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Segunda mano, trapos o tapicerías de coche: así se recicla la ropa que se tira en Monforte

Carlos Cortés
Carlos Cortés MONFORTE / LA VOZ

MONFORTE DE LEMOS

Texlimca recoge ropa usada en Monforte y en otros municipios, como Chantada (en la imagen)
Texlimca recoge ropa usada en Monforte y en otros municipios, como Chantada (en la imagen) ROI FERNÁNDEZ

La empresa que recoge los contenedores para material textil intenta reutilizarlo todo

17 dic 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

La ropa que los vecinos de Monforte depositan en los contenedores instalados en la calle para este tipo de material acaba fundamentalmente en tiendas de segunda mano o reciclada en material de uso industrial. Esas son las salidas principales que le proporciona a este material la empresa que tiene contratada el Ayuntamiento para gestionar los contenedores depositados en la calle para este tipo de residuos. Porque el tratamiento que se le proporciona a esta ropa es la propia de un residuo doméstico que hay que intentar reutilizar o, en caso de que no sea posible, reciclar en materiales como trapos o relleno para diferentes todo clases de tapicerías. El porcentaje que acaba en vertederos u otros tipos de centros de eliminación de residuos no pasa habitualmente del 10% del total.

Los vecinos de Monforte se deshacen cada año de cerca de ocho toneladas de ropa usada en los contenedores callejeros instalados para este tipo de material. Salvo dos que son gestionados por Cáritas, todos los demás son de Texlimca, la empresa a la que el Ayuntamiento de Monforte le tiene adjudicada esta parte del servicio municipal de recogida de residuos domésticos.

Lo que se vuelve a vender

En el caso de los residuos de material fundamentalmente textil, la legislación actual establece que es preciso tratar de reutilizar todo lo que sea reutilizable. El personal de Texlimca revisa todo lo que los monfortinos depositan en sus contenedores para buscar en primer lugar qué ropa se puede seguir utilizando como tal. La que pasa este primer filtro es separada a continuación en función del tipo de prensa de que se trate.

Y a continuación, la empresa lo vende en el mercado de ropa de segunda mano. No lo hace directamente, porque ellos no disponen de tiendas, sino a través de empresas del sector. «El problema con el que nos encontramos en España —apuntan fuentes de esta empresa— es que aquí el mercado de ropa de segunda mano es reducido».

Hay alrededor de trescientas tiendas especializadas en este tipo de productos. Pueden parecer muchas, pero en realidad son poquísimas para absorber todo lo que los ayuntamientos recogen en este tipo de contenedores.

La mayor parte del material que recoge Texlimca acaba entregado a granel a almacenistas que después lo distribuyen en establecimientos de ropa de segunda mano de otros países de Europa en los que hay más tradición de venta y más demanda de este tipo de productos.

El material acrílico suele acabar como relleno en la industria o en la construcción

Reutilizar es lo prioritario, pero no todo lo que acaba en estos contenedores se puede volver a vender. Echar el resto a un basurero o a una incineradora de residuos es la última opción. «Cualquier empresa que se dedique a esto trata de aprovechar al máximo el material que consigue», aseguran en Texlimca. No se trata solo de que eso sea lo correcto desde el punto de vista legal y medioambiental. Es que es también lo que más rentable les sale, porque dejarla en vertederos resulta cada vez más caro. «El objetivo es reutilizar o reciclar como mínimo el 90%, aunque eso no siempre es posible», explican en esta empresa.

Cuando no vale para volver a usar, en el caso de la ropa 100% algodón, o al menos con un porcentaje alto de esta materia prima, suele ser troceado para su transformación en alguno de los más de treinta clases de trapos de limpieza existentes para uso industrial.

Las prendas acrílicas, en cambio, se emplean como material de relleno en colchones, tapicerías de vehículos o sofás, y también como aislantes térmicos.

El desafío de las prendas hechas con más de un material

El proceso de clasificación de la ropa recogida de los contenedores es completamente manual. «Se hace a mano y a ojo», precisan en Texlimca. El personal de la empresa se ocupa de revisarlo todo para ver qué prendas son susceptibles de volver al circuito comercial textil y cuáles valen solo para ser recicladas en otro tipo de productos. Pero esa es solo la primera selección. Una vez separados los dos grupos, el de la ropa susceptible de ser vendida de nuevo hay que dividirlo otra vez en diferentes fracciones, en función del tipo de prenda.

Las empresas que se dedican al reciclaje textil se enfrentan con problemas técnicos que limitan su trabajo. Apenas hay procedimientos químicos disponibles, y en ninguna planta de España se aplican, así que todo el trabajo se reciclado se lleva a cabo con métodos mecánicos. La ropa con alto porcentaje de algodón es relativamente fácil de reutilizar, incluso en hilos que se pueden utilizar para confeccionar prendas nuevas, pero las que incluyen diferentes materiales en su composición suponen un problema serio para estas empresas.

Con sede en Valencia

Texlimca tiene contratos como el de Monforte con decenas de ayuntamientos en diferentes comunidades autónomas, aproximadamente cincuenta de ellos en Galicia. Con su sede central en la localidad valenciana de Alzira, se trata de una de las empresas más veteranas del sector. Nació en 1945 y en su primera época se dedicó a la transformación en papel de material textil usado. Lleva alrededor de treinta años haciendo recogida de ropa usada a través de los servicios municipales de limpieza.