En la primera semana de excavaciones arqueológicas, los investigadores han sacado a la luz restos de antiguas edificaciones
10 ago 2021 . Actualizado a las 16:53 h.La primera excavación arqueológica que se lleva a cabo en el monte Cido -en el municipio de Folgoso do Courel- cumplió ayer su primera semana de actividad. Durante este tiempo se han desenterrado los restos de unas antiguas estructuras constructivas que están siendo estudiadas con el objetivo de determinar su naturaleza. El paraje es especialmente conocido porque se supone que de él proceden dos piezas arqueológicas de bronce -la llamada tabla de hospitalidad de O Courel y el águila de Carbedo, ambas datadas en torno al siglo I- que figuran entre las más célebres del sur lucense y se custodian y se exhiben desde hace mucho tiempo en el Museo Provincial de Lugo.
La intervención es codirigida por los arqueólogos Brais Currás y Luis Francisco López, que por ahora prefieren no expresar su parecer acerca de este yacimiento. «Temos a nosa hipótese, pero de momento non queremos avanzar resultados», explica Currás. El principal objetivo de la intervención -continúa- consiste en «entender en que consiste este asentamento, en saber se é un castro como tantos outros que hai en Galicia ou se se trata doutra cousa».
Lo que sí tienen claro los investigadores es que los restos que están exhumando en el monte Cido no corresponden a un campamento militar romano, algo que se podría suponer teniendo en cuenta que el águila de Carbedo parece ser un vexillum, es decir, una figura que coronaba los mástiles de los estandartes de las legiones imperiales. «Non hai que descartar que aquí houbese unha presenza de militares na época romana, pero está claro que isto non é un campamento, é outra cousa», aclara Brais Currás.
El arqueólogo apunta por otro lado que tampoco es algo completamente seguro que el águila de Carbedo fuese encontrada en este lugar, ya que el hallazgo fue fortuito, se produjo hace muchos años -en la década de 1930- y no fue documentado en su momento con criterios científicos. Por lo tanto, agrega, no se puede asegurar si la pieza fue encontrada en el monte Cido o en otra parte de la sierra de O Courel.
Tabla de hospitalidad
En cambio, según Currás, es mucho más probable que la tabla de hospitalidad apareciese realmente en este paraje. «Non está totalmente probado, pero os indicios sobre a procedencia desta peza arqueolóxica son máis firmes que no caso da aguia de Carbedo», añade.
Huellas patentes de numerosas excavaciones furtivas
Desde el inicio de las excavaciones se ha practicado un sondeo de diez por cinco metros de extensión en la parte central del asentamiento -donde han aparecido los vestigios de varias edificaciones- y otro más pequeño, de tres por cuatro metros, en una muralla lateral. Esta semana está previsto realizar otro sondeo en una zona donde se dice tradicionalmente que había una tumbas.
Un hecho que han podido notar los investigadores es que el yacimiento está profundamente alterado por numerosas excavaciones furtivas. «Iso é algo que ten sucedido en moitos outros sitios, pero o caso do monte Cido é algo brutal, o máis intenso que levo visto ata agora desde que traballo en escavacións arqueolóxicos», apunta a este respecto Brais Currás. El monte Cido se encuentra aproximadamente a unos doscientos metros en línea recta de las ruinas del conocido castillo de Carbedo, una construcción de origen medieval que perteneció a la Orden de Santiago y cayó en el abandono en el siglo XVI.
El proyecto del monte Cido, dirigido por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), está financiado por la Consellería de Cultura y parte de una iniciativa de la asociación Serra do Courel y del colectivo cultural San Xoán, de la localidad de Seoane. Otra entidad promotora es el Ayuntamiento de Folgoso do Courel.