¿Hubo un mesón en el Puerto de Ancares en el siglo XVIII?

Suso Varela Pérez
suso varela LUGO / LA VOZ

LUGO

Una imagen poco común del Puerto de Ancares, que suele estar nevado o con niebla bastantes meses del año
Una imagen poco común del Puerto de Ancares, que suele estar nevado o con niebla bastantes meses del año SUSO VARELA

La muerte de viajeros y caballos de carruaje que intentaban atravesar el duro y frío paso de montaña animó a dos vecinos de Navia y Suárbol a pedir en 1799 una posada para dar cobijo a los usuarios del camino

28 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Los conflictos por los lindes entre los vecinos de Candín y Navia de Suarna por el Puerto de Ancares, en concreto los de Suárbol y Rao, respectivamente, por la propiedad de los terrenos de este paso de montaña vienen desde muy lejos. Y esos problemas se trasladaron a las diferencias de criterio que durante el siglo pasado hubo entre los concellos por la delimitación provincial, y por tanto, desde hace más de cuarenta años, la autonómica. El Instituto Geográfico Nacional zanjó la cuestión en el 2017 cuando fijó que el Puerto de Ancares (a 1.669 metros de altitud), aunque cuenta con una carretera de paso de la Diputación de León, pertenece a Galicia, y por tanto, a Lugo y a Navia de Suarna.

Pero sigue habiendo historias del pasado de esta zona limítrofe que regresan al presente y nos muestran que no siempre hubo diferencias administrativas o de lindes entre vecinos. El historiador Xabier Moure, integrante del Colectivo Patrimonio dos Ancares, acaba de sacar a la luz documentos del Archivo Histórico Nacional, firmados en enero de 1799, en los que «Juan Rodríguez, de Suárbol, e Juan Álvarez Murias, de Coruxedo (Moia-Navia de Suarna), solicitaron a contrución dunha casa mesón, con hospedería, nas inmediacións do Porto de Ancares».

Los solicitantes, en presencia de varios testigos, en un primer texto otorgan un poder a tres procuradores para que iniciasen la petición ante el organismo que corresponda, sean Reales Consejos, Audiencias, Chancillerías y demás Tribunales, y en su nombre solicitasen la documentación necesaria para sacar adelante el proyecto.

Y en un segundo documento, de cuatro páginas, aclaran todo. Cuenta Moure que a la hora de justificar los beneficios de la casa mesón, los peticionarios de Suárbol y de Moia detallan que el puerto es un paso natural para las mercancías y los carruajes entre la Meseta y Galicia pero que por las penosas condiciones del camino por los duros inviernos, y hasta fríos que duran ocho meses, relatan, no existen una posta que ayude a los viajeros y a los animales a descansar. Incluso relatan cómo por culpa del mal tiempo han muerto personas y caballos que intentaban atravesar el puerto.

En su relato, los peticionarios ante las administraciones de entonces, explican que «la situación de dicho Puerto de Ancares, que se halla como en desierto o despoblado por la falta de lugares inmediatos, mesón o posada, pues el lugar de el Poso (esta aldea queda en Cervantes) esta dos leguas antes del mismo Puerto: Tejedo legua y media más acá, de modo que para venir desde Poso a Tejedo que es la carretera y camino pasando por el Puerto se necesita un día entero, y a veces no alcanza siendo no menores las distancias que hay desde dicho Puerto a los lugares de Suárbol y Balouta, que son los mas inmediatos por sus veredas de derecha e izquierda».

Sacar la madera de la zona

Ante la descripción de calamidades y situaciones penosas, estos vecinos, según pudo comprobar el historiador Xabier Moure, justifican la necesaria la parada y fonda en el Puerto de Ancares, y además de pedir las licencias y permisos oportunos para la construcción del mesón, recuerdan que por el Puerto se puede sacar la madera del término de Balouta, «abonando o que tiveran que abonar aos propietarios».

Existe un tercer documento, muy breve del fiscal, explica Moure, de fecha 6 de abril de 1799, «onde di que remitirá o informe a un Intendente para que recabe todas as informacións necesarias para ditar se accede ou non á construción». 

Nunca se construyó

Pero a partir de ese momento ya no hay más documentos ni tradición oral sobre este asunto. «Descoñécese se ao final construíron ou non o mesón-pousada. Restos, que saibamos, non hai, e as persoas coas que falamos nunca tal escoitaran aos seus antepasados. O que está claro é que o camiño polo Porto de Ancares era moi transitado», explica Xabier Moure, quien además reflexiona que estos documentos demuestran que la situación del puerto «que non é un paso calquera como ben explican os solicitantes», en referencia a que se trata de un paso de montaña con pasado y que aún tiene muchas historias por descubrir y por generar en el futuro.

Documentos que explican la muerte de personas y animales por el intenso frío en el paso de montaña

Los documentos que descubrió Moure del Archivo Histórico relatan las penosidades que tenían que sufrir las personas que atravesaban el puerto: «Por propio conocimiento, y visita ocular, el Camino Real y carretero de Galicia que viene desde La Coruña a Castilla cruza, y pasa por el Puerto titulado de Ancares, el cual por su situación, y natural constitución es sumamente incómodo, penoso e intransitable... pues allí la nieve cuando no alcanza de un año a otro, por lo menos dura ocho meses a cada uno», verificándose, explica, muchas desgracias tanto de arrieros, carruajes, caminantes... con sus caballerías».

Incluso relata la muerte en la zona: «Habiendo llegado hasta el extremo de haberse helado y perecido pocos años ha» los animales y cuatro personas que venían con ellos, produciéndose todos los años alguna desgracia «por obra de esta naturaleza por esta intemperie, inclemencia continúa, y deseosos (los solicitantes) de contribuir al remedio de tales daños, y desgracias por el medio único de proporcionar más inmediato al Puerto de Ancares, y entre las grandes distancias las referidas a un refugio o hospedaje donde pudiesen a confianza los pasajeros arrieros, personas para reponerse de los excesivos fríos». Los peticionarios creen que debería construirse una posada o casa mesón «con todas las posibles agradecidas comodidades en la inmediación al mismo Puerto».