Proponen aprovechar las obras del edificio para realizar una excavación arqueológica
24 sep 2019 . Actualizado a las 05:00 h.La Xunta no detalló por ahora cómo se llevará a cabo la transformación del antiguo palacio episcopal de Diomondi -en el municipio de O Saviñao- en el primer albergue público del Camino de Invierno, un proyecto que fue anunciado en fechas recientes. Teniendo en cuenta el valor histórico del edificio, las obras tendrán que realizarse necesariamente bajo supervisión arqueológica, pero no se sabe todavía si se aprovechará esta circunstancia para efectuar una investigación más profunda sobre su oscuro pasado. El delegado de patrimonio histórico del obispado lucense, César Carnero, cree que una intervención de este tipo sería «moi interesante» y que «podería engadir un atractivo moi importante a este edificio».
A juicio de Carnero, «o ideal sería facer unha escavación en área no subsolo do propio edificio e quizá tamén no seu entorno, aínda que isto último podería quedar para máis adiante». La construcción adosada a la iglesia románica de San Paio -señala- fue una residencia de verano de los obispos lucenses en la Edad Media y tiene una larga historia que está lejos de haber sido desentrañada. La tradición histórica, dice por otro lado, vincula los orígenes del palacio con el obispo Odoario, que vivió en el sigloVIII y fue testigo de la invasión árabe y la reconquista del territorio lucense por el rey Alfonso I. «Hai enigmas sen resolver en torno á historia material deste edificio e aproveitar as obras para facer unha escavación arqueolóxica podería axudar a aclarar un pouco este pasado», comenta.
Diferentes épocas
Según un estudio publicado en el 2005 por el historiador y catedrático Ramón Yzquierdo Perrín, la estructura del palacio que se conserva hoy parece estar formada principalmente por dos torres, una de las cuales puede datar del siglo XIII y la otra, de entre fines del XIV e inicios del XV. Pero Carnero piensa que en el subsuelo puede haber vestigios de construcciones más antiguas. Aunque algunas opiniones apuntaron en su día que el propio obispo Odoario pudo haber sido enterrado en Diomondi, el delegado diocesano lo considera muy poco probable. «Sendo un personaxe destacado como o foi na súa época, o máis lóxico é que o sepultasen na catedral de Lugo, pero en Diomondi pode haber outros enterramentos de épocas antigas», agrega.
Los hallazgos arqueológicos que se puedan efectuar en el palacio, dice Carnero por otro lado, incrementarían su interés histórico y le darían un peso aún mayor en el conjunto del patrimonio de la Ribeira Sacra. «Sería un recurso máis de cara á posible declaración deste territorio como patrimonio da humanidade», sugiere.
Por otro lado, César Carnero opina que al diseñar el futuro albergue de peregrinos también sería interesante reservar un espacio para habilitar un pequeño centro de interpretación sobre la historia del palacio y su relación con los orígenes de la diócesis lucense.
Una residencia de verano que también fue una cárcel
La relación directa entre la iglesia y el palacio de Diomondi con el obispado lucense está atestiguada por numerosos documentos históricos. Uno de los más antiguos que se conocen es un pergamino datado en el año 1190 y conservado en el archivo de la catedral de Lugo, que fue restaurado en el 2012 para ser mostrado en la exposición «Códices: xoias das catedrais galegas na Idade Media», que se exhibió en la Cidade da Cultura de Santiago entre ese año y el siguiente. El documento procede de la corte del rey Alfonso IX y confirma una donación realizada con anterioridad por Fernando II, que otorgaba a la diócesis lucense el dominio del coto de Diomondi, donde existió también un monasterio.
Además de servir como residencia estival de los obispos, el antiguo palacio también ejerció la función de cárcel en ciertos períodos de la Edad Media. Según investigaciones realizadas por la historiadora y profesora universitaria Nieves Peiró, en esta prisión eran encerradas las personas juzgadas por diversos delitos sobre los que tenían jurisdicción los obispos, como el robo de ganado, la falsificación de pesos y monedas o los fraudes en la venta de vino. La diócesis, en cambio, no podía juzgar los delitos de violencia física y derramamiento de sangre, que en este territorio eran competencia exclusiva de los condes de Lemos.
La fachada del antiguo edificio sufrió un derrumbe a finales de diciembre del 2010. Poco tiempo después se llevaron a cabo unas obras de apuntalamiento para evitar su ruina, pero su restauración no se completó hasta diciembre del 2015. Durante ese tiempo, a causa de su mal estado de conservación, fue incluido en la «lista roja» del patrimonio amenazado que elabora la asociación Hispania Nostra. Otro colectivo, O Sorriso de Daniel, organizó en su momento varios actos de protesta para exigir su rehabilitación. El valor del edificio está además reforzado por el hecho de encontrarse en pleno Camino de Invierno.