La OMS advierte sobre el consumo de alcohol: «Incluso en pequeñas cantidades puede causar cáncer»

Laura Inés Miyara
Laura Miyara LA VOZ DE LA SALUD

ENFERMEDADES

De copas en un local de la zona nueva compostelana.
PACO RODRÍGUEZ

El nuevo informe sobre la relación entre alcohol y cáncer de la entidad alerta sobre el riesgo que supone este consumo «sobre todo en mujeres»

16 dic 2023 . Actualizado a las 17:25 h.

El cáncer es la segunda causa de muerte más importante en Europa, según afirma la Organización Mundial de la Salud (OMS) en un nuevo informe. En toda la región, los casos van en aumento y también la mortalidad. Si bien esta palabra encierra una inmensa variedad de tumores distintos, relacionados con causas genéticas y factores ambientales diversos, lo cierto es que, en gran medida, el desarrollo de cáncer tiene que ver con la misma serie de hábitos que causan otras enfermedades metabólicas o no transmisibles. El tabaquismo, el sedentarismo, las dietas poco saludables y, por supuesto, el consumo de alcohol, son los principales responsables.

Como señala el Observatorio de la OMS, Europa registra los niveles más altos de consumo de alcohol a escala mundial. Siete países del continente están entre los diez mayores consumidores del mundo. Se trata de una región en la que «aproximadamente 240.000 personas murieron a causa del alcohol en el 2019, y tres de cada 10 muertes atribuibles al alcohol fueron resultado del cáncer», explica el informe. En otras palabras, las bebidas alcohólicas están relacionadas con el desarrollo de tumores que, en muchos casos, pueden causar la muerte.

Las cifras

En el año 2020, el consumo de alcohol causó alrededor de 111.300 casos de cáncer en la Unión Europea. Casi un 70 % de ellos se diagnosticaron en hombres, dato que la OMS atribuye parcialmente al hecho de que ellos beben «tres veces más alcohol que las mujeres». Entre estos tumores, el más frecuente fue el colorrectal, con 36.900 casos, seguido del de mama, con 24.200 y el de boca, con 12.400.

El estudio EPIC (European Prospective Investigation of Cancer) también desaconseja el consumo de alcohol, al concluir que un 10 % de los cánceres en hombres y un 3 % de los cánceres en mujeres son atribuibles a estas bebidas.

La evidencia

Los estudios que vinculan el consumo de alcohol con distintos tipos de cáncer son numerosos. Ya en el año 1988, la Agencia Internacional para la Investigación sobre Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés) había clasificado las bebidas alcohólicas como carcinógenos, esto es, sustancias que pueden causar o promover el desarrollo del cáncer en humanos. Las investigaciones lo han relacionado de manera directa con siete tipos diferentes de tumores: de cavidad oral, de faringe, de laringe, de esófago, de mama, de hígado y colorrectal.

«Una sola copa de alcohol al día tiene un impacto importante en el riesgo de padecer, por ejemplo, cáncer de mama posmenopáusico. No podemos olvidar que el etanol, que es el principal componente de las bebidas alcohólicas, es mutagénico. Produce mutaciones en el genoma. Además de generar adicción, ser neurotóxico y hepatotóxico, ataca directamente a nuestro genoma, como el tabaco», señala en este sentido la bióloga molecular Emilia Gómez Pardo.

«Al metabolizar el etanol que se encuentra en el alcohol se produce, entre otros efectos, compuestos cancerígenos como el acetaldehído y un incremento del estrés oxidativo, lo que supone daños a nivel celular», detalla la experta.

¿Existe un consumo seguro?

Desde un punto de vista oncológico, no se puede hablar de un consumo de alcohol que no cause daños. Todas las guías indican que la ingesta de alcohol debería ser cero. Así lo indica también el nuevo informe de la OMS, que señala que «incluso pequeñas cantidades de alcohol pueden causar cáncer, sobre todo en mujeres», y añade que «cuanto más alcohol bebes, más alto es ese riesgo». «Más de la mitad de todos los cánceres causados por el consumo de alcohol se deben no a un consumo excesivo, sino a uno moderado o de riesgo», ilustra la OMS.

La relación entre la cantidad de alcohol que se bebe y el aumento en el riesgo de cáncer varía en función de los distintos tipos de tumor. En algunos casos, como el del cáncer de mama, incluso cantidades moderadas de alcohol aumentan significativamente el riesgo. Así, el desarrollo de tumores mamarios se asocia al consumo de dos vasos o copas de alcohol en alrededor de un tercio de los casos.

De manera general, el riesgo aumenta considerablemente cuando la ingesta de alcohol supera los dos vasos diarios. Como detalla el informe de la OMS, las personas que beben entre tres y seis copas o vasos de alcohol al día representan un 40 % del conjunto de todos los pacientes de cáncer.

Vino o cerveza

A pesar de la buena reputación de la que goza el vino, por tratarse de un producto que se elabora a base de un único ingrediente natural, no hay, en principio, efectos diferenciales por tipo de bebida en términos de salud. Según el Ministerio de Sanidad, «la evidencia epidemiológica no muestra que el consumo de vino y de cerveza, a pesar de contener sustancias que podrían ser potencialmente beneficiosas para la salud, tenga un efecto protector diferenciado en la reducción del riesgo cardiometabólico o de otro tipo».

Otros riesgos

Los problemas que causa el consumo de alcohol no se limitan al desarrollo de cáncer. Entre las complicaciones más frecuentes está también el riesgo cardiovascular, como subraya la guía de la Federación Mundial del Corazón (WHF, por sus siglas en inglés). «La WHF refuta la noción generalizada de que beber cantidades moderadas de alcohol puede disminuir el riesgo de problemas del corazón», expresa la entidad.

«La evidencia es clara: cualquier nivel de consumo de alcohol puede conducir a una pérdida de salud. Los estudios han demostrado que incluso cantidades pequeñas de alcohol pueden incrementar el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares», insisten desde la WHF. Beber aumenta el riesgo de hipertensión, accidente cerebrovascular isquémico, insuficiencia cardíaca, miocardiopatía, aneurisma aórtico (una protuberancia que aparece en la pared de la aorta) y fibrilación auricular (una patología en la que el corazón late de manera irregular y demasiado rápido, sin contraerse correctamente).

Esto echa por tierra la antigua recomendación de tomar una copa de vino con la comida, una máxima basada en evidencias que demostraron no ser fiables. «Los estudios que sostienen que el alcohol protege contra las enfermedades cardiovasculares se basan puramente en datos observacionales que no dan cuenta de otros factores, tales como condiciones preexistentes o historial de alcoholismo en aquellas personas consideradas como abstemias. A la fecha, no se ha encontrado una correlación fehaciente entre un consumo moderado de alcohol y una disminución del riesgo de desarrollar problemas cardiovasculares», explica la WHF.

Por otro lado, no se puede restar importancia al hecho de que el alcohol es una sustancia adictiva. La edad de inicio de consumo se sitúa en los 14 años en ambos sexos, lo que sugiere que el consumo de alcohol está normalizado en España, incluso entre los jóvenes. Esto quiere decir que la percepción de los riesgos asociados a su consumo es más baja en comparación con otras sustancias, debido a factores culturales, que lo relacionan con tradiciones y celebraciones.

Cabe señalar que el alcohol tiene un impacto no solo en aquellos que lo consumen sino que, en muchos casos, puede producir daños a terceras personas, al provocar accidentes de tráfico, estimular episodios de violencia, provocar Trastornos del Espectro Alcohólico Fetal, entre otros. Se trata, hay que recordar, de una sustancia psicoactiva adictiva que puede generar dependencia.

Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.