Carne, marisco y alcohol, ¿cómo sube el ácido úrico en navidad?: «Se puede comer y beber, pero debe hacerse con moderación»
ENFERMEDADES
Los expertos aseguran que el ácido úrico se acumula a lo largo del tiempo, no de manera puntual, si bien recomiendan evitar los excesos con las carnes y el alcohol durante las fiestas
26 dic 2024 . Actualizado a las 12:53 h.Las Navidades son la ocasión más esperada del año para muchos. Son fechas para el encuentro y la comunidad, para las celebraciones en familia, rodeados de aquellos que más queremos. Todo esto acompañado, inevitablemente, por abundante comida y con la presencia del alcohol, que en esta época se puede llegar a consumir en exceso.
En particular, aumenta el consumo de alimentos ricos en purinas, que son compuestos químicos que las células usan para elaborar los elementos fundamentales del ADN y el ARN. Estas sustancias están presentes en gran medida en carnes rojas, mariscos y bebidas como el vino o la cerveza. La creencia popular ha sido, tradicionalmente, que estos compuestos, consumidos en mayores cantidades en esta época, pueden desencadenar los ataques de gota. A día de hoy, en España se calcula que 25 personas adultas por cada mil sufren de esta enfermedad, según explican desde la Sociedad Española de Reumatología (SER).
Sin embargo, los expertos señalan que no está tan clara la relación entre la alimentación y esta enfermedad, una forma común de artritis que puede afectar a cualquier persona, que causa brotes abruptos e intensos de dolor que pueden transformar rápidamente la celebración en sufrimiento si no se toman las medidas necesarias para su prevención. Explicamos cómo se puede evitar la gota y qué medidas tomar si aparece.
Qué es la gota
La gota es un tipo de artritis que causa ataques repentinos de dolor intenso, hinchazón, enrojecimiento y sensibilidad en las articulaciones, afectando principalmente la del dedo gordo del pie. Los brotes pueden surgir de manera abrupta, causando una sensación de calor, inflamación y sensibilidad que impide apoyar el pie o incluso dormir. Los síntomas más frecuentes son:
- Dolor articular intenso, sobre todo en el pie, pero también puede aparecer en los tobillos, las rodillas, los codos, las muñecas o los dedos. El dolor persiste durante cuatro a doce horas.
- Molestia persistente en la articulación afectada durante días o semanas.
- Inflamación y enrojecimiento, con sensación de calor o quemazón.
- Limitación de la movilidad. Sobre todo, a medida que avanza la enfermedad, es posible que se pierda movilidad en la articulación.
Aunque la enfermedad se presenta frecuentemente con esta inflamación aguda del pie, si no se la trata de manera correcta, puede agravarse, llegando a afectar a otras articulaciones. «Además, se ha visto que los enfermos con gota tienen una mayor mortalidad, especialmente de causa cardiovascular», observa en este sentido el doctor César Díaz Torné, reumatólogo del Hospital Universitari de la Santa Creu i Sant Pau y portavoz de la Sociedad Española de Reumatología.
Causas y predisposición
La causa de la gota se relaciona con el ácido úrico presente en el organismo, que se puede acumular a lo largo del tiempo. «Esta es una enfermedad crónica provocada por el depósito de cristales de ácido úrico en las articulaciones y en otros tejidos», explica Díaz. Estos cristales se forman cuando hay una elevación de ese ácido úrico de forma sostenida en el tiempo, lo que se conoce como hiperuricemia. El cuerpo produce ácido úrico cuando descompone purinas.
«La hiperuricemia viene determinada sobre todo por la genética, en relación con los transportadores que se encargan de eliminar el ácido úrico en el riñón», apunta Díaz. Sin embargo, existen otros dos factores clave que favorecen la aparición de la gota, que son la obesidad y el sexo masculino.
Normalmente, el ácido úrico se disuelve en la sangre y pasa por los riñones a la orina. Pero, si el cuerpo produce demasiado ácido úrico o los riñones excretan muy poco, el ácido úrico se acumula y forma cristales de urato, que tienen una forma de aguja puntiaguda y provocan dolor en la articulación o el tejido que la rodea, provocando además inflamación e hinchazón.
Por otro lado, es importante comprender cómo impacta la dieta en esta patología. De manera contraria a lo que se podría creer, «dietas pobres en alimentos ricos en purinas como la carne roja o el marisco no son útiles para bajar los niveles de ácido úrico. Es mucho más útil una dieta saludable, mediterránea y perder peso. Si conseguimos bajar lo suficiente los niveles de ácido úrico el tiempo adecuado, los cristales desaparecen y la gota se cura. El enfermo nunca más tendrá ataques», asegura el reumatólogo.
¿Aumentan los casos de gota durante las fiestas?
Dado que el ácido úrico elevado es una condición que va produciéndose paulatinamente a lo largo del tiempo hasta llegar a desencadenar un ataque de gota, no se puede afirmar que un consumo más alto de alimentos con purinas en unas fechas puntuales sea el principal desencadenante del riesgo.
