Cara a cara con la rival fatídica

Marcos PIchel LUGO / LA VOZ

LUGO

Sara Álvarez luchó en Lisboa con la ucraniana que la lesionó de gravedad

15 jun 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

El deporte tiene a veces guiños un tanto crueles, convertidos en retos que solo superan los más fuertes. Le sucedió a Sara Álvarez el pasado domingo, en Lisboa. La yudoca lucense tuvo que medirse a la rival ucraniana (Irina Kindzerska) que la lesionó de gravedad hace ya más de año y medio. Fue en el último combate de la Copa del Mundo. «Tenía que pasar tarde o temprano», reconoce Sara. Se vieron las caras, no la ganó, pero superó el paso que le faltaba en el camino su recuperación total. Un peldaño anímico.

«Al principio lo hice un poco sin pensar. Los combates fueron muy seguidos. Ya en el sorteo, cuando nos tocó en el mismo lado del cuadro, vi que nos podíamos enfrentar. Y cuando la encontré, me dije: ?venga, un par de narices y para adelante?». La semana anterior, en Madrid, cuando ya pudo habérsela cruzado, tuvo pensamientos encontrados: «Lo primero que me dije fue que ojalá que no me tocase».

Primer sentimiento, rabia

Pero sucedió en Lisboa. Confiesa que su primer sentimiento ante la situación fue de rabia. «Quería ganarle rápido, sin pensar, como fuera», dice. No hay que olvidar que en todo ese tiempo desde que una técnica mal ejecutada por su adversaria la obligó a pasar un año en el dique seco, no hubo ningún mensaje de apoyo llegado desde Ucrania.

Y el domingo se vieron las caras. Frente a frente. Sara mostró su capacidad para estar muy por encima de la situación, y lo hizo ya al pisar el tatami, sin mostrar el más mínimo atisbo de rencor. «Cuando salimos, me ofreció la mano y se la di», recuerda. Y zanja el asunto con la siguiente frase: «Son cosas que pasan en el deporte».

Una lección que la refuerza, y más, teniendo en cuenta algunos mensajes que recibió de amigos después del combate. «Una compañera de la selección me dijo: ?¡Cómo te atreviste a pelear con ella!? Pero era algo que tenía que hacer, es un peso que me he quitado de encima, después de todo lo que sufrí. Ahora estoy más tranquila».

«Podía suceder»

«Ya habíamos valorado que podía suceder, más tarde o más temprano, y habíamos hecho un trabajo de apoyo para ello», confirma Miguel Blanco, entrenador de Sara.

«Siempre es difícil encontrarte de frente con quien te ha apartado de la competición. Y Sara consiguió tratarla de tú a tú», comenta Blanco. Complicado encontrar la concentración en un momento así, cuando tantos recuerdos pueden venir a la cabeza con una sola mirada.

La ucraniana sólo pudo ganarla empujándola varias veces fuera del tatami. Resume el técnico: «No conseguía tirarla, sólo intentaba echarla».

Mejor de lo esperado

Admite Miguel que la recuperación de Sara sigue sorprendiendo gratamente a todo el mundo. Ha dado todos los pasos a una velocidad vertiginosa y se ha vuelto a situar junto a la élite mundial, de nuevo en el camino hacia los Juegos de Londres. «La verdad es que está mejor de lo que esperábamos», confirma. Sumó 16 puntos y subió diez puestos en el ránking que medirá quién va o no a la capital británica en el 2012.

En Lisboa, ganó el combate que le enfrentó a la argelina Sonia Asselah, quinta en el mundial, y mostró un buen nivel contra la rusa Tea Donguzashvili, medallista europea. «A la argelina la tiró con una técnica, y con la rusa hizo lo que pudo», relata su entrenador.

Crónica reencuentro en el tatami