Una visita a los molinos del Xabrega

C. Rueda | F. Albo MONFORTE

SOBER

CARLOS RUEDA

En el municipio de Sober se ha habilitado una ruta de senderismo de gran valor etnográfico Seis construcciones restauradas se suceden en un recorrido fluvial de 1.200 metros

27 dic 2005 . Actualizado a las 06:00 h.

?n el arroyo de Xabrega, también conocido por el de A Boca, Vales, Camilo, Bouzas y Os Muíños -dependiendo de las zonas por las que pasa- se encuentra el más importante conjunto de molinos del municipio de Sober. En poco más de tres kilómetros de cauce, sus aguas movían veintiocho molinos y dos batanes. Este excepcional conjunto etnográfico acaba de ser parcialmente restaurado por el taller municipal del empleo, en el tramo comprendido entre la aldea de A Boca y la desembocadura del arroyo en el Sil, en el lugar de Os Chancís. Al mismo tiempo se recuperaron los antiguos senderos de la zona, que conforman una interesante ruta de senderismo. La ruta comienza en el lugar de Pouso do Blanco, a 500 metros del pueblo de A Boca. El sendero baja al principio hacia el arroyo de Xabrega. Unos metros antes de cruzarlo, pasa junto a una pequeña fuente en la que se puede hacer acopio de agua. El primer molino que se encuentra es el de Roque do Arroxó, de recios muros y en buen estado de conservación. Ahora hay que caminar por el muro del caneiro o canal de conducción del agua para visitar los dos molinos siguientes, llamado de Nemesio da Boca. En ambos casos se rehabilitaron íntegramente los muros, el cubo y la cubierta. El de mayores dimensiones tenía habilitada en su interior una estancia que era utilizada por el propietario para descansar. De vuelta al sendero, hay que cruzar el arroyo por unos pasadoiros de piedra y volver a caminar por el caneiro, que ahora da acceso al molino de O Ramiro da Boca, también restaurado íntegramente. En esta zona se puede observar la altura a la que se elevan los caneiros, que parecen verdaderos acueductos. A continuación hay otros dos molinos, llamados de O Chucán do Couto. En el primero se consolidaron los muros y sobre el segundo se construyó una plataforma para poder observar el funcionamiento del rodicio, al que fue acoplado un generador eléctrico. Este lugar era denominado A Calzada, ya que por aquí pasaba una calzada romana -también llamada Camiño Novo-, cuyos restos se pueden apreciar en este tramo. También se conserva parte de este antiguo trazado en el lugar de A Pedrosa. El siguiente molino es el de Os Nabás, del que sólo quedan los muros. En este lugar, conocido como A Albariza, el camino se bifurca. El ramal de la izquierda bordea un saliente rocoso, discurre entre altos muros de piedra y se une nuevamente, doscientos metros más adelante, al camino principal. Hay que seguir por el camino de la derecha, que cruza el arroyo por un pequeño puente de piedra y conduce seguidamente el molino de O Conde de Camilo. Esta construcción conserva en buen estado sus altos muros y en su interior se guardan dos piedras de molino que funcionaban de forma simultánea. Una de ellas se hizo con granito del país y la otra es del tipo denominado albar -de piedra más fina-, con la que se molía el trigo. Este lugar se llama As Garduñeiras, nombre relacionado con el carácter abrupto y boscoso del terreno. Flora medicinal A pocos metros del molino de O Conde está el de O Santomé de Arroxó, del que sólo se conservan las paredes, una piedra de moler en su interior y un canal labrado en la roca. El camino pasa ahora por una zona umbría y de abundante vegetación, donde crecen distintas variedades de plantas medicinales muy utilizadas antaño por los veicinos de la zona, así como diversas especies arbóreas: robles, fresnos, alisos, cerezos, castaños... En esta zona, el arroyo de Xabrega tiene que salvar frecuentes desniveles en su cauce, precipitándose de forma impetuosa en rápidos y pequeñas cascadas Tras cruzar nuevamente el arroyo por de unos pasadoiros de piedra, hay que caminar unos cincuenta metros y atravesar otra vez el cauce por un pequeño puente hecho de grandes lajas de piedra. Nada más cruzarlo se accede al molino de Nemesio da Boca, que es de los llamados de volante. En lugar de utilizar el clásico rodicio horizontal, disponía de una rueda vertical similar a una noria, con la que se aprovechaba mejor la fuerza hidráulica, sobre todo en los meses estivales. Conserva íntegra su estructura, excepto la cubierta. Los dos últimos molinos de la ruta se encuentran a unos doscientos metros. Son los de O Piedras y el de Ramiro da Boca, y sólo se conservan sus muros. En la zona existían dos molinos más, el de Noguedo de Santiorxo y el de O Toxedo, de los que hoy no quedan restos. Este último estaba muy próximo de la desembocadura en el río Sil, en el mismo lugar de Os Chancís, próximo al embarcadero. Una gran crecida lo desmoronó y arrastró las piedras hasta el Sil. El camino finaliza a la altura de Os Chancís y el monte de Xabrega, donde se acondicionó un área recreativa y un mirador sobre el cañón del Sil. En sus inmediaciones hay un yacimiento castreño en el que se han hecho recientemente varias actuaciones de carácter arqueológico.