Críticas a Marcos Llorente por promover una exposición solar irresponsable: «El moreno ya implica que ha existido un daño en la piel»
EN REDES
El futbolista del Atlético de Madrid publicó en redes sociales un escrito en el que afirma que el sol no es responsable del cáncer de piel
20 jun 2024 . Actualizado a las 17:50 h.El futbolista del Atlético de Madrid Marcos Llorente se convirtió en tendencia en redes sociales tras su polémico comentario acerca del uso de protección solar. El deportista compartió en Instagram su rutina diaria, que incluye, según contó, tomar el sol entre las 10 y las 14 horas sin usar crema solar ni llevar gafas. Esta afirmación hizo sonar las alarmas entre sus seguidores y Llorente recibió duras críticas por esta conducta que aumenta el riesgo de sufrir cáncer de piel.
Tras lo ocurrido, el futbolista rectificó sus declaraciones y escribió en una publicación de Instagram: «Hola a todos, me paso por aquí a desmentir y aclarar que en ningún momento he dicho que no exista el melanoma, ni soy negacionista del melanoma». Sin embargo, sostuvo: «Opino que el sol no es el culpable de las enfermedades (...) ¿Qué culpa tiene el sol de que le evitemos todo el año y las semanas de vacaciones abusemos de él?». En los comentarios de su publicación, insistió: «Si crees que el cáncer de piel aparece por culpa del sol, eres el rey de los ignorantes».
Melanoma y exposición al sol
La postura de Llorente, aunque el jugador dice apoyarse en la experiencia de «expertos de la salud», no contempla la evidencia científica que vincula el cáncer de piel con la exposición a la radiación solar. Específicamente, el melanoma, del que habla Llorente en su publicación en redes, es el tumor cutáneo más agresivo y el principal factor de riesgo para desarrollarlo es la incidencia sobre la piel de los rayos solares.
De todos los tipos de cáncer de piel, se considera el que tiene más probabilidades de invadir el tejido sano que lo rodea y pueda llegar a otras partes. Pese a que la mayoría se originan en la piel, especialmente, en el tronco y extremidades, es posible que aparezca en otras zonas del cuerpo como la mucosa de la boca, del recto o de la vagina o la capa coroides del interior de los ojos.
«El melanoma es el cáncer de piel más agresivo, suele afectar a gente más joven, la media de los pacientes está en torno a los 40 y 50 años. Son tumores que van creciendo lentamente y de repente se sobreelevan. Estos están asociados con quemaduras en la infancia y la juventud, que aumenta el riesgo, al igual que la exposición crónica», indica el doctor José Luis López Estebaranz, investigador en dermatología y presidente del Colegio Iberolatinoamericano de Dermatología (Cilad).
El experto señala que esos dos tipos de quemadura o exposición pueden provocar dos clases de melanoma distintas. «Están estas quemaduras agresivas en la juventud, y luego está la exposición crónica constante a la radiación ultravioleta de la piel, que hace que al cabo de un tiempo pueda aparecer melanoma u otros cánceres cutáneos, como el carcinoma vasocelular y el carcinoma espinocelular en la zona expuesta», detalla.
La mala fama del melanoma está más que justificada. «Es un tumor peligroso porque, con lesiones muy finitas de poco más de un milímetro de grosor, tiene la capacidad de desarrollar metástasis», explica Marisol Soengas, directora del grupo de Melanoma en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas
La única forma de prevenirlo que depende, al completo, de la población es la fotoprotección. Empezando por la crema y terminando por evitar las horas centrales del día. «La genética no la podemos cambiar, pero dentro de los factores ambientales y modificables, el riesgo más importante lo supone la radiación ultravioleta», indica Celia Posada, coordinadora de la Unidad de Melanoma del área santitaria de Vigo.
Vitamina D y exposición al sol
En los últimos años, el énfasis en la vitamina D y la carencia de este nutriente que podría afectar a gran parte de la población española han resultado en unas recomendaciones de exposición solar que es necesario matizar. Desde luego, la síntesis de vitamina D requiere de la radiación del sol. Pero esto no da vía libre a tumbarse en la playa a mediodía.
«En población general, que no tenga ningún factor que predisponga al déficit de vitamina D, es suficiente con la exposición solar adecuada, unos 15 minutos al día, en los meses de marzo a octubre, con protección solar mayor o igual a 30. Esto se consigue con un simple paseo al sol. Además de una alimentación variada que incluya alimentos que contengan vitamina D como el salmón, atún, sardinas o caballa en lata, hongos o setas», apunta en este sentido la endocrinóloga María Cortés.
La importancia de protegerse
Limitar la exposición solar, no quemarse con el sol y usar fotoprotectores adecuados son algunas de las medidas más importantes para prevenir el cáncer de piel. En este sentido, una exposición reiterada al sol en las horas de máxima incidencia de la radiación ultravioleta, como la que promueve Llorente, puede ser considerada de alto riesgo y no es aconsejable en ningún caso, pero, sobre todo, debe evitarse en los niños.
La importancia del protector solar no radica únicamente en su capacidad de evitar las quemaduras. En realidad, todo tipo de exposición al sol que provoque una pigmentación o un bronceado está generando mutaciones genéticas en la piel y esta respuesta del organismo no debe interpretarse como una protección suficiente frente a la radiación ultravioleta.
Como explica la doctora Yolanda Gilaberte, presidenta de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), «el bronceado se produce porque la radiación ultravioleta, especialmente la B, causa daño genético. Y este activa al melanocito para que fabrique melanina. Si entendemos que hay que tener este deterioro genético para que se induzca al bronceado, nos daremos cuenta que el moreno que podemos ver en la gente ya implica que ha existido un daño en la piel».
¿Cuál es la solución? «Lo que se recomienda mundialmente es que, como mínimo, la población se ponga un SPF 30, que es la protección frente a la radiación ultravioleta B; la que produce más cáncer y quema. Si alguien tiene un fototipo más claro y se quema con mayor facilidad, se recomienda factor 50. No hay tanta diferencia entre uno de 30 y otro de 50, pero esas personas se benefician del extra», indica Gilaberte.
Cómo interpretar los lunares
El melanoma no siempre comienza por un lunar, aunque hasta en un 40 % de los casos sí es la causa principal. Precisamente, estas marcas son miles de melanocitos acumulados que han sido alterados: «Son células que han empezado a multiplicarse pero que están paradas porque el organismo tiene mecanismos de supresión tumoral», detalla Marisol Soengas.
Pese a la capacidad invasiva que presenta, el melanoma tiene buen pronóstico siempre y cuando se detecte «y elimine a tiempo», detalla Marisol Soengas. Eso sí, llegar a ponerle un nombre es una tarea más complicada, «porque algunos melanomas se hacen pasar por lunares» y no llaman la atención. En cualquier caso, es importante que cada uno revise su piel siguiendo la regla del ABCDE.
«A se refiere a si un lunar es asimétrico; B de bordes irregulares: C de color, es decir, si tiene varios colores (heterocrómico); D pertenece a diámetro, por si tiene seis seis milímetros o más, y finalmente, la E habla de la evolución», indica Celia Posada. Las señales de alerta deberían llegar cuando hubiese una alteración a estos niveles. Los cambios dan pistas. El tiempo de evolución es variable en función del tipo de tumor. Los lunares siguen formándose hasta, aproximadamente, la treintena. «Una aparición de un lunar nuevo a los 50 sería algo excepcional y tiene que hacer sospechar de que no es bueno», aclara la coordinadora de la unidad gallega.
Revisarse es fundamental para percibir estos cambios y acudir al médico en cuanto aparezcan. «Hay entre un 15 y un 20 % de los melanomas que crecen muy rápido, y por mucha campaña que hagas, incluso si revisásemos a cada persona, no lo podríamos evitar, porque si te miro hoy, podría empezar mañana y evolucionar de un año para otro. Por eso es importante que cada uno revise su piel durante un minuto al mes», indica Eduardo Nagore, jefe clínico de la sección de Dermatología del Instituto Valenciano de Oncología, miembro de la AEDV y experto en melanoma.