Así contó La Voz el crimen del Cash Record: un suceso inaudito que conmocionó a la ciudad

André Siso Zapata
ANDRÉ S. ZAPATA LUGO / LA VOZ

LUGO

El entierro de Esteban Carballedo, una de las víctimas del crimen del Cash Récord, fue uno de los momentos más emotivos.
El entierro de Esteban Carballedo, una de las víctimas del crimen del Cash Récord, fue uno de los momentos más emotivos. LOMBARDERO

En abril, se cumplirán 29 años del asesinato de Elena y Esteban. Se publicó incluso una edición especial con el análisis del suceso

11 feb 2023 . Actualizado a las 17:09 h.

Era un sábado más. El último día del mes, víspera de un festivo que caía a domingo. Todas las crónicas de la época definen aquella jornada como «calurosa», más de lo habitual para esa época del año. Aquel 30 de abril de 1994, nadie en la ciudad de Lugo se podía imaginar lo que estaba a punto de ocurrir.

Al filo de las ocho de la tarde, alguien entró en la nave del supermercado  Cash Record, ubicada en el polígono lucense de O Ceao. Esta persona, la cual nunca quedó claro si iba sola o acompañada, asesinó a sangre fría a los dos empleados que quedaban en el local. Esteban Carballedo, reponedor de 26 años, y Elena López, cajera de 32, murieron en el acto. El atracador usó una misma pistola para matarlos a los dos. En apenas un par de minutos, entró, asesinó a los empleados, se llevó un botín de casi cinco millones de pesetas de la caja fuerte y se marchó sin dejar rastro. Nunca se ha sabido quién fue.

Ahora, 28 años y 9 meses después, se ha sentado en el banquillo a Juan Vilariño, un hostelero que vivía en Lugo por aquel entonces y que tuvo condenas por tráfico de drogas, robos y posesión ilícita de armas. No obstante, hasta que este hombre, único sospechoso en todo el proceso, ha sido juzgado, el proceso ha pasado por muchas fases que lo han convertido en un caso único en la historia.

Cuanto más se ha sido sabiendo del crimen, más dudas han ido surgiendo. ¿Cuánta gente entró a atracar el Cash Record? ¿Accedieron con intención de matar? ¿Dónde está el arma del crimen? ¿Conocían Esteban y Elena al asesino? Toda estas preguntas continúan, casi 30 años después, sin respuesta. Pocos son los hechos probados. Todos, relacionados con las docenas de profesionales que trabajaron en la instrucción del caso.

Las evidencias empiezan una vez ya ha ocurrido el crimen. Se sabe, por ejemplo, que fue Isabel, la hermana de Elena, la que encontró los cuerpos. Ella misma ha contado en múltiples ocasiones que, como hacía habitualmente, aquel sábado fue a recoger a su hermana a la salida del trabajo. Fue en su coche, acompañada de los hijos de la cajera. Pasaron dos horas y Elena no había salido. Entró a la nave, pero no vio a nadie. Tampoco los cuerpos, que ya estaban allí. Fue a llevar a sus sobrinos a casa de sus abuelos y volvió a por Elena acompañada por su padre y su marido. Al entrar de nuevo, vio los cadáveres. Y todo estalló.

Gráfico publicado por La Voz dos días después del crimen.
Gráfico publicado por La Voz dos días después del crimen. archivo la voz

Proceso largo y complejo

Quienes analizaron la escena del crimen tuvieron claro desde el primer momento que el portón de la nave estaba cerrado, lo que indica que el negocio estaba ya clausurado o en vías de echar el cierre aquella tarde. Los cuerpos aparecieron junto a la caja registradora (Elena) y en un pasillo (Esteban).

Entonces, empezó una investigación que duró más de 25 años. Este proceso fue de todo menos sencillo. Testigos e investigados clave no fueron llamados a declarar hasta años después, se perdieron pruebas y el proceso estuvo archivado varias veces, la primera de ellas en el año 1997.

Uno de los momentos más emotivos fue el funeral y el entierro de Esteban Carballedo. Era el menor de cinco hermanos y estaba soltero. Su familia era natural de Pol y aquel era uno de sus últimos días de trabajo en la empresa. Se llegó a rumorear incluso que aquel día no le tocaba trabajar y que le cambiaron el turno. Elena era madre de un niño de 7 años y de una niña de 5. Había nacido en Venezuela y estaba casada con un camarero.

Uno de los detalles que quedará para la historia negra de Lugo fue la lucha de las familias. Beli Sánchez, cuñada de Esteban, e Isabel López, hermana de Elena, jamás dejaron de reclamar que se investigase el proceso. Su búsqueda de justicia fue uno de los motivos para que, casi 30 años después, el proceso llegase a juicio.