Juan Antonio Corbalán y Alfonso del Corral, de la cancha a la clínica: «El deporte es una fuente de salud»
LUGO
Los dos, médicos y jugadores de baloncesto retirados, afirman que la medicina deportiva es una disciplina en constante evolución
22 jun 2024 . Actualizado a las 18:12 h.En agosto se cumplirán 40 años de la medalla de plata lograda por la selección española de baloncesto en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles. Los partidos se dividían en dos tiempos, no había línea de tres puntos y un equipo solamente podía tener dos jugadores extranjeros. Esos tres detalles valen para demostrar cuánto ha cambiado el deporte de la canasta desde entonces; pero si alguien compara los centros de salud o los hospitales de entonces con los de ahora, fácilmente enumerará unas cuantas diferencias.
Juan Antonio Corbalán y Alfonso del Corral ya jugaban al baloncesto en 1984. A su experiencia en el deporte de alto nivel unen su conocimiento de la medicina, ya que cursaron esa carrera y ejercieron la profesión. Este viernes intervinieron, en el Círculo das Artes de Lugo ciudad, en el acto de los 125 años del Colegio Médico.
Pregunta. Ha cambiado el deporte en las últimas décadas: hoy hay más medios. ¿Ha cambiado también la medicina deportiva? ¿Es mejor hoy de lo que era hace décadas?
Juan Antonio Corbalán. La medicina también tiene que cambiar constantemente. La medicina ha estado sometida a una revolución constante en los últimos 25 o 50 años, tanto en los métodos diagnósticos como en los métodos quirúrgicos. Las técnicas han cambiado mucho. Hoy tenemos la posibilidad de usar muchísimos más datos en tiempo real; tenemos la posibilidad de un acceso más rápido al paciente —en este caso, al deportista—. Todo eso repercute en una mejor atención y en eso que decía [usted] de la mejor medicina. La medicina siempre ha sido la mejor posible y hoy tiene unas posibilidades enormes.
Alfonso del Corral. Nada está parado en la vida: ni para un deportista, ni para un ciudadano, ni para un abuelito. Todo el mundo está en permanente movimiento. Los tratamientos terapéuticos, los productos médicos y los tratamientos están constantemente aportando más información, más datos, más perfección. En el deporte cada vez hay más intereses, los países empiezan a ser conscientes de la importancia de tener un deporte sano y un deporte que los represente en las competiciones. Hoy hay más medios y, lógicamente, más fondos. ¿Cómo jugaban los deportistas o los baloncestistas hace sesenta años? Ahora mismo, con todos los apoyos que hay en alimentación, en seguimiento, el crecimiento y la evolución son muy positivos.
P. Han cambiado las costumbres. Hoy se practica más deporte, y ver a una persona corriendo por la calle o practicando ciclismo no es ninguna sorpresa. ¿Quizá también la medicina deportiva deba incorporarse en cierto modo a la medicina general, en el sentido de que hay más gente que hace deporte y está, por tanto, más expuesta a ciertas lesiones, más propias de deportistas?
J.A.C. Creo que todos los especialistas en medicina, en todas las especialidades, son más sensibles a que el ejercicio físico y el deporte, que es una parte ínfima de la actividad física, pueden incidir enormemente en la salud de la población y en la salud del deportista, sea aficionado o profesional
A. del C. Son vasos comunicantes. La medicina general, la medicina tradicional, está aportando permanentemente datos, información y conocimiento a la medicina deportiva; a su vez, los traumatólogos deportivos están constantemente dando información a la medicina general para hacer cosas que consigan una recuperación en menos tiempo. Esa es la realidad.
P. La preparación del deportista nos es igual según la disciplina en que se mueve. Hay también, entiendo, metodologías diferentes en el tratamiento de cada especialidad, más avanzadas que hace décadas.
J.A.C. Sin duda. Pero lo importante es que la gente entienda que hay algo así como una actividad [deportiva] de base que necesita todo el mundo, más allá del deporte que haga. Un halterófilo no va a tener la misma preparación que un fondista, y un nadador, lógicamente, no va a tener la misma que un jugador de rugbi. En Educación Física se estudian asignaturas como Prescripción de Ejercicio y Teoría del Entrenamiento: el preparador físico debe tener esos conocimientos, necesarios para poder adecuar el entrenamiento al rendimiento que va a tener el deportista en su especialidad.
A. del C. Hay dos realidades. Una es el cuerpo atlético, el cuerpo fuerte, el cuerpo sano. Luego está lo específico, como pueden ser matices para jugar al fútbol, para jugar al baloncesto o para tirarte en parapente. Esas son ya realidades específicas. Pero lo importante es estimular, premiar y ayudar a la gente a que su condición física sea cada vez mejor. Si además una persona hace un deporte que le divierte, que le da satisfacción, mejor.
P. La gente que empieza a hacer deporte a una edad ya adulta ¿es consciente del riesgo de lesionarse que corre?
J.A.C. Nuestro organismo está dotado de sistemas de alarma. Uno es la fatiga, y cualquiera que hace deporte sabe interpretar esos síntomas; pero es verdad que cuando hacemos deporte, dejamos un poco de libertad y asumimos que cualquier actividad física o cualquier exigencia suponen un riesgo. Hay que asumir eso porque en eso consiste la vida, en asumir retos.
A. del C. Sin hacer deporte también tenemos riesgo. El riesgo no es el quid de la cuestión. Si vas a practicar algo, antes tienes que ver si estás en condiciones para practicarlo y habrá profesionales que te harán un estudio del aparato locomotor y del perfil cardiovascular. Si estás en condiciones razonables, te pondrán un programa, que irá de menos a más. Si te saltas eso y de entrada, sin haber hecho deporte en tu vida, quieres hacer un ironman, morirás seguro en el agua en el kilómetro dos o en el tres. El sentido común prima por encima de todo. El deporte en sí mismo, analizado correctamente, es una fuente de salud.