Andrea Ferreiro, la campeona mundial de hockey que patina sobre un lago congelado de Os Ancares
LUGO
Las bajas temperaturas provocan la formación de grandes pistas de hielo sobre espacios naturales casi vírgenes
02 feb 2022 . Actualizado a las 17:16 h.Andrea Ferreiro Gómez se desliza suavemente sobre la superficie de uno de los lagos más altos de la sierra de Os Ancares, situado en el pico Cuiña. Ella, que es deportista de alto nivel y tiene a sus espaldas un título de campeona del mundo que se ganó el pasado 2014, explica que la odisea tuvo lugar el pasado domingo. Una semana antes había hecho la ruta que permite llegar hasta la cumbre situada a 1.992 metros de altitud. Entonces, se percató de que las bajas temperaturas de las últimas semanas habían hecho que el agua se congelase. Decidida, volvió siete días después cargada con sus patines, con la firme intención de disfrutar del lago -este se sitúa a 1.800 metros de altitud-, que todavía sigue cubierto de hielo.
«Eu a ruta xa a fixera, pero este ano foi o primeiro no que subín ao Cuiña en inverno. Hai bastante neve... e cando me percatei de que o lago estaba conxelado pensei en que tiña que volver», explica esta deportista de élite, que no duda en confesar que fue difícil al principio, puesto que ella está acostumbrada a realizar hockey en línea, con un tipo de patines que dista mucho de los que empleó para desfilar sobre el lago: «Ao principio dinme algún trompazo porque de patinar da pista a facelo sobre xeo, hai moita diferenza», sostiene.
Actualmente, Andrea compite a nivel de nacional y a sus 26 años puede presumir de llevar patinando «toda a vida», desde que tenía siete. Milita con el Meigas lucense, su equipo de toda la vida. «A primeira vez que competín a nivel nacional foi en 2009, pero foi no 2014 cando fun campioa do mundo coa Selección Española de Hockey», explica esta joven.
La madre de la deportista es natural de la zona de San Román de Cervantes, en el corazón de Os Ancares, y aunque ella se crio en Lugo, confiesa que vuelve todos los fines de semana a la que fue casa de sus abuelos. «Teño moita relación coa terra, estamos moi arraigados a esta zona», añade. Además, sus padres son grandes amantes de la montaña y realizan rutas por toda la provincia.
Sin embargo, Andrea no vive del hockey. Estudió INEF en A Coruña tras una vida entera vinculada al deporte. Después, hizo un máster y empezó a opositar para profesora. Sin embargo, harta de requisitos y criterios de selección, cambió su rumbo y actualmente se prepara para ser Guardia Civil. «Aínda así, eu seguirei competindo toda a vida, ataque o corpo mo permita», defiende.
Las raíces indican el camino
Las raíces de esta lucense explican cómo llegó a patinar sobre el lago más alto de Galicia: «Comecei por saúde. Cando tiña 7 ou 8 anos diagnosticáronme colesterol alto e meus pais puxéronme a facer exercicio. Por casualidade, viron unha oferta de patinaxe e... ata hoxe. A raíz disto, o club díxome que o facía moi ben e que podía comezar a competir aos 13 anos, xa que antes non podes acudir a competicións nacionais», narra Andrea.
Pero el hockey en línea no es un deporte fácil, «é completo e complexo», defiende la deportista. Cualidades como la rapidez o la coordinación son indispensables para alcanzar el éxito, tal y como sigue haciendo ella. Para ello, son necesarias muchas horas de esfuerzo y vocación. Andrea llegó a entrenar seis horas al día el año en el que se convirtió en campeona del mundo. «Agora, en total, practico oito á semana, todos os luns, mércores e venres», precisa.
Pero el éxito no es algo fácil de gestionar, como bien admite esta lucense. Sin embargo, ella explica que aunque le llevó tiempo asimilar la victoria mundial, siempre tuvo claro quién era. Eso sí, para lograr tantos méritos, el sacrificio fue cuantioso: «Cando te dedicas ao deporte de alto rendemento tes que sacrificar cousas. Sempre recordo que cando ía ao colexio as miñas amigas quedaban os venres pola tarde e eu nunca podía porque tiña que adestrar. O mesmo pasaba cando había viaxes co colexio, que eu tiña que escoller se ir a eles ou aos do equipo de hockey», cuenta Andrea. Pero el resultado de todo esto salta a la vista y la joven demuestra sus habilidades en un terreno desconocido como el lago Cuiña de Os Ancares, que delimita también la frontera natural entre Galicia y Castilla y León.