El edificio anexo fue demolido hace un año porque amenzaba ruina
11 feb 2014 . Actualizado a las 00:47 h.Una casa del barrio de la Estación sufrió graves destrozos al venirse abajo su fachada lateral. Ocurrió el lunes por la noche en el cruce entre las calles Leopoldo Calvo Sotelo y Curros Enríquez. La medianera que se vino abajo había quedado al descubierto hace un año cuando fue demolido el edificio anexo, que amenazaba ruina. Hace tiempo que en la casa no vive nadie regularmente. No hubo heridos.
«Oímolo perfectamente, pero pensamos que fora un trono», contaba ayer una vecina mientras se detenía a mirar cómo había quedado el número 91 de Leolpoldo Calvo Sotelo. El edificio afectado es una vivienda unifamiliar de planta baja y piso superior, pero de un volumen considerable porque tiene alrededor de veinte metros de fondo.
El inmueble no aparentaba encontrarse en mal estado. Allí vivió durante mucho tiempo un ferroviario ya fallecido que se fue a vivir a Vigo después de jubilarse. Cuando se quedó vacía, la compró una familia que reside habitualmente fuera de Monforte. Los vecinos aseguran que sus actuales propietarios venían de vez en cuando a la casa, aunque en ella no reside nadie habitualmente.
No había nadie
Desde luego, en el momento del derrumbe, estaba vacía. Gracias a eso y a que no pasaba nadie por la calle, no hubo heridos. Se derrumbaron toneladas de tierra y piedras que formaban la fachada medianera del edificio. La mayor parte de los restos quedaron en el solar contiguo, pero un gran trozo de fachada rebotó en un muro y fue a caer en plena acera. Allí seguía ayer, a la espera de que Ayuntamiento y propietarios se pongan de acuerdo sobre quién se encarga del desescombro.
Entre los vecinos, hay quien atribuye lo sucedido a la demolición del edificio contiguo, el que ocupaba el solar ahora vacío del número 93 de Calvo Sotelo. Aseguran que el derribo dejó desprotegida la fachada que ahora se ha venido abajo, que en algunos trozos estaba hecha solo de tierra. Esa circunstancia, sumada a la humedad de este invierno especialmente lluvioso, pudieron haber acelerado su deterioro.