En pie de guerra desde Os Ancares: «Nin temos fibra óptica nin nola poñen»
Vecinos de Cervantes denuncian que hay más de 40 casas afectadas
Casi 40 casas afectadas. Un sinfín de quejas, llamadas, cartas y correos electrónicos. También una recogida de firmas y muchos años sabiendo de primera mano cómo es vivir en el rural cuando faltan servicios básicos. Así podría resumirse la situación que atraviesan numerosos vecinos de varias parroquias del Concello de Cervantes.
Aunque la Axencia para a Modernización Tecnolóxica de Galicia puso en marcha varias líneas de subvención para instalar fibra óptica en zonas aisladas y sin cobertura, la promesa no se ha materializado. La Xunta autorizó la concesión a Telefónica, pero, según manifiestan los vecinos, el operador les comunicó que no instalará fibra óptica en varias de las localidades en las que estaba previsto, llegando tan solo a una de ellas. «Isto fai que sexa imposible contratar Internet nestes lugares, e é discriminatorio para unha parte dos residentes que viven en Mosteiro, O Pacio, Vilaxán, Vilasante...», sostienen desde Cervantes.
Negocios afectados
Cada vez son menos los negocios que sobreviven en la montaña, y en este caso están afectadas una casa de turismo rural, un cámping, una empresa, un estanco y dos bares, entre otros. Ninguno de ellos tiene una buena conexión a Internet. Y eso sin tener en cuenta que numerosos particulares intentan teletrabajar en una clara apuesta por vivir y sostener el rural. «Habitar a montaña... si... pero quen a mantén viva?», se preguntarán los afectados.
La pandemia fue el broche final que convirtió la situación de numerosas parroquias de Cervantes en algo insostenible: «Os cidadáns necesitan unha rede de comunicacións», recalcan. Ahora, hasta para pedir una cita médica precisan de una conexión que parece no llegar nunca.
«Habitar a montaña... si... pero quen a mantén viva?»
Reclamaciones sin respuesta
Todas las reclamaciones que han puesto estos vecinos de Cervantes han sido desestimadas, y por eso piden que desplieguen la fibra unos tres kilómetros más. Con eso bastaría para ampliar las conexiones. Actualmente, la velocidad es inferior a un Mb, algo que solo permite utilizar Internet para consultas, pero que dificulta leer correctamente cualquier web.
Poco después de aparecer la pandemia de coronavirus, los que viven en la montaña de Lugo ya levantaron la voz para explicar cuál era la situación. En Molmeán instalaron parabólicas, pero el móvil resulta inservible porque no hay cobertura. Algunos vecinos tienen que coger el coche para ganar alguna raya de cobertura y en sitios como Vilaquinte, donde está Casa o Crego, la posibilidad de hacer una llamada es nula. Por ello decidieron instalar un teléfono fijo en el patio para así, poder percatarse del sonido e, inmediatamente después, correr hacia el interior de la vivienda para responder.
Otro problema añadido son los temporales. Entonces, en la zona no funcionan ni los fijos ni los móviles, por lo que para urgencias y cuando quieren llamar a los técnicos para que restablezcan el servicio, los vecinos bajan hasta A Proba de Navia y se acercan a una de las últimas cabinas que sobreviven en la provincia de Lugo.
A la falta de fibra óptica y la escasa cobertura se suman problemas en el tendido eléctrico, que aparecen con frecuencia: «Hai tempadas nas que pasamos dous e tres días sen luz. Poñemos velas», cuentan desde la aldea de Molmeán.