Puleva y Lactalis mantienen silencio absoluto sobre las repercusiones para la provincia -ganaderos y trabajadores- de la compra de las cuatro plantas del grupo granadino, entre ellas la de Nadela, que está pendiente de la firma de contratos y de la autorización de Competencia. Al parecer los teléfonos de la antigua Complesa se bloquearon ayer con llamadas de los productores para interesarse por conocer detalles sobre los futuros cambios. Puleva recoge en Galicia directa e indirectamente (a través de cooperativas) en algo más de 800 granjas, que le suministran entre 350.000 y 500.000 litros diarios.
Los ganaderos que entregan la leche a Puleva temen que se cumplan las especulaciones acerca de que Lactalis dedicará la planta de Nadela a procesar leche traída de Francia, en detrimento de la gallega.
Los trabajadores estuvieron pendientes de una reunión del comité de empresa con los sindicatos con representación en la planta, UGT, CIG, Comisiones Obreras y USAG. Acordaron solicitar a Puleva una reunión urgente para que informe del paso dado y de las repercusiones que tendrá para los 112 operarios de la fábrica de Nadela. En cuanto la empresa facilite los datos, convocarán una asamblea para explicarlos.
El responsable de alimentación de UGT, Fernando Teijeiro, apuntó que la misma demanda de información y con caracter urgente la van a cursar a Lactalis.
Reacciones
Según Christian López Carmona, de la CIG, la información existente «é prácticamente nula e isto contribúe á especulación e intranquilidade por parte dos traballadores». Para la organización nacionalista, la operación «plantexa moitas dúbidas e determinados inconvintes para a clase traballadora, toda vez que se gastan as capacidades de interactuación e control que poidan exercer as distintas administracións públicas ou o que é o mesmo, un futuro sen garantías».
La Federación Rural Galega, una organización nacida de antiguos afiliados y cargos del SLG, también se pronunció sobre la operación. Según uno de sus responsables, Elías Somoza, con esta venta aumenta más «a inxerencia de capital francés no leite galego». Recuerda que Francia es ampliamente excedentario en la producción de leche. «A sua cuota supera os 24 millóns de toneladas, multiplicando por catro a do estado español». Señala además que cumple un papel determinante en el establecimietno de los precios, ya que se utilizan como referencia. «Con esta operación -abunda la federación citada- estanse ademais adquirindo novas vías de comercialización dos seus excedentes, principal razón para a expansión dos grupos franceses fóra do seu território».
Dinero público
La federación lamenta que Ebro Puleva, que recibió dinero público en su momento, pase ahora a manos «dun dos principais competidores que ten a producción de leite en Galicia».
El 50% de los ganaderos que trabajan para esta industria, según confirmó la empresa hace unas semanas, se acogieron al sistema de pago a través de confirming , que les permite cobrar la leche entregada con antelación. Una de las muchas incógnitas que planean sobre el sector consiste en si el sistema, avalado por Puleva, se mantendrá con el cambio de empresa.
La operación cerrada recientemente entre Puleva y Lactalis permitirá a Ebro Puleva disponer de liquidez suficiente para seguir adentrándose en su otro negocio, el arroz y la pasta. Comercializa, entre otras marcas, Nomen, La Cigala, La Fallera y Brillante.
Lactalis, por su parte, además de cuatro plantas y cuota de mercado de leche, asume una posición dominante en las relaciones con las distribuidoras, además de ampliar la gama de productos lácteos, tanto en leche líquida como en leches especiales y con la adquisición reciente de Forlasa completa la gama de quesos, al incorporar los manchegos.
Operaciones
El grupo francés, tercero a nivel mundial, realizó en España dos importantes inversiones en este año 2010. La primera fue la compra de Forlasa, a la que se suma ahora la de Puleva, que supondrá un desembolso de 630 millones de euros. La operación más reciente cerró el paso a un posible entendimiento entre empresas del sector en España, como Central Lechera o Pascual, para hacer frente a las multinacionales europeas.