La temperatura media de la ciudad fue de 1,6 grados por encima de los valores climáticos y se batieron récords, como el invierno más caluroso desde 1951
24 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.El 2020 ha sido el año más caluroso en Lugo en el último medio siglo, hasta el punto de que la temperatura media de la ciudad fue de 1,6 grados por encima de los valores climáticos que registra Meteogalicia desde 1980. Una prueba de que ha sido anormal en cuanto a las temperaturas elevadas lo demuestra que de los 12 meses, solo el de octubre, tuvo media más baja que la habitual en los últimos 40 años.
Además, hubo meses con récords absolutos de temperatura, como febrero, y sus 10,2 grados de media y una máxima absoluta de 24,1. Nunca antes se habían registrado datos tan altos, hasta el punto de que el invierno del 2020 fue el más cálido desde 1951, según los valores que maneja Aemet. Hubo municipios de la provincia, especialmente los de la montaña, que llegaron a alcanzar hasta tres y cuatro grados por encima de la media, como Triacastela, Samos o Negueira. Esto provocó que apenas hubiese nevadas en esa estación.
El año 2020 ya comenzó con récords en la capital lucense, como el del 31 de enero, con la mínima más alta en medio siglo, 12,7 grados. Siguió febrero y los citados registros por encima de los habituales valores climáticos. Marzo, que sí fue un mes lluvioso, tuvo temperaturas de 23 grados en la zona centro y sur de la provincia. En abril, Lugo ciudad alcanzó 2,5 grados más de lo previsto. En mayo se baten los récords de temperatura media en 40 años (16,5 grados) y de máximas de media (24,1). Meteogalicia califica mayo de «extremadamente cálido». En Ribas de Sil se alcanzan los 35 grados, y en O Cebreiro los 29,5.
En junio se alcanza otra marca histórica, con los 36,4 grados del día 23 en Lugo capital. Es la máxima absoluta desde 1980. En el sur de la provincia se superan los 38 grados.
Julio también fue singular ya que en la ciudad no se registró ningún litro de precipitaciones, algo que solo había ocurrido en 1986. En la provincia, el día 30 se alcanzan los 39,4 en Monforte, o los 32,2 de O Cebreiro, a 1.200 metros de altitud. Y en agosto, el día 6, la provincia se achicharra, con los 41,4 de Monforte; los 39,4 de Sarria; los 38,9 de Lugo; o los 30,8 de Cervantes.
Septiembre tiene una temperatura media en la capital de dos grados por encima de los valores habituales. Octubre sí fue un mes frío y lluvioso, con los 369 litros que cayeron en O Poio (Pedrafita). En cambio el mes de las lluvias y la bajada de temperaturas, noviembre, fue anómalo, «con máximas extremadamente cálidas». De nuevo la zona oeste de la provincia alcanza temperaturas medias de 3,5 grados por encima de lo previsto. Diciembre sí contó con jornadas de nieve y abundante lluvia (232 litros en la capital).
En general, el año en la ciudad fue seco (951 litros por metro cuadrado), con 120 días de lluvia, solo 22 jornadas con heladas (10 de ellas en enero), con 1,6 grados por encima de la media y con varios registros que no se conocían en el último medio siglo.
El nuevo año arranca con nieve, mucho frío e inundaciones
Si el 2020 comenzó caluroso (el 1 de enero del pasado año hubo 15,7 grados en Cervantes y en O Cebreiro), el 2021 ha sido todo lo contrario. El día 12 se registró en la capital seis grados bajo cero, mientras que en O Cebreiro se alcanzó los -9,8; y en O Poio y en Ancares, ocho bajo cero. El nuevo año también arrancó con intensas nevadas en la montaña, que obligaron a cortar carreteras. Buena prueba de que llevamos un año muy frío es que todas las estaciones meteorológicas, incluidas las de A Mariña, llegaron a registrar alguna jornada con temperaturas bajo cero. A este inicio con frío intenso le han seguido en los últimos días un tren de borrascas que provocaron vientos de más de 120 kilómetros por hora en la montaña, nieve en cotas altas, y ríos desbordados después de varias jornadas seguidas de intensas precipitaciones, como ocurre con el Miño. Los temporales han dejado algunas carreteras cortadas por inundaciones en Terra Chá y fallos en el suministro de luz, como ocurrió ayer en aldeas de Sarria y Láncara.