Las viñas abonadas con un compost del bagazo dan vinos de más calidad

Luis Díaz
luis díaz MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

La investigación pone de relieve las ventajas del uso del bagazo para el cuidado de la viña y la calidad del vino
La investigación pone de relieve las ventajas del uso del bagazo para el cuidado de la viña y la calidad del vino CEDIDA

Una investigación pone al día las ventajas de una práctica tradicional en desuso

11 jun 2020 . Actualizado a las 12:05 h.

El uso del bagazo del vino para abonar las viñas no es algo nuevo. Los restos de la piel de la uva y de la parte leñosa del racimo se utilizaron tradicionalmente con ese fin concluida la fermentación. Una investigación en la que en Ribeira Sacra participó la bodega Abadía da Cova corrobora ahora de forma experimental las ventajas de esa antigua práctica. El abonado con bagazo no solo resulta beneficioso para el viñedo, siempre que se someta a un proceso previo de compostaje. El vino procedente de las parcelas en las que se aplica también es mejor.

El proyecto en el que participó Abadía da Cova se denomina Vitalver y fue cofinanciado por el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial del Ministerio de Ciencia e Innovación. A lo largo de tres años, se investigaron las ventajas del compostaje de los bagazos con lombrices de tierra -denominado vermicompostaje- en términos de economía circular y viticultura sostenible.

Mediante esta experiencia se buscaba poner en marcha un ciclo integrado para convertir «in situ» el bagazo generado por la industria vitivinícola -tanto fresco como destilado- en un abono de alta calidad «con propiedades bioestimulantes y de defensa de la vid».

Los efectos del vermicompost se estudiaron a lo largo de sucesivas cosechas en cuatro viñedos de la bodega Abadía da Cova cultivados con la variedad mencía: uno de cepas de más de veinticinco años, dos de vides de cinco años y una cuarta parcela que acababa de plantarse.

En primer término, uno de los viñedos de Abadia da Cova en los que se desarrolló la experiencia
En primer término, uno de los viñedos de Abadia da Cova en los que se desarrolló la experiencia

Menos ataques de hongos

En estas fincas se realizaron experimentos de biofertilización con vermicompost extendido sobre el suelo y aplicado en líquido en las vides mediante espráis. En las cosechas del 2017, 2018 y 2019 se analizaron muestras de tierra, hojas y uvas de más de 3.000 plantas de mencía. La conclusión, según indican en la bodega, es que las viñas biofertilizadas presentaron una disminución en la incidencia de las enfermedades causadas por hongos fitopatógenos.

Los resultados del seguimiento de los vinos procedentes de estos viñedos no resultó menos llamativo. Durante esas tres añadas se elaboraron 1.000 litros de mencía de cepas tratadas con ese biofertilizante e igual cantidad de otras a las que no se le había aplicado. Las vides pertenecían en ambos casos a una misma parcela, para evitar que la procedencia de otro viñedo distorsionase las conclusiones. Desde el primer momento sorprendió «la explosión aromática del vino experimental en el tanque de fermentación», señala Adrián Rodríguez, enólogo y representante de la nueva generación de la bodega.

Las fermentaciones en los dos casos fueron espontáneas -sin añadir levaduras de laboratorio para activarla- y en recipientes similares en cuanto a volumen. La impresión positiva que transmitían en cata los vinos de viñas biofertilizadas se vieron confirmadas por el análisis mediante espectrometría de su contenido en polifenoles y compuestos aromáticos.

«Las diferencias entre el vino experimental y el vino testigo son significativas, mucho más de lo que podíamos esperar. Visualmente el vino experimental presenta una mayor viveza y juventud. En nariz, se presenta sin reducciones [principal problema enológico de la mencía], abierto y expresivo; y en boca es profundo, persistente y más complejo», apunta Evaristo Rodríguez, gerente de Abadía da Cova.

Modifica la estructura

La experiencia que se llevó a cabo en Abadía da Cova rescata, aunque con matices, una práctica tradicional. Sin que las lombrices actúen sobre el bagazo, su aplicación como abono sería desaconsejable. El motivo es que acidificarían en exceso los suelos de la viña. El trabajo de las lombrices, explica Evaristo Rodríguez, «modifica por completo la estructura del bagazo, cambia radicalmente su ph». En el proceso de preparación del compost, por otra parte, se eliminaron de los bagazos los restos de pepitas para disminuir su fitotoxicidad.

Por su volumen de producción, y la destilería asociada a la bodega, Abadía da Cova trabaja con volúmenes importantes de bagazo. La investigación sobre el vermicompostaje, subraya su gerente, convierte en una ventaja el problema que planteaba desprenderse de los residuos procedentes de la vinificación y el destilado. «Es un proyecto con el que vamos a quedarnos y que creo que puede ser muy útil para la zona. Nuestra idea es llegar a abonar exclusivamente con el bagazo que genere la bodega», señala Evaristo Rodríguez.

El proyecto de I+D+i Vitalver, financiado con fondo Feder de la Union Europea, contó en Galicia con la participación de las bodegas Abadía da Cova (Ribeira Sacra) y Terras Gauda (Rías Baixas). La investigación fue supervisada por los equipos de Jorge Domínguez y Marta Lores, directores del proyecto y catedráticos de las universidades de Vigo y Santiago, respectivamente.