Estudian abrir otra ruta fluvial en la Ribeira Sacra con un barco de Lugo

Carlos Cortés
carlos cortés MONFORTE / LA VOZ

LUGO

ALBERTO LÓPEZ

El consorcio de turismo y los ayuntamientos creen que hay demanda suficiente

22 jul 2019 . Actualizado a las 19:07 h.

Un pilar del turismo que mueve 60.000 viajeros al año

El consorcio de turismo de la Ribeira Sacra y el Ayuntamiento de Pantón exploran la posibilidad de abrir una nueva ruta fluvial en la Ribeira Sacra. La Diputación parece dispuesta a ceder una de sus embarcaciones turísticas para facilitar la reapertura del itinerario fluvial entre el islote de Maiorga y la presa de Os Peares, que en tiempos estuvo en la nómina de servicios que ofrecían las embarcaciones del organismo provincial en el río Miño, pero que lleva años fuera de servicio. En este momento, en la Ribeira Sacra están activas dos rutas fluviales para turistas, una en el Miño y la otra en el Sil, con diversas líneas operadas por las dos diputaciones provinciales y por agentes privados.

Su reactivación es una reivindicación clásica del Ayuntamiento de Pantón, en cuyo territorio se encuentra el área recreativa de Maiorga, el punto de partida y llegada de esta ruta. Y hace unos meses la hizo suya el consorcio de turismo, cuyos máximos responsables se dirigieron oficialmente a la Diputación para pedir que recuperase esa ruta. De manera informal, los responsables de turismo del organismo provincial les contestaron que ellos no veían rentabilidad suficiente a la ruta, pero que si el consorcio estaba dispuesto a hacerse cargo ellos estudiarían cederles para ello un barco turístico.

En el consorcio no tienen ninguna intención de gestionar de forma directa ni esta ni ninguna otra ruta fluvial. En esta asociación en la que están presentes los 21 municipios lucenses y ourensanos de la Ribeira Sacra creen que ese no es su cometido. A lo que sí están dispuestos es a ayudar a cualquier ayuntamiento que pueda estar interesado en aprovechar el barco que ofrece la Diputación. Y en eso están.

En estos momentos, el consorcio trata de comprobar en qué situación administrativa se encuentran los dos embarcaderos que en su día sirvieron de base para esta ruta. Los construyó en el 2010 la Diputación junto al área recreativa de Maiorga y unas decenas de metros aguas arriba de la presa de Os Peares. Son necesarios para reactivarla, pero llevan años inactivos y está por ver que los permisos para utilizarlos estén vigentes.

En todo caso, el proyecto está todavía en una fase muy inicial, probablemente demasiado verde como para pensar siquiera en poder abrir esta nueva ruta turística antes de que termine esta temporada. El barco que la Diputación parece estar dispuesta a ceder es el que prestaba servicio en la ruta del Miño junto a la ciudad de Lugo. Lleva al menos un par de años en dique seco por las dificultades que supone mantener abierta esa ruta en un tramo del río con demasiada poca profundidad. Pero el ofrecimiento de cesión de esta embarcación fue simplemente verbal. Los nuevos responsables del área de turismo, en la que no repite el diputado Eduardo Vidal, tienen que concretarla, siempre que estén de acuerdo y que algún Ayuntamiento se lo pida.

La tercera ruta fluvial de la Ribeira Sacra, que ahora quieren reabrir los ayuntamientos, fue puesta en marcha por la Diputación en el 2010, en la época en la que la concejala monfortina María Xosé Vega dirigía el área de turismo de la institución provincial. Acabó cerrando porque los responsables del servicio consideraban que no tenía demanda suficiente. En la Diputación siguen dudando que la ruta sea capaz de mover suficientes viajeros como para justificar la inversión precisa para tenerla operativa.

En sus más de veinte años de historia, las rutas fluviales por el cañón del Sil y el embalse de Os Peares se han convertido en uno de los pilares básicos del despegue de la Ribeira Sacra como destino turístico. Después de años de pruebas y ajustes, han terminado por asentarse las dos rutas actuales. La más indiscutible por su alta demanda es la que recorre el cañón del Sil en el embalse de Santo Estevo. Es también la única en la que hay varias líneas disponibles, de las dos diputaciones y de bodegas y otras pequeñas empresas turísticas que también ofrecen este servicio. En el caso de los barcos de la Diputación, sus dos barcos en el Sil absorben el 80% de toda la demanda de billetes que reciben. El otro 20% es para la ruta del Miño en el embalse de Os Peares. Cuando el organismo provincial lucense decidió poner en marcha las rutas fluviales, a mediados de los años noventa, lo intentó con tres en el río Miño, una en el embalse de Belesar y las otras dos en el de Os Peares. La que ha sobrevivido es la que más tirón ha demostrado tener durante estos años.

La ruta que el consorcio y los ayuntamientos están interesados en reactivar comunica la cabecera del embalse de Os Peares con la zona de Maiorga, donde el Ayuntamiento de Pantón construyó hace años un club náutico con el objetivo de aprovechar para el turismo un tramo de orilla de gran belleza paisajística y dominado por el perfil de un islote en medio del río, entre la orilla de este municipio y la de Carballedo. El recorrido pasa por el denominado cañón del Miño, un tramo del río con abundancia de viñedos en bancales, cascadas algunas de las mejores iglesias románicas de la Ribeira Sacra, como Santo Estevo de Chouzán, San Xoán da Cova y Santo Estevo de Atán.

La Diputación de Lugo tiene en servicio en estos momentos en la Ribeira Sacra tres barcos turísticos. Dos de ellos, con capacidad para 107 y 52 pasajeros navegan por el cañón del Sil desde el embarcadero de Doade. El tercero, con 63 plazas, tiene su base en el pueblo de Belesar, en el río Miño entre Chantada y O Saviñao.

Tres barcos con más de doscientas plazas

Viñas en bancales, cascadas y algunas de las mejores iglesias románicas de toda la zona