El canon de Sogama y las preferentes tensaron ayer los debates en el pleno de la corporación municipal
03 dic 2013 . Actualizado a las 07:05 h.La corporación lucense celebró ayer dos plenos, uno de carácter ordinario y el otro extraordinario, solicitado por el PP, para debatir el plan de empleo de la Diputación. La primera sesión discurrió plácidamente hasta el octavo asunto, centrado en una propuesta del BNG contra la subida de canon que aplicaba Sogama a los ayuntamientos. Entonces, la tensión empezó a subir con rapidez y alcanzó el punto más alto en el debate de otra propuesta del BNG, contra la venta de Novagalicia Banco. Asistieron afectados por las preferentes, cuyo portavoz pudo intervenir en la sesión. La nacionalista Abraira calificó al portavoz del PP, Jaime Castiñeira, de políticamente «sumiso y cobarde» y se negó a retirar la acusación de cobarde cuando lo solicitó el calificado. A Orozco, el popular Juan Carlos Plaza pasó de darle pena a darle «noxo».
Que lo de Sogama tensaría el ambiente era previsible. La nacionalista Paz Abraira y el socialista Luis Álvarez cargaron las tintas en lo que supondrá la subida del canon (más de 700.000 euros para el Concello de Lugo) y la repercusión que tendrá en los ayuntamientos y en los propios ciudadanos. Abraira dijo que el sistema de tratamiento que aplica Sogama es, desde siempre, medioambientalmente ineficiente, pero ahora también lo es económicamente. Pidió la dimisión del presidente de Sogama, el lucense Luis Lamas.
Exámenes
Álvarez (PSOE) reclamó auditorías medioambientales y económicas de Sogama y pidió «sentidiño» al Gobierno gallego. El popular Castiñeira recordó a socialistas y nacionalistas que no cambiaron el modelo Sogama cuando gobernaron Galicia. Al PSOE le dijo que este mismo partido dio el visto bueno muy recientemente a una planta incineradora en Asturias. Y recordó también que el gobierno local formado por PSOE y BNG adjudicó a Urbaser en el 2003 la instalación y gestión de una planta de compostaje de la que nada más se volvió a saber. Sugirió que quizá no tarde mucho en plantearse la posibilidad de que haya que asumir responsabilidades económicas. El ambiente en el salón de plenos se caldeó y la nacionalista Abraira dijo que políticamente el portavoz popular es «sumiso, calado e cobarde».
Aunque se lo pidió el alcalde, no aceptó retirar el calificativo de políticamente cobarde, porque, contrariamente a algunos alcaldes del PP, no muestra resistencia a la subida del canon de Sogama. La propuesta del BNG salió adelante con el apoyo del PSOE.
Por acuerdo de los portavoces municipales, y a pesar de que no se cumplía exactamente lo previsto en el reglamento corporativo, pudo intervenir en la sesión plenaria un portavoz de los afectados por las participaciones preferentes. Felipe Rivas leyó un comunicado, en el que dijo que la venta de Novagalicia Banco solo agravará sus problemas. Instó a los grupos a que «deixen de correr cara adiante sen saber a onde vos leva a carreira». Acudieron al pleno «para pedir unha solución colectiva, isto é, política» para recuperar su dinero.
De la pena al «noxo»
El PSOE apoyó la moción del BNG para reclamar la paralización del proceso de venta de Novagalicia Banco. El debate no aportó nada nuevo, pero tuvo momentos de notable intensidad. El popular Juan Carlos Plaza recordó que el alcalde, López Orozco, fue miembro del consejo de administración de Caixa Galicia. Orozco reaccionó airado y replicó que él era consejero, como otros alcaldes, en representación del Ayuntamiento, pero que quienes tomaban las decisiones desde el punto de vista político fueron el presidente de la Xunta y el conselleiro de Facenda. Orozco dijo que poco antes, Plaza le daba pena por tener que defender la posición del PP en este asunto, pero en ese momento dijo que le daba «noxo».