El fuego está quemando estos días en aldeas como Froxán monte que llevaba 40 años sin arder
17 jul 2022 . Actualizado a las 14:19 h.Hacía 40 años que no ardía el monte de Froxán. Esa larga buena racha se rompió el jueves cuando un rayo fue a caer junto al río Lor, en la parte baja de esta aldea de la parroquia de Vilamor, en el municipio de Folgoso do Courel. Enseguida se formó un pequeño incendio que trepó con rapidez ladera arriba alimentado por matorral reseco tras una semana de calor extremo. Al contrario de lo que pasaba en ese mismo momento en buena parte de Galicia, en la Serra do Courel los rayos llegaron solos, sin lluvia que apagase el fuego que provocaban al caer. En Froxán y en otra media decena de lugares de esta zona de montaña en el sur de la provincia de Lugo el fuego avanzó por la noche y a la mañana siguiente ya había desbordado a los servicios de extinción. Este domingo, habían ardido cerca de 3.000 hectáreas de monte y hay siete incendios, dos controlados y cinco activos. No ha habido desalojos de pueblos ni se ha quemado ninguna casa, pero no han faltado momentos de apuro.
Como el que pasó Alejandrina Méndez, que sintió caer el rayo desde la puerta de su casa en Froxán. Pocos minutos después se dio cuenta de que olía a quemado y entró a avisar a su marido. «Díxenlle que parecía que ardía polo camiño da ribeira, e en canto saímos os dous a mirar xa vimos o lume, cunhas chamas que metía medo velas». Froxán es una aldea de hechuras tradicionales y aspecto compacto de la que sus vecinos suelen presumir. Aquí se celebra en otoño la Festa da Pisa da Castaña, que atrae todos los años a muchos visitantes de la Galicia urbana. En Froxán solo quedan nueve casas ocupadas todo el año, pero la aldea tiene una población flotante mucho mayor, compuesta por algunos emigrados de las ciudades y no pocos oriundos que viven en otros puntos de Galicia pero vuelven cada verano y muchos fines de semana.
Mangueras y dos tanques de 30.000 litros
Como José Ramón Álvarez, que también tiene casa en Ourense, pero pasa mucho más tiempo en Froxán desde que hace 19 años se jubiló. Él tiene claro que si Froxán llevaba tanto tiempo sin arder es porque su vecinos tienen interés por cuidar su pueblo. «Temos preparados —explica— 250 metros de mangueira e un sistema de tomas de auga con dous tanques de 30.000 litros cada un». Con estos medios, se sienten relativamente seguros, pero estos días han vivido momentos complicados. La primera noche vieron cómo el fuego superaba el pueblo por un lateral, cerca de algunas casas, pero sin tocarlas. Después, las llamas saltaban al otro lado de la carretera y allí prendieron en los primeros pinos. De allí se extendió al monte comunal, cerca de ochocientas hectáreas plantadas en parte de pino.
La primera noche, el fuego se dispersó monte arriba, pero el viernes por la tarde uno de los frentes bajó de nuevo al pueblo. Si no avanzó más fue por el contrafuego que plantaron los bomberos forestales, pero también porque el viento amainó y porque las llamas se toparon con una vaguada llena de castaños, todo un freno natural para el fuego. Entre los vecinos de Froxán de los otros pueblos de esta zona afectados estos días por los incendios cunde la sensación de que la respuesta de los medios de extinción ha sido insuficiente. «Deixárono arder, din que non había medios suficientes», cuenta Manuel Yera, nacido en A Coruña pero residente a tiempo completo en Froxán desde hace veinte años. Lo mismo piensa José Ramón Álvarez: «Medios poucos e organización ningunha».
La venta de la madera es el único rendimiento económico que los vecinos de Froxán le sacan a su monte. Buena parte de esos pinos ardieron entre el jueves por la noche y el sábado. Tras cuarenta años sin sustos así, puede haber llegado el momento de buscar otros usos. «Agora hai que retirar toda esta madeira e mirar que facer, pode ser o momento de repensar como aproveitar o monte», razona Manuel Yera.
Los servicios de emergencia están haciendo un perímetro con excavadoras para asegurar que el fuego no se propague más allá de lo que ya ha ardido, pero dentro de esa zona queda mucho monte aún intacto. Como la vaguada que ayudó a proteger las casas de Froxán cuando el fuego volvió a bajar hasta la aldea el viernes por la tarde. Y de vez en cuando se producen rebrotes. Como el que este sábado a última hora amenazaba con quemar la docena de colmenas que José Ramón Álvarez cuida en una antigua alvariza, una de las construcciones de piedra con las que los apicultores de antes protegían sus abejas de los osos. Personal del grupo de emergencias de Folgoso do Courel trabajaba para mantener las llamas lejos de la alvariza.
Controlados dos de ellos
De los siete grandes incendios activos en esta zona, los servicios de extinción daban este domingo por la mañana por controlados dos de ellos, los de A Cruz de Outeiro y Nocedo, ambos en Quiroga. Los otros cinco siguen activos, pero en la consellería aseguran que en la mayor parte de los casos ya no avanzan más allá de los límites a los que llegaron el sábado.
Sobre el terreno, los medios de extinción trabajan contra el problema que supone tantos incendios simultáneos y tan grandes. Eso y la difícil orografía de toda esta zona. Por ejemplo, en la ladera del Teso Grande, que baja al río Lor desde la carretera que lleva de Froxán a Monforte a través de A Pobra do Brollón trabajaban este sábado a eso de las siete de la tarde dos helicópteros y dos aviones. Se trata de una gran extensión plantada en su mayor parte con pinos, una ladera entera de unos dos kilómetros de longitud por uno de profundidad y no había allí ninguna brigada de tierra. La caída hasta el río es tan empinada que es poco menos que imposible hacer nada allí a pie.
El conselleiro de Medio Rural, José González, compareció a las doce del mediodía de este domingo ante los medios de comunicación en un puesto de mando instalado en A Pobra do Brollón, para explicar que en la extinción de los incendios de la Serra do Courel están trabajando alrededor de doscientas personas, apoyadas sobre el terreno por treinta camiones cisterna y trece excavadoras. Estas excavadoras, añadió, están siendo fundamentales para asegurar que los incendios no avancen más allá del perímetro que ya habían alcanzado previamente. En esta comparecencia, Ramón Recamán, técnico del distrito forestal Terra de Lemos, que incluye la Serra do Courel, explicó que a esas horas el 90% del perímetro de estos siete incendios estaba controlado.
Esta es la superficie quemada municipio por municipio, con datos actualizados
Los datos difundidos por la consellería a primera hora de la mañana de este domingo apuntan que la superficie quemada en los siete mayores incendios de la Serra do Courel roza las 2.800 hectáreas. Estas son las cifras por municipios de los incendios que superan las 20 hectáreas en el conjunto de Galicia:
Folgoso do Courel
- Incendio de Seceda: 1.100 hectáreas, parte de ellas en el municipio de Samos (150 más que el viernes). Sigue decretado el nivel 2 de alerta.
- Incendio de Vilamor 1: 300 hectáreas (igual que el sábado). Sigue decretado el nivel 2 de alerta.
- Incendio de Vilamor 2: 500 hectáreas (igual que el sábado).
- Total municipio de Folgoso do Courel: 1.900 hectáreas (150 más que el viernes).
Quiroga
- Incendio de Outeiro: 250 hectáreas (igual que el sábado). Está estabilizado.
- Incendio de Nocedo: 15 hectáreas (los informes del sábado apuntaban que este incendio había quemado 180 hectáreas, pero se trataba de un error).
- Incendio de Quiroga: 90 hectáreas (igual que el sábado). Está estabilizado.
- Total municipio de Quiroga: 355 hectáreas (igual que el sábado, sin contar con el dato erróneo de Nocedo)
A Pobra do Brollón
- Incendio de Saa 1 (nivel 2): 600 hectáreas (50 más que el sábado)
- Incendio de Saa 2: 50 hectáreas (igual que el sábado)
- Total municipio de A Pobra: 650 hectáreas (50 más que el sábado)
Carballeda de Valdeorras
- Incendio de Riodolas: 1.100 hectáreas (150 más que el sábado). Está estabilizado
Vilariño de Conso
- Incendio de Pradoalbar: 160 hectáreas (igual que el sábado). Afecta al Parque Natural do Invernadoiro.
Rodeiro
- Incendio de Guillar: 200 hectáreas (igual que el viernes)
Ribadavia
- Ribadavia. 65 hectáreas. Está controlado. Empezó el lunes pasado.
Melón
- Quins. 63,6 hectáreas. Extinguido. Había empezado el martes.