Juicio por el crimen de Desirée: «Jamás le haría daño a la cosa que más quería en el mundo», dice la madre

André Siso Zapata
André S. Zapata LUGO / LA VOZ

LUGO

André S. Zapata

El padre de la niña: «Ningún padre debería ver lo que yo vi cuando me enseñaron a mi hija»

08 feb 2022 . Actualizado a las 11:22 h.

Poco antes de la una y media del lunes, Ana Sandamil, acusada del crimen de su hija Desirée Leal se sentaba, junto a su abogado, frente a frente con el jurado popular que decidirá su futuro. Tras ser trasladada desde la prisión de Teixeiro, llegó a la Audiencia Provincial de Lugo entre gritos, insultos y hasta un agarrón de pelo. Ya en la sala, tuvo que escuchar la pena que se le pedirá por parte de las acusaciones y la Fiscalía, que coinciden en que merece un castigo de prisión permanente revisable por estos hechos.

Para sorpresa de las partes, la madre de Desirée decidió declarar. Fue la primera en testificar ante el jurado popular, ante el que aseguró que «yo no le hice nada a mi hija». Según Sandamil, la búsqueda de estricnina en su teléfono se debió a que «mi tío trabaja en el campo». No admitió ninguna relación con el intento de envenenar a Desirée, algo que defienden las acusaciones, y aseguró que no obligó a la pequeña a beber el medicamento. «La botella con trazodona era para bebérmela yo, porque era mi medicina, no para mi hija. Yo jamás le haría daño a la cosa que más quería en el mundo».

La acusada dice «no recordar» nada de lo que ocurrió en aquellos momentos. Solo explica que fue a la habitación de su madre para decirle que no respondía y «que algo ha pasado con Desirée». Asegura que cuando se despertó en la cama al lado de su hija «pensé que se había caído de la cama, la subí de nuevo a la cama e intenté reanimarla». Defiende que tiene lagunas con respecto a esos momentos. Sobre todo, cuando se le preguntaba sobre las heridas de la niña en cuello y labios.

Tras no poder devolver a la vida a la pequeña, según su testimonio, «me tomé unas pastillas porque me quería morir». Tras ello, su madre y abuela de Desirée, le «obligó a vomitar las pastillas». En su declaración, no explica cómo había restos orgánicos de su piel en las uñas de Desirée, o cómo es que había manchas de sangre de Desirée por la cama, la ropa y sobre ella misma, los indicios de una muerte violenta apoyados por las acusaciones.

Durante su declaración, Sandamil aseguró que «yo preparé las botellas con trazodona para suicidarme yo, no para ella», y añadió que «no tenía por qué temer que mi hija se fuese con su padre porque ella quería estar conmigo». A preguntas del abogado de la acusación particular, alegó que se había comprado otro móvil «porque creía que me espiaban mi teléfono personal, no para ocultar nada».

A pesar de que, según ella, la botella con la trazodona estaba preparada desde «hacía dos o tres días», no se la había bebido todavía «porque mi cabeza no estaba preparada, estaba muy alterada». Tomó, tras la muerte de su hija, la trazodona disuelta en agua, con el fin de quitarse la vida. Ante las preguntas de la acusación, volvió a negar que forzase a su hija a beber el líquido, y afirmó «no haberla visto sangrar» en ningún momento. «Yo no tenía ningún problema con mi hija. Al contrario, la crie yo», se defendió.

Manía persecutoria

A preguntas de la defensa, Ana Sandamil quiso poner contexto a su vida. «Mi pareja (el padre de Desirée) se portaba fatal conmigo, me acosaba y me generó una depresión enorme que llevó al divorcio», afirmó la madre de la pequeña. Dijo que José Manuel Leal tenía un tono «muy agresivo» con ella, y que fue ella la que decidió poner fin a la relación de pareja.

Su abogado le preguntó a Sandamil sobre su experiencia en el FP de energía fotovoltaica que empezó a cursar en diciembre del 2018. Ella explicó que tenía una manía persecutoria con respecto a sus compañeros, y creía que «me echaban droga en el café, porque me notaba mal mentalmente, y que conspiraban con hacerme algo malo».

Afirmó que su pareja actual se trasladó a pasar las noches con ella, ya que «oía voces de personas de noche y no podía dormir. Estaba fatal». Empezó a notar cambios en la personalidad de su pareja sentimental, a raíz de la falta de sueño y de su estado psíquico, según ella misma declaró este lunes.

Al preguntarle la fiscal por su relación con el padre y con su hija, ella afirmó que «acudí al psiquiatra cuando nos divorciamos, y me diagnosticaron depresión». 

El juicio comenzó en Lugo este lunes al mediodía
El juicio comenzó en Lugo este lunes al mediodía Óscar Cela

Pocas semanas antes de la muerte de Desirée, fueron de viaje a Cabárceno, un centro de conservación animal. La fiscal le preguntó a Sandamil si era un viaje «de despedida», lo que ella negó. 

La madre de la pequeña Desirée rompió a llorar durante la declaración. En ella, llegó a afirmar, de forma casi consecutiva, que no se acordaba de lo ocurrido y que intentó reanimar a su hija cuando vio que no respiraba. Esta contradicción sorprendió a la acusación, que preguntó a la mujer sobre sus supuestos intentos de suicidio y por qué la niña tuvo acceso a esa botella.

Tras el traumático evento, Sandamil fue trasladada al HULA para ser tratada del consumo de las pastillas. Afirma que «no me creía que hubiese muerto mi niña. Me parecía irreal». Estuvo varias semanas en el área de psiquiatría del HULA, y luego fue trasladada a la prisión de Bonxe, donde entró en régimen de prevención del suicidio, en el que aún sigue hoy en día en la cárcel de Teixeiro.

El testimonio del padre

El testimonio de José Manuel Leal, padre de Desirée, fue especialmente duro. Afirmó, de primeras, que Ana Sandamil no había aceptado el estar embarazada, y que «no deseaba tener una hija», lo cual terminó siendo uno de los motivos de la separación. 

El padre de Desirée explica que deseaba ampliar el régimen de visitas, por lo que pensaba dejar su trabajo en Culleredo y trasladarse más cerca de Lugo, para residir a una distancia menor de su hija y poder conseguir la custodia compartida. «Mi hija me decía: 'Papá, eu tiña que estar o mesmo tempo contigo que con mamá, verdade?, afirmó Leal.

La última vez que Leal vio a su hija fue el 1 de mayo, dos días antes de su fallecimiento. «Le pregunté por una fiesta a la que fueron, pero la niña me dijo que su madre no la había llevado, sin dar más explicaciones», recordó. Afirmó, además, que era una niña muy «responsable« para su edad, y que «jamás habría tomado un medicamento ella sola sin saber lo que era». Con respecto a la madre, dijo que «Desirée para ella era como un objeto, que incluso usaba para sacarme dinero para la pensión».

Leal explicó ante el jurado popular que se enteró de la muerte de su hija tras una llamada del abuelo materno, que le transmitió por teléfono que «Desirée morreu». Se trasladó rápidamente desde A Coruña hasta Muimenta, a donde llegó con el cuerpo de su hija todavía sobre la cama. «No me dejaron ver a mi hija», dijo. «Ningún padre debería ver lo que yo vi cuando me enseñaron a mi Desirée».

Con respecto a la salud mental de la madre, Leal descarta cualquier tipo de psicosis en el momento de los hechos, ya que «hablábamos normal, me preguntaba por el dinero».

El padre reconoce haber insultado a la madre debido a la mala relación que guardaban tras el negocio, pero «solo cuando no me dejaban ver a mi hija». Jamás, eso sí, hubo agresiones físicas ni maltrato psicológico, según su versión.

La declaración de la abuela

La madre de la acusada, que estaba en la casa la noche de los hechos, fue la primera en comparecer tras el receso ordenado por la jueza. A las preguntas de la fiscal, la testigo afirmó afirmó que la última vez que vio a Desirée con vida fue el día anterior a su muerte, de noche. Aseguró que, durante esas horas, no escuchó «nada». Por la mañana, señaló, su hija la despertó diciéndole que «murió Desirée». Tras un primer shock, saltó de la cama, según declaró, y fue a la habitación de la niña, que estaba «tendida en la cama». «Intenté hacerla reaccionar, le hablaba, pero se empezó a poner azul por los labios. Fue ahí cuando llamé al 061. Estaba muy nerviosa», recordó. «En ese momento estaba fuera de mí», dijo.

La madre de Ana Sandamil, junto al abogado de su hija, le llevó un bocadillo durante el receso en el juicio
La madre de Ana Sandamil, junto al abogado de su hija, le llevó un bocadillo durante el receso en el juicio Óscar Cela

La abuela de la pequeña negó ante el jurado popular la culpabilidad de Sandamil. «Le dije a mi hija, '¿mataste a Desi?', y ella me contestó que no, que ella no había hecho nada». Según la declaración de la madre de la acusada «vi a mi hija descentrada, desubicada, y como vi a mi nieta así... Pensé lo que pensé. Además, mi hija tenía algún problemilla... Pensaba que mi hija había matado a Desi, porque ella estaba pasando una mala época en aquel momento».

La madre de Sandamil llamó a varios familiares para darles la noticia, entre ellos a su hermano, tío de la acusada. «Les dije que Ana había matado a Desirée, pero ella decía que no, que no había sido ella», testificó. A las preguntas de la fiscal sobre la salud mental de su hija, la madre afirmó que «la noté como ida», pero «nunca nada relacionado con la niña [Desirée]». Afirmó que tenía constancia de que existió «un maltrato verbal» por parte de Leal, aunque nunca con ella presente.

La testigo negó ante la Audiencia, al igual que su hija, haber limpiado la escena del crimen, y afirmó no haber visto restos de sangre en la boca y cuerpo de su nieta a pesar que de, según ella misma, trató de reanimarla. 

Fue ella quien le recomendó las pastillas de trazodona para dormir mejor, pero nunca a su hija. Explicó que, a pesar de no haber presenciado nunca maltrato, «mi hija me dijo que él le pegaba y la trataba mal».

La acusación

La fiscal encargada del caso fue la primera en intervenir en el juicio. Se limitó a explicar su función en el proceso, e instó a los diez miembros del jurado popular a «juzgar los hechos objetivos sin dejarse llevar por pena o compasión por la acusada», ya que «nadie tuvo compasión por la pequeña Desirée aquella noche». Así, certificó de nuevo su posición, que es la misma que la de ambas acusaciones: pedir la pena de prisión permanente revisable para la acusada.

Manuel Ferreiro, abogado de la acusación particular, incidió en la culpabilidad de la madre, amparándose en los informes de los forenses, «que certificaron que fue una muerte violenta», y en los documentos de los psiquiatras, «que afirman que la mujer conocía la diferencia entre el bien y el mal y sabía lo que estaba haciendo». Se mostró, en definitiva, «convencido de la culpabilidad de Ana Sandamil».

El letrado mantiene que la madre intentó «ocultar el crimen» incluso «mintiendo a la Guardia Civil en su primera declaración», ya que «dijo que la niña se había bebido el agua donde había echado sus medicamentos de forma accidental».

Familiares y amigos arroparon al padre de Desirée cuando llegó la madre de la niña al juicio
Familiares y amigos arroparon al padre de Desirée cuando llegó la madre de la niña al juicio Óscar Cela

El abogado de José Manuel Leal fue muy duro contra la estrategia de defensa de la madre de Desirée, centrada en utilizar el estado psíquico de Ana Sandamil como atenuante o eximente: «Alegar un trastorno delirante, que implicaría estar desconectada con la realidad, no coincide con la planificación del crimen y los intentos de ocultar el asesinato, que es lo que hizo la madre».

Francisco Lago, abogado de la acusación popular ejercida por la Fundación Amigos de Galicia, incidió en su primer turno de palabra en que la madre de Desirée buscó «formas de acabar con la vida de su hija» cinco días antes del suceso, «como acredita el informe policial en donde se dice que investigó sobre un veneno, la estricnina, para usarlo contra la pequeña». Esto sería «una prueba más de que estaba en pleno uso de sus facultades, así que el leve trastorno que se le ha diagnosticado no debe servir para que no pague por sus actos».

La defensa de Ana Sandamil instó al jurado a juzgar no si su clienta mató a su hija, sino si estaba afectada o no por una enfermedad mental cuando sucedieron los hechos. Pidió un «castigo alternativo» para Ana Sandamil porque «esta bajo tratamiento de un trastorno psicótico», y que «sufrió un brote en aquel momento». Fuera de la patológica mental, según el abogado, «no se entiende la muerte de Desirée».

Durante la llegada de Sandamil se vivieron momentos de tensión
Durante la llegada de Sandamil se vivieron momentos de tensión Óscar Cela

«Ella quería a su hija más que a nada, por eso intentó suicidarse cuando murió en sus brazos. Imagínense una situación tan difícil, y más tras haber sufrido un brote de estas características», afirmó el letrado. Pidió al jurado popular que preste especial atención a los testigos psiquiátricos, ya que «sus informes apoyan esta versión». 

Un arranque tenso entre gritos

Los prolegómenos del inicio del juicio ya fueron tensos. La expectación es máxima en las inmediaciones de los juzgados lucenses desde primera hora de la mañana. Hasta el lugar se desplazaron familiares y amigos del padre de la niña Desirée, José Manuel Leal, para darle su apoyo y reclamar justicia: «Quiero saber toda la verdad. Justicia para Desirée», reza uno de los carteles que portan.  

El padre de la pequeña reclamó, una vez más, que se haga justicia y manifestó que la muerte violenta de su hija había destrozado su vida y la de su familia para siempre. 

Además, Francisco Lago Calvo, abogado de la acusación popular, por la Fundación Amigos de Galicia, señaló que buscan proteger los intereses de la menor y esperan que se aplique la pena máxima para Ana Sandamil, madre de la niña.

Por su parte, Manuel Ferreiro, abogado de la acusación particular, explicó que esperan que no sea un eximente la situación psicológica de la madre. Por este motivo, reclamarán la prisión permanente revisable

Sobre las 11.20 horas llegó a la Audiencia Ana Sandamil, madre de Desirée y acusada de haber acabado con la vida de la niña. Gritos y abucheos fue lo que recibió a su llegada por parte de muchos de los presentes, e incluso una persona intentó agredirla. 

Terminó la primera de las seis jornadas de juicio que están previstas en la Audiencia Provincial de Lugo con el testimonio de varios familiares tanto de Ana Sandamil como de José Manuel Leal. Sus palabras, que versaron sobre todo sobre la relación entre la pareja, fueron las últimas que escuchó el jurado popular este lunes. No se cerró el día sin polémica, ya que el padre de Desirée tuvo que ser agarrado por varios testigos e incluso un agente de policía para ser trasladado fuera de la Audiencia, después de haber entrado en cólera al fin de la sesión, llamando «asesina» a su exmujer a escasos metros de distancia. El juicio continuará este martes, a partir de las 10.00 horas, con las declaraciones de 12 nuevos testigos.