La joven yudoca lucense, múltiple campeona de España esta temporada, competirá la próxima semana en el Europeo sub 20 que se celebrará en Varsovia, Polonia
04 sep 2008 . Actualizado a las 02:00 h.Sólo tiene 17 años, aunque cumplirá 18 en noviembre, pero Sara Álvarez no tiene problemas para competir, y ganar, a yudocas que le sacan unos cuantos años, con lo que supone de experiencia añadida, pero también centímetros y kilos. La joven lucense, que milita en las filas del Judo Lugo, afronta un calendario de fin de temporada muy apretado, pues la próxima semana tiene ante sí el Campeonato de Europa sub 20, y un mes después, el mundial de la misma categoría, para el que es la única española que, hasta el momento, tiene billete. En principio, será en Tailandia.
Sara es de pocas palabras, se nota su timidez. Prefiere hablar sobre el tatami, donde destaca por «ser muy rápida», como dice su entrenador, Miguel Blanco. Una característica que debe hacer valer para vencer a luchadoras más grandes. A su velocidad, une la imaginación, un recurso que, en combate puede ser clave. «Lo que más me gusta es la técnica libre», dice Sara. Es decir, «innovar», darle una vuelta de tuerca a alguna llave, a algún gesto, aunque con las técnicas, tiene una favorita, el o soto gari. Que viene a ser algo así como tratar de barrer al contrario con una pierna y derribarlo.
En España casi no encuentra rival en sus categorías, algo que queda demostrado este año con sus dos títulos de campeona nacional, en sub 17 y en sub 20. En absoluta, también estuvo cerca del oro, y se hizo con el bronce. Multitud de competiciones, que hace que deba estar muchas veces fuera, no sólo de Lugo, sino de España. «Este mes de julio, por ejemplo, estuve en Grecia, en Corea y en Brasil», cuenta Sara. Este curso, casi 40 combates en competición. «Son muchos», reconoce el propio Blanco.
Saltos de un lado a otro, que le obligan a hacer encaje de bolillos con los estudios (está en primero de BAC), lo que no siempre consigue, porque a veces las facilidades no son las necesarias. Tampoco abundan las ayudas, para material, o viajes. Lo dice su entrenador: «Ahora mismo sólo nos echa una mano la Diputación». Y es que, a veces, hasta les cuesta dinero de su propio bolsillo.
Dureza
Y no es precisamente el yudo un deporte que robe poco tiempo. No es extraño que tenga que entrenarse por la mañana y por la tarde, compaginando diferentes aspectos. Para estar en la élite, como ella, es necesario acudir a concentraciones con la selección española, observar a las mejores. «Estuve entrenando con la subcampeona olímpica este año», cuenta esta joven que, desde Lugo, se codea con las estrellas de su deporte, siempre bajo el estricto control de su entrenador, y con la atención del doctor del Consejo Superior de Deportes Luis Ibáñez, y el preparador físico Iván Carballeira.
Miguel cubre con una capa de realismo los sueños de Sara. «Ella siempre se pone metas altas, yo siempre le digo que poco a poco», cuenta. Eso no quiere decir que no sea estricto. «Es un poco exigente», dice ella mirándole de reojo. Él la motiva para pelear por la medalla en el Europeo, pero no parece hacer falta, porque lo tiene muy claro, aunque para una inmensa mayoría, estar presente en ellos ya sería un premio.
Porque Varsovia está a la vuelta de la esquina. El domingo 14, a las diez de la mañana, comenzará, peldaño a peldaño, su búsqueda. Antes, madrugón, pesajes, nervios... «Hay que tener la cabeza fría, estar muy centrados», resume Blanco la actitud que debe tener Sara, que para entonces, ya se sabrá al dedillo las condiciones y las técnicas más habituales de sus rivales, a las que estudia. «Soy una de las más bajitas», cuenta sobre ellas.
Esta semana, el lunes, harán una simulación de cómo puede ser el campeonato, con todos los combates que tendría hasta la final. Para ello, sus espárrines del Judo Lugo, todo chicos, porque no hay chicas de su peso que entrenen con ella, son una ayuda fundamental. «Tengo que agradecérselo», admite Sara, que en unos días, el miércoles, estará subida al avión de camino a Polonia. Las molestias que tiene en un tobillo y en un codo, quedarán entonces atrás.