verano llega con toda su fuerza al hemisferio norte, la situación se puede complicar fácilmente. El cuerpo humano se adapta como puede, con su sistema termorregulador, a las distintas variables climáticas. Pero cuando estos mecanismos no son suficientes, el problema se sale de control y se produce un golpe de calor. Un cuadro que puede desencadenar, en personas vulnerables, un fallo multiorgánico, causando la muerte.
Qué le sucede al cuerpo durante un golpe de calor
Cuando nos exponemos a temperaturas demasiado elevadas, el organismo reacciona intentando compensarlas con su sistema de regulación interna. ¿Cómo funciona esto? «La manera más importante que tenemos los seres humanos de disipar calor es sudando. Cuando hace mucho calor, el mecanismo de compensación de sudor no es capaz de compensar y el calor se acaba acumulando dentro del cuerpo. El centro cerebral que regula el calor se altera y a partir de allí, sube mucho la temperatura del cuerpo. Se genera mucha inflamación y esto causa problemas que pueden afectar a la mayoría de los órganos», explica el doctor Adriá Tomé, médico adjunto del servicio de urgencias del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (CHUAC).
«El golpe de calor es llamativo porque, de todas las enfermedades relacionadas con el calor, es la que se considera una emergencia médica. En condiciones normales, con temperaturas más propias del lugar en el que vivimos, normalmente sudamos, transpiramos y, de esa manera, el cuerpo regula el exceso de calor. Cuando las temperaturas en el exterior son tan elevadas, nuestra temperatura corporal sube y entonces nuestro sistema termorregulador falla, no funciona como debería», señala la doctora Ana Salgado Portabales, médico coordinador de la Central de Coordinación de Urxencias Sanitarias de Galicia-061.
Lo que se produce es una alteración de la función celular que puede ocasionar daño en los tejidos muscular, cerebral, vascular, hepático y renal. Es esto lo que acaba por causar complicaciones graves. Frente a esto, las personas más vulnerables son los más los adultos mayores y los menores de 5 años . «Sus mecanismos de regulación de la temperatura corporal son menos eficaces y, además, suelen depender de terceras personas para hidratarse», explica Dolores Tejeiro, médica de urgencias del CHUAC.
Sin embargo, nadie está exento. «En general, la población más afectada es la gente mayor y las personas con patologías crónicas como la patología cardíaca, o quienes toman medicación psiquiátrica. Esto les predispone más a sufrir golpes de calor. Además de la población vulnerable, pueden estar expuestas a golpes de calor personas que en días de temperatura muy alta trabajen o hagan ejercicio en exteriores, aunque sea gente joven y sana», señala Tomé.
Factores de riesgo
Además de los grupos mencionados, pueden ser especialmente vulnerables al calor las personas que toman ciertos medicamentos, como los betabloqueadores, algunos diuréticos, determinados antidepresivos y otros psicofármacos. Todos ellos pueden interferir con la capacidad corporal de regular la temperatura. Asimismo, el consumo de alcohol supone un riesgo mayor si ocurre antes o durante la exposición a altas temperaturas, ya que contribuye a deshidratar el cuerpo.
Cuándo es grave un golpe de calor
De manera general, se considera que la mortalidad de las patologías causadas por el calor está directamente relacionada con el pico de temperatura alcanzada y el tiempo de exposición a esa temperatura. En este sentido, «los golpes de calor más graves son en pacientes que vienen con temperatura corporal por encima de los 40º C, normalmente llegan somnolientos, con alteración del nivel de consciencia, con problemas del hígado o alteraciones renales. Estos son los pacientes que pueden acabar en unidades de cuidados intensivos. Muchas veces, tienen que ser ingresados», advierte Tomé.
Hay que vigilar con especial atención la temperatura corporal de las personas de riesgo en los días calurosos porque, en los casos graves, la situación puede complicarse de manera intensa y abrupta. «La sintomatología es sobre todo a nivel neurológico. Puedes perder la consciencia, puedes convulsionar o incluso puedes entrar en coma. Por eso es una emergencia médica. La sintomatología es rápida, es brusca, no empieza lentamente. Estás bien y de repente te encuentras mal y es porque no has sido consciente de que empezabas a estar mal y, cuando te has dado cuenta, ya tienes muchos síntomas», explica Salgado.

Estos casos en los que hay daño en los órganos internos suelen ser cuadros de recuperación más lenta que, por ejemplo, un golpe de calor leve, con mareo o baja tensión como síntoma principal, sufrido en un día de playa o durante un entrenamiento al aire libre. «Normalmente, los casos más leves se resuelven en horas. Cuando uno deja de estar expuesto a la alta temperatura y se hidrata correctamente, eso se va resolviendo en poco tiempo. En casos graves, hablamos de días o semanas. Cuando hay daño en los órganos, esto tarda bastante tiempo más. Hay pacientes que pasan semanas en UCI», explica el experto del CHUAC.
Cuando la respuesta del cuerpo no es suficiente para mantener la temperatura estable, el golpe de calor puede desencadenar fallos orgánicos que culminen en la muerte. «Básicamente, el cuerpo acumula tanto calor que se genera una respuesta inflamatoria muy importante a nivel interno y esa respuesta acaba afectando a la mayoría de los órganos. Los más afectados son el cerebro y el hígado habitualmente», detalla Tomé.
Cómo identificar un golpe de calor
Como explica Salgado, «los síntomas iniciales incluyen sentirnos mareados, que tengamos dolor de cabeza y náuseas. Incluso puede que tengamos el pulso acelerado o que sintamos la piel más seca, pero eso es más difícil de detectar». Cuando el calor nos está haciendo daño, lo primero en hacerse notar es la fatiga, y puede estar acompañada de calambres. Si la exposición a la alta temperatura se prolonga, pueden presentarse dolores, que comúnmente aparecen en las piernas o el abdomen, así como una sed intensa y mucho sudor.
Los principales signos que nos deberían hacer pensar que tenemos un golpe de calor son las náuseas, el mareo y el dolor de cabeza. Si la temperatura corporal se levanta, este también es un síntoma claro, especialmente si superamos los 40º C. También pueden presentarse alteraciones de la consciencia, conductas erráticas y hasta pérdida del conocimiento o convulsiones.
Cómo actuar frente a un golpe de calor
Si empezamos a notar estos síntomas o vemos que alguien los está teniendo, hay que actuar rápidamente alejando a la persona del sol y llevándola a un sitio fresco. Hay que tener en cuenta que se trata de una patología aguda muy brusca, por lo que es importante prestar atención ante los primeros síntomas.
«Lo que hay que hacer es trasladarse a una zona que esté fresca y tratar de bajar la temperatura corporal», subraya Salgado. «Hay que estar en un lugar fresco y, si ya empiezas a tener inestabilidad, empiezas a estar confundido o incluso a perder el conocimiento, en ese caso, las personas que estén a tu alrededor tienen que llamar al 061. Es una emergencia médica», insiste la experta.
Beber agua es otra de las medidas principales para restablecer el equilibrio en el cuerpo. Pero la rehidratación, indica Salgado, debe realizarse de manera gradual y poco a poco, para evitar inducir el vómito. Para bajar la temperatura corporal, también puede ser útil aplicar compresas húmedas templadas sobre la piel, sobre todo en las articulaciones, el cuello o las axilas.
¿Cuándo hay que llamar a Urgencias? Cuando la persona esté en shock, presente convulsiones o alteraciones de la consciencia, o si el cuadro febril no mejora con el paso del tiempo. «En pacientes muy somnolientos en los que no se sabe muy bien la causa, si hay alteración de la consciencia, hay que acudir a Urgencias», sintetiza Tomé.