La N-120 dejó de ser la carretera más peligrosa al prohibir adelantamientos

m. rodríguez OURENSE / LA VOZ

MONFORTE DE LEMOS

Tramo de la N-120, entre Ourense y Os Peares, donde está prohibido adelantar con doble línea continua
Tramo de la N-120, entre Ourense y Os Peares, donde está prohibido adelantar con doble línea continua Santi M. Amil

La reforma de las intersecciones y carriles del vial prevé mejorar la seguridad

22 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Después de años de parálisis y del proyecto olvidado en un cajón, el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) ha dado el visto bueno esta semana a la aprobación, provisional, de la reforma de la N-120, que prevé la instalación de carriles adicionales en seis kilómetros del vial, entre Nogueira de Ramuín y Ourense, donde no estaba permitido adelantar. Ello ralentizaba el tráfico en un eje fundamental para la comunicación con Monforte de Lemos y la comarca de Valdeorras. La señalización con línea continua, la limitación de velocidad y su control mediante un radar fijo, fueron medidas que tomaron la DGT y el Ministerio de Fomento para paliar la alta siniestralidad que, en los años anteriores, había sufrido el vial. La accidentabilidad se ha reducido en general en todas las vías y territorios a casi un tercio de los que producían en la primera década de los dos mil.

La N-120 fue escenario de trágicos accidentes en esa primera década del milenio. Uno de los más atroces fue el que costó la vida a los cuatro miembros de una misma familia, dos padres y dos hijos, una madrugada de abril del 2004, en Melias, a la altura del kilómetro 560,300. En aquel mes de abril morían ocho personas en las carreteras ourensanas.

La carretera nacional Logroño-Vigo, a su paso por Ourense, solía aparecer con algunos de sus tramos como los más peligrosos de la Red de Carreteras del Estado. En los informes EuroRap de los clubes de automovilistas RACE y RACC, los puntos negros —contabilizados de diferente manera que la DGT— apuntaban a la N-120.

La Administración tomó medidas: prohibió los adelantamientos en el tramo con una línea continua pintada en el 2009 entre Os Peares y la ciudad de Ourense, instaló radares (en los puntos kilométricos 550.72 y 542 en sentido creciente) y se redujeron los límites de velocidad (de 100 a 90 kilómetros por hora, con carácter general para las vías de doble sentido) en el tramo en el que se va a obrar. Con esas limitaciones, los accidentes bajaron notablemente.

En el año 2008, uno antes de esa reforma de la señalización, hubo dos accidentes mortales en ese tramo. En el kilómetro 557, una mujer moría en marzo al invadir el carril contrario y chocar contra un camión. En ese mismo siniestro resultaron heridas cuatro personas, de carácter leve. Unos meses más tarde, en octubre, pero solo tres kilómetros más adelante fallecía un hombre, en una colisión frontal contra un camión en el kilómetro 560.

Un solo siniestro mortal

Al año siguiente, ya con la nueva señalización vigente, se producía solo un siniestro mortal en ese tramo, a causa de una salida de vía en O Pereiro de Aguiar. En los dos ejercicios siguientes, no hubo accidentes con muertos, aunque sí con heridos graves. Hasta el 2012 no volvieron a registrase choques mortales aunque en la primavera de ese año hubo dos muertos en el fatídico punto kilométrico 557. Al año siguiente, se computaron otras dos muertes en la carretera, con graves sucesos un poco más abajo, a la altura del kilómetro 561.

Los cambios en la vía sirvieron para bajar las cifras de siniestralidad. En todo el 2014, solo hubo un herido grave en la carretera y en todo el tramo solo se registraron tres heridos leves en diferentes meses. Los dos siguientes años, en el tramo analizado se certificaron dos muertes, una en el 2015 y otra en el 2016. Hubo cinco heridos, leves, en una colisión múltiple en el mes de mayo de ese año, en el kilómetro 564, ya en el término municipal de Ourense. Pasarían casi tres años, hasta marzo del 2019, sin nuevos accidentes mortales en ese trecho.

Los informes sobre siniestralidad se hacen eco del menor número de accidentes

Pese a la evolución positiva de las cifras de siniestralidad, la situación de la carretera obligaría a intervenir de forma urgente a Fomento en abril del 2018, a causa de un gran desprendimiento en el kilómetro 551 que obligó a cortar la nacional y a desviar el tráfico con regulación semafórica. En el año 2019 se produjo el último accidente viario en el tramo en los últimos 15 años. Desde el 2007 al 2022 hubo en la zona analizada (entre los puntos kilométricos 548 y 568) 20 fallecidos, 30 heridos graves y 65 leves.

La N-120 ya no está entre las principales preocupaciones de la DGT en cuanto a siniestralidad en ese tramo, ni tampoco figura entre los más peligrosos de los informes. La N-541, entre los puntos kilométricos 23,5 y 33,6 presenta un índice de riesgo mayor, con cinco accidentes mortales o graves en el 2022, según el informe de EuroRap.

La N-532 o la N-525 se sitúan por encima en este ránking de peligrosidad. El tramo de la N-120, según el estudio del RACC tuvo 6 accidentes graves en el 2020 —los datos de la DGT indican dos heridos graves y dos leves— pero dada su intensidad media de vehículos cae en el listado de riesgo.

A la espera de la A-76

Los tramos de la red viaria con calzada única y la presencia de intersecciones al mismo nivel son factores que influyen notablemente en la siniestralidad y en los que, precisamente, pretende actuar el Mitma para mejorar la seguridad vial del trazado. Está lejos del nivel de mejora que supondría la reclamada autovía A-76, pero al menos permitirá adelantar y girar sin ralentizar tanto el tráfico.