Tras aterrizar en Friol a última hora de la mañana, con la carpa a rebosar de humanos, quesos y calor, alguien me sujeta por un brazo. «Mire, non sei como se chama». «María», contesto. «Pois mire, María, cómpreme un queixiño que lle son moi bós; son da naviza feitos con leite de vacas do país». Le devuelvo la cortesía elogiando la buena pinta y le explico que estoy allí por asuntos de trabajo y que, por otra parte, tengo con un plan de recortes como el del Gobierno. «Pois logo, hala, a pasear para arriba e para abaixo coma todos, que parecen os Charangos de Neda». En pocas palabras la señora resumió lo que confirmaron otros vendedores: eran más las personas que iban de miranda que las de billetera floja.
Satisfacción
Pese a tan exógena circunstancia, el alcalde, Antonio Muíña, estaba satisfecho porque en asistentes la feria tampoco defraudó. Miles de personas lo llenaban casi todo y el resto lo ocupaban sus coches. Además de quesos y pan de Ousá, en el exterior de la carpa centenares de puestos se sucedían por toda la villa.
Apertura
La feria fue inaugurada a las once y media por la conselleira Beatriz Mato y el alcalde. También asistieron la delegada de la Xunta, Raquel Arias, el subdelegado del Gobierno, Carballo, y el presidente del PP y senador, José Manuel Barreiro.