Cientos de personas participaron en la asamblea de la Praza Maior de Lugo
21 may 2011 . Actualizado a las 06:00 h.El movimiento espontáneo de los llamados indignados cobra cada vez más fuerza en Lugo. Ayer se contaban por centenares los ciudadanos, de todas las edades, que a las 20.00 horas se acercaron a la Praza Maior para participar en la asamblea. Allí explicaron que retirarían todas las tiendas de campaña antes de medianoche, pero eso no significa que el movimiento se apague. «Estuvo aquí la Policía Nacional y nos informaron, de muy buenos modos y de forma muy respetuosa, de que sería ilegal seguir con las tiendas el sábado y el domingo, y nosotros queremos cumplir la ley», explicaba ayer uno de los organizadores.
Aun así, varios de los manifestantes mostraron su intención de pasar la noche en la Praza Maior sin tienda. En cuanto a la jornada de hoy, no hay ninguna movilización convocada: «É a xornada de reflexión e prohibíronnos facer manifestacións. Así que invitámosvos a que reflexionedes, e non nos poden prohibir reflexionar aquí na praza, sentados lendo un libro. O que non queremos é simboloxía de ningún tipo, porque nós non pedimos que votedes a alguén, nin que non votedes, só que reflexionedes», comentaba otro.
Lo que quedó claro es que esto no se acaba el domingo con las elecciones. Ya que tienen permiso, el lunes volverán a montar las tiendas para hacer oír sus reivindicaciones. En la asamblea se leyó el manifiesto del movimiento Democracia Real Ya, en el que resumen sus propuestas, entre otras, derecho al empleo y a la vivienda, eliminación de los privilegios de la clase política, control de las entidades bancarias, servicios públicos de calidad... También hicieron un llamamiento a todos para mantener el movimiento de manera pacífica y afirmaron que condenarán cualquier acción violenta. Fue una asamblea dinámica y en la que hubo mucha participación del público, con preguntas y propuestas.
En cuanto a la primera noche de acampada, la de ayer, transcurrió con normalidad. Recogieron numerosas firmas y fueron muchos los vecinos que se acercaron a preguntar por sus reivindicaciones y a solidarizarse con ellos, incluso hubo quien les llevó café y comida.