El cementerio San Froilán se convierte en el centro de Lugo el Día de Todos los Santos: «Llevo 47 años visitando a mi marido»

André Siso Zapata
André S. Zapata LUGO / LA VOZ

LUGO

Miles de personas se agolparon este miércoles en el camposanto lucense, uno de los mejor valorados de España: «É un privilexio vir aquí»

01 nov 2023 . Actualizado a las 13:43 h.

El Día de Todos los Santos o Día de Difuntos es una jornada sagrada para todos los gallegos. En una comunidad con una relación especial con la muerte, los cementerios se llenan cada 1 de noviembre para honrar a familiares, amigos y allegados que pasaron a mejor vida y que descansan en los camposantos de la comunidad. En alguno, sin embargo, esta jornada tiene un sabor todavía más especial.

A nadie se le escapa que el cementerio municipal de San Froilán, en Lugo, no es uno cualquiera. Se trata de uno de los recintos de su sector mejor valorados de España. Su arquitectura, su diseño y su limpieza son varios de los valores que los lucenses destacan cada vez que lo visitan. Y en un día como este, la imagen del cementerio es inmejorable. 

Las historias, recuerdos y anécdotas se reparten por todo el camposanto en este Día de Todos los Santos. Begoña y Feli, una hija y su madre, acuden cada año a visitar a sus abuelos y padres, respectivamente, enterrados en este cementerio. «Venimos todos los años y la verdad es que es una delicia poder disfrutar de un lugar así», explica la hija. Para ellas, «este día no se puede faltar», y siempre traen flores, algo que «es imprescindible». 

«A veces pienso en quién vendrá a visitarme cuando me toque a mí estar aquí»

Soledad y su familia, todos de Lugo, son habituales del cementerio de San Froilán. Ella afirma que viene «todos los meses», salvo «el que me paso en la playa cada verano, aunque incluso en ese trato de acercarme hasta aquí». Para ella, su familia es «lo primero». Al estar la mayoría de ellos enterrados en este cementerio, acude regularmente. «A veces pienso en quién vendrá a visitarme cuando me toque a mí estar aquí. Igual nadie, pero aún así creo que es mi responsabilidad venir mientras pueda para visitar a mis seres queridos», reflexiona. Incluso se atreve a bromear, asegurando que seguirá viniendo «mientras mi marido me pueda traer en coche». 

A su lado, una familiar añade que ella perdió a su esposo hace ya casi medio siglo. «Llevo 47 años viniendo cada Día de Todos los Santos, desde que murió mi marido. Vengo, le pongo unas flores a él y a algunos más [entre ellos al hermano de Soledad hoy mismo] y me voy. Ya es tradición», explica.

Soledad y su entorno reconocen que el cementerio «está maravilloso» y que «da una imagen muy buena para quien venga por primera vez». Soledad afirma que «siempre está bonito», pero «hoy sobre todo», porque «mucha gente viene la víspera para limpiar y colocar flores». 

Una de esas familias que trata siempre de venir antes del Día de Todos los Santos es la de María y Miguel. Cargados con dos ramos, este matrimonio dice acudir cada año a rendir homenaje a los padres de ella, enterrados en San Froilán. Este año, sin embargo, cuestiones laborales hicieron que no pudiesen venir hasta el propio Día de Difuntos.

«Prefiero venir unos días antes para limpiar un poquito y dejar las flores. Hoy hay mucha gente y es complicado aparcar si vienes en hora punta. Siempre que puedo, evito venir el propio día», comenta María. 

Una estrategia similar en la que suele seguir Manuel, un lucense de 82 años que visita todos los 1 de noviembre el cementerio para visitar a casi toda su familia, entre la que están sus padres, su esposa y dos hermanos. «Non custa nada e é unha forma bonita de recordar á familia», dice el hombre. Para él, «é un privilexio poder descansar nun cemiterio tan bonito e poder vir visitar aos seres queridos aquí». Explica Manolo que, «cando me toque a min, non podo pedir un lugar mellor para descansar».

Este Día de Todos los Santos, miles de personas se agolparon en el cementerio de San Froilán. La Policía Local regulaba el tráfico entre turismos, furgones y autobuses en la jornada donde más popular se hace el camposanto, que se convierte casi en el centro neurálgico de la ciudad amurallada.

Esta gran afluencia de gente, sumada a que el cementerio es casi ya un atractivo turístico por su interés cultural y arquitectónico, hacen que el recinto de San Froilán sea una de las piezas más originales de Lugo en cuanto a visitas de foráneos.