Monforte celebra su cuarto Martes de Pascua en el destierro de A Régoa

Carlos Cortés
Carlos Cortés MONFORTE / LA VOZ

MONFORTE DE LEMOS

El alcalde renovó un rito cuyo origen se remonta a cuatro siglos atrás

12 abr 2023 . Actualizado a las 18:59 h.

 Es posible que esta sea la última vez que la procesión del Martes de Pascua de Monforte se haya celebrado en la iglesia de A Régoa, pero eso nadie puede asegurarlo. Lo saben bien los habituales de esta convocatoria religioso que pone fin a la Semana Santa monfortina, que ya llevan cuatro años yendo a esta misa en una iglesia que no es la que debería ser y que en el 2022 vieron como el cura que la oficiaba hacía votos para que la del 2023 ya se volviese a hacer en San Vicente. No pudo ser, pero lo importante para los fieles es que la ceremonia se haga y se haga bien. Por algo el Martes de Pascua es el único festivo local de Galicia que sigue siéndolo por votación popular.

La del 2019 fue la última misa de Martes de Pascua que se ofició en la iglesia de San Vicente, su lugar natural. En noviembre de aquel año empezaron unas obras de rehabilitación de los retablos y las pinturas murales de la iglesia, pero después hubo que prolongar el cierre porque un vendaval provocó destrozos en el tejado.

La cubierta está ya reparada, pero ahora el obispado está intentando conseguir dinero para poner una iluminación interior nueva, que permita lucir mejor los retablos y las pinturas, ahora que están mucho más vistosas. Y el 2019 fue el último año antes de la pandemia, así que entre unas cosas y otras el Martes de Pascua de Monforte lleva cuatro años en precario en Monforte. Y no hay constancia de que el Obispado haya encontrado aún quien pague la iluminación, así que es posible que el 2024 tampoco sea el año de la vuelta.

La de este 2023 ya llegó sin restricciones ni mascarillas, pero no pudo ser la de la vuelta a San Vicente. Tampoco vio volver la versión larga de la procesión, porque la parroquia decidió mantener el formato breve de los últimos años, con un pequeño recorrido en el que la imagen de la Virgen de Montserrat no llegó a salir del atrio de A Régoa.

El Ayuntamiento había preparado un sistema de megafonía junto a la gran cruz incrustada en el muro del atrio y allí fue donde el cura le preguntó al alcalde si se compromete a seguir organizando el Martes de Pascua y las fiestas de agosto en señal de agradecimiento a la virgen de Montserrat.

Fue el momento culminante de la única celebración religiosa de Monforte en el que las instituciones públicas juegan un papel protagonista. El alcalde y los concejales quedan siempre a las diez de la mañana en la sede del Ayuntamiento y desde allí suben andando hasta el lugar de celebración de la misa, San Vicente en condiciones normales y A Régoa mientras dure el cierre de la iglesia que está en la cima del monte. A la caminata de este año se sumaron, además del alcalde José Tomé, la mayor parte de los concejales del PSOE, y los portavoces municipales del PP, Katy Varela, y del BNG, Emilio Sánchez.

La misa empezó a las once de la mañana y este año contó con menos participación popular que en otras ocasiones. Cantada por la coral municipal , la misa terminó con la imagen de la Virgen de Montserrat saliendo a hombros de integrantes de su cofradía, precedidos por el grupo municipal de gaitas.

Esta vez no pasó como el año pasado, cuando el tiempo estaba revuelto y hubo que abrir los paraguas durante la procesión. Este año hacía sol y no se veía ni una nube, para alivio de los cofrades de la Virgen de Montserrat, que cuando llueve sufren por si el agua echa a perder el manto que cubre la talla.

Y al margen de esta celebración religioso-institucional, Monforte pasó la jornada de ayer con una tranquilidad en sus calles que contrastaba con el bullicio de la Semana Santa. Muchos decidieron aprovechar que el día es no laborable para terminar de descansar de la Feira Medieval. Y otros cumplieron con la otra tradición del día, esta completamente laica, la de marcharse de compras a Ourense, a Lugo o a cualquier otra ciudad con centro comercial.

Una peste en el siglo XVI

Todo apunta que la peculiar manera monfortina de conmemorar el Martes de Pascua tiene su origen en los últimos años del siglo XVI. El historiador local Felipe Aira afirma que esa tradición surgió de una epidemia de peste que azotó la zona en aquella época. El conde de Lemos invocó en el 1598 la protección de San Roque para que pusiese fin a esa epidemia y poco después la enfermedad empezó a remitir. San Roque era en aquel momento el patrón de Monforte y aquellos votos de agradecimiento se repitieron cada año el 16 de agosto. Cuando la patrona de Monforte pasó a ser la Virgen de Montserrat, la fecha de este agradecimiento anual también cambió y empezó a hacerse el Martes de Pascua.

El Martes de Pascua es fiesta local de forma ininterrumpida desde el 2012. Aquel año, el Ayuntamiento de Monforte convocó un referendo para que la gente decidiese si el segundo festivo local tenía que ser el Martes de Pascua o el Miércoles de Ceniza. La consulta llegaba después de años de polémica entre los defensores del Martes de Pascua y los que pedían su cambio para evitarle al comercio local la sangría de compradores habitual de ese día. Votaron 741 vecinos y 444 lo hicieron a favor del Martes de Pascua.