La Taberna Daniel, que Pablo Romay heredó de su padre, ha sido reconocida como el templo de este manjar
17 ene 2024 . Actualizado a las 18:52 h.Un restaurante de cada comunidad autónoma ha sido elegido por la Guía Repsol para ensalzar un plato de ingredientes baratos, que al mismo tiempo traspasa fronteras: la tortilla de patatas. Y en Galicia Lugo se lleva la palma de oro gracias a Taberna Daniel, que ya logró un solete de la guía a finales del año pasado.
Situado en pleno corazón de la ciudad, en la Rúa Bispo Basulto, al frente del local está Pablo Romay, que cogió las riendas del negocio en 2020, después de que su padre, Daniel Romay, le cediese el testigo. Él fue el fundador hace ya más de 45 años, aunque su hijo se incorporó al negocio familiar años atrás.
La tortilla es el emblema de la casa. Y ofrecen muchas variedades: la clásica receta de huevo y patata, jugosa y de textura suave; tortilla con zorza, en una versión renovada que une otro de los ingredientes más típicos de la cocina gallega y, por último, la receta especial, que incluye chorizo, jamón y pimiento.
Variedad para todos los gustos
Por detrás de la especialidad de la casa se sitúa la tapa de huevo frito, que también tiene un fiel súbdito de seguidores. En Taberna Daniel ofrecen una tapa gratis por consumición, y también algún pincho. Los huevos se compran por cientos y en un solo día, se pueden utilizar 700 para cumplir con las famosas tapas y raciones.
Pero las insignias van más allá y también triunfa el cocodrilo, que es como le llaman a la tapa de raxo con patatas, una denominación que es mérito del fundador. En la carta también hay champiñones, embutido y, sobre todo, recetas elaboradas con ingredientes de proximidad como también es el lacón cocido o los pimientos de piquillo.
Taberna Daniel abrió sus puertas en 1978 y tras ganarse un hueco en el corazón de la urbe amurallada, ahora sigue su camino de la mano de una segunda generación que, bajo la atenta mirada de Pablo, busca adaptarse a los nuevos tiempos sin perder de vista sus apuestas de siempre que tan bien conocen los lucenses y, como recoge la Guía Repsol, también turistas y gallegos que visitan Lugo buscando historia, pero también su famosa gastronomía.