El doctor Díaz explica en este sentido que «no hay evidencia científica que vincule esta época con la enfermedad», a pesar de lo que se suele creer. «Existe la creencia popular que relaciona los brotes de gota con comidas copiosas y fiestas. Es probable que esto sea debido a que algunos de estos alimentos, así como las bebidas alcohólicas, pueden ser la chispa que inicie los ataques. Ahora, si hemos eliminado los cristales, esa chispa deja de ser peligrosa», señala.
Prevención
Lo primero que debemos tener en cuenta es que la acumulación de los cristales de urato en la articulación se produce progresivamente a lo largo del tiempo. Para controlar los niveles de ácido úrico en sangre, lo importante es evitar los excesos, ya que, como explica Díaz, «el problema es el abuso. Se puede comer y se puede beber, pero debe hacerse con moderación. También es importante saber, que en el caso de un ataque de gota, cuanto antes se inicie el tratamiento antiinflamatorio o con corticoides, mejor va a funcionar».
«Lo que hace el alcohol, sobre todo en bebidas fermentadas, es aumentar las purinas», detalla el podólogo Navor Pereira, vocal del Colexio de Podólogos de Galicia. Además, muchos pacientes con gota tienen también un síndrome metabólico, con obesidad, diabetes, colesterol alto o hipertensión. «En este caso, el exceso de alcohol como de azúcar son especialmente nocivos», asegura Díaz.
Cuantos más brotes de gota tiene un paciente con hiperuricemia a lo largo de la vida, más aumenta su riesgo de fusión de la articulación, lo que provocará dolores y pérdida de movilidad a lo largo de la vida, dado este efecto acumulativo. «Como en ocasiones, el primer lugar donde empieza a verse es en la primera articulación de los pies, este tipo de dolor incapacita mucho para poder caminar», advierte Pereira, por lo que se recomienda acudir al médico lo antes posible para iniciar un tratamiento y evitar que ese riesgo acumulativo se potencie.
Si este tipo de brotes se vuelven muy frecuentes, «los pacientes pasan a tener un dolor continuo por degeneración del cartílago y ahí ya es necesaria una cirugía sí o sí. Por eso, siempre insistimos e la prevención y el cuidado a lo largo de todo el año, más aún en las épocas como estas en las que la ingesta alcohólica aumenta», indica el podólogo.
Dado este carácter acumulativo de la enfermedad, es primordial hacer, a su vez, una prevención secundaria en aquellas personas que ya hayan sufrido un brote de gota en el pasado. En este sentido, los tratamientos pueden ayudar a evitar que se agrave la degeneración del cartílago. «Los más utilizados son los antiinflamatorios. Dependiendo del paciente y de sus comorbilidades utilizaremos antiinflamatorios clásicos o corticoides. La colchicina cada vez se usa menos para los ataques, sobre todo a dosis altas. El frío también puede ser útil. De todas formas es importante destacar que si el tratamiento hipouricemiante con alopurinol o febuxostat se realiza de forma correcta y prolongada, los cristales desaparecen y a enfermedad se cura», explica el doctor Díaz.
Lo más importante es acudir al médico ante los primeros síntomas de un brote. «La articulación en los días previos se empieza a poner roja e hinchada, pero realmente hasta que empieza el dolor nadie se preocupa, hasta que se convierte en un dolor muy incapacitante, por lo que la gente espera ese dolor para acudir a tratarlo y se pierde la posibilidad de reducir el daño», observa en este sentido Pereira.
Como la enfermedad afecta principalmente a los pies, «en personas donde la artritis gotosa haya producido una gran destrucción de la articulación, desde las clínicas de podología lo manejamos con algunos tipos de calzados especiales que evitan que esa articulación sufra movimiento, que es lo que genera dolor», señala Pereira.
La dieta mediterránea, aliada contra la gota
Entre sus numerosas ventajas, la alimentación mediterránea, basada principalmente en productos frescos, con bajo nivel de procesamiento industrial y con predominancia de los vegetales, contribuye a prevenir este tipo de artritis. «Uno de los motivos por los que la gota es una enfermedad cada vez más frecuente es por los cambios, cada vez a peor, en los hábitos dietéticos. Esto se relaciona con la epidemia de obesidad que nos acosa y que aumenta el riesgo de gota», explica Díaz.
Lo mejor, recomienda Pereira, es ponerse en manos de un dietista-nutricionista de atención primaria, que podrá dar indicaciones concretas en cuanto a hábitos dietéticos para evitar los ataques de gota, «así como ayudar con el control de otros factores de riesgo como el colesterol o el sobrepeso».
En todo caso, y de cara a las fiestas, se recomienda no abusar de alimentos ricos en purinas, como la cerveza (con o sin alcohol), las bebidas edulcoradas, el vino, la carne roja, las vísceras (como el hígado), los moluscos (como mejillones o vieiras), el marisco y los pescados azules (atún, anchoas o sardinas), En cambio, existen otros productos que pueden ser beneficiosos para quienes tienen el ácido úrico alto, tales como las cerezas, los cítricos, los lácteos desnatados y la hidratación con dos litros diarios de agua.