Hace 120 años, un tranvía eléctrico iba a unir Becerreá y Ribadeo por Lugo

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PaLACIOS LUGO / LA VOZ

BECERREÁ

Ribadeo tuvo tren en 1903 al inaugurarse la línea que llegaba de Vilaoudriz con mineral de hierro de esa zona (en la imagen, un tren de esa línea en el viaducto de Pé da Viña)
Ribadeo tuvo tren en 1903 al inaugurarse la línea que llegaba de Vilaoudriz con mineral de hierro de esa zona (en la imagen, un tren de esa línea en el viaducto de Pé da Viña) José Fernández Cancio

La vía tendría 147 kilómetros de longitud y estaciones en numerosas localidades

27 oct 2024 . Actualizado a las 22:11 h.

El progreso viajó en ferrocarril. La llegada del AVE a ciudades y a comunidades autónomas es a menudo objeto de demanda social y de reclamación política; pero la identificación de tren con prosperidad tiene, en una provincia como la lucense, más de cien años de historia. Hace ahora 120 años, lo previsto en Lugo, en donde los proyectos ferroviarios han superado con creces a las realidades ejecutadas, era la construcción de un tranvía eléctrico que iría de sur a norte.

La línea uniría Becerreá y Ribadeo con un trazado de 147 kilómetros que pasaría por Lugo ciudad. En la ciudad amurallada se instalaría una de las estaciones, y las otras se construirían en Baralla, en Sobrado -parroquia de ese municipio-, en Gomeán (O Corgo), en Nadela, en Rábade, en Fonfría (Begonte), en Vilalba, en Castromaior (Abadín), en Gontán (Abadín), en Mondoñedo, en Vilanova de Lourenzá, en Barreiros, en San Miguel de Reinante (Barreiros) y en A Devesa (Ribadeo). Habría además sendos apeaderos en Lugo -estaba previsto en la zona de San Roque-, en Goiriz (Vilalba) y en O Pozo Mouro (Barreiros).

El anteproyecto había sido elaborado por un ingeniero francés, Félix Prot de Vierille, de cuya actividad ya informaba La Voz de Galicia unos meses antes. Becerreá y Ribadeo eran entonces distritos por los que se elegían diputados a Cortes, y la villa costera ya tenía un activo puerto comercial. En 1901, además, se informaba de la constitución en Londres de la compañía The Lugo Goldenfields, creada con un capital de 150.000 libras esterlinas y orientada a extraer mineral en Becerreá. La salida del material, fundido en lingotes, se haría por el puerto de A Coruña, pero también se confiaba en la construcción del tranvía eléctrico que llegaría a Ribadeo. La sede y las oficinas de la empresa del tranvía eléctrico estarían en Lugo, cuyos recurso naturales también se relacionaban con la futura infraestructura: se preveía instalar dos centrales eléctricas en el Miño.

La construcción de tranvías eléctricos no era excepción en los inicios del siglo pasado. En 1902, en La Voz de Galicia se informaba de los planes para trazar una línea entre A Coruña y Santiago, para lo que se requería un capital de 4,8 millones de pesetas. Se esperaba la participación «de comerciantes y propietarios» de ambas ciudades, cuya financiación superaría la «arcaica» comunicación basada en «destartalados» vehículos.

El entusiasmo con que se recibía en 1900 el anteproyecto de tranvía lucense no eludía posibles frenos al plan: «No digamos que no se pasó de ahí», se leía en este periódico en octubre de 1900. Ya desde finales del XIX había planes que incluso recogían la conexión ferroviaria del Bierzo con Ribadeo, pero unos y otros fueron entrando sucesivamente en vía muerta.

